BCN Vampire, de Juan C. Rojas

Poco imaginaba el irlandés Bram Stoker la de seguidores que tendría su novelización del personaje histórico Vlad Drakul, El Empalador, héroe rumano que detuvo a los turcos gracias a su pavorosa crueldad, que él convirtió en un vampiro romántico en Drácula. Desde entonces esos seres mitológicos que viven de noche y alimentan su vida eterna a costa de sangre humana, han sido protagonistas de un sinfín de novelas y películas y allí tenemos desde Entrevista con el vampiro de Anne Rice a la saga Crepúsculo de Stephenie Myer, por hablar de dos obras literarias cuyas traslaciones al cine han sido exitosas.

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La novela de BCN Vampire (Tierra Ignota, 2017) está más emparentada con la saga de vampiros metrosexuales de Stephenei Meyer que con el romanticismo de Anne Rice. Juan C. Rojas, su autor, es locutor de radio (el programa Hablemos de ello) y autor de una serie de novelas históricas como Memoria eterna, los paladines de Dios, Hereje, camino de sangre, Memoria eterna, la ruta de la muerte, Crónicas Suburbanas, historia de un vs., y El santuario Secreto.

Salomón Dark es un escritor de éxito autor de BCN Vampire y, además, un vampiro. Ese extraño escritor bebe whisky Knockando, conquista bellas mujeres y se mueve por los rincones más oscuros del Barrio Gótico. Allí tropieza con Lilithú, su copia femenina. Mientras el sofisticado escritor promociona su éxito literario, en el Barrio Gótico se producen una serie de asesinatos rituales que los investigadores le achacan.

No contestó, solo me miró con aquellos ojos y se dio la vuelta para vestirse de nuevo, son sin antes fijarme en cada detalle de su cuerpo, cada tatuaje. En cada hombro, por su parte delantera, una lechuza blanca, flanqueando un león bicéfalo en el pecho; en la espalda dos enormes alas, y al levantarse la melena, para ponerse una blusa de color negro, dejó ver, saliendo de la nuca, cuatro serpientes superpuestas con sus cabezas erguidas formando un cono. En los pies llevaba dibujado unas especies de garras en cada uno. Una maravilla.

Hay violencia ritual relacionada con las artes marciales: Un silbido vino hacia mí en forma de espada katana, así que hice un veloz movimiento, demasiado rápido para que el ojo humano lo captara, y cogí la espada por el mango, di media vuelta y de un tajo corté una cabeza. Y buenas dosis de erotismo orgiástico: Acabamos los tres desnudos y me tumbaron en el suelo, y mientras la rubia se sentaba con las piernas abiertas en mi cara Lilithú se recreaba contoneándose encima de mis caderas, frotándose conmigo hasta acabar con mi éxtasis dentro de sí.

BCN Vampire es un vaso de coctelera en la que hay gotas intriga policial, satanismo, elementos góticos y vampíricos, y hasta agentes del CNI. Una lectura entretenida, sin más, en la que se echa en falta empeño literario.

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