España se vende (al por menor)

Por José de María Romero Barea

portadaliquidacionLuis Dédalo se pasea por el laberinto de un Madrid sumido en la corrupción y la inestabilidad política. “La tónica de mi país ha sido siempre la impostura. Poco se puede esperar de una nación que gritó hace siglos “Vivan las caenas” y hoy acepta sin chistar las “caenas” actuales, el desguace del país, la descarada estafa financiera” (p. 85). El cine ha dejado de importar a la gente, y lo que es peor, a los lectores del periódico El Universo. Luis Dédalo, crítico de cine, acaba de ser despedido a sus casi setenta años. Su estrella agoniza, obliterada por la bebida, la pobreza y una sociedad indiferentes al genio literario.

Luis Dédalo, el cine y su profesión, al igual que la historia de España de los últimos cincuenta años están en Liquidación (Editorial Sloper, 2013), primera novela de Iván Reguera (Bilbao, 1973). Escrita como si de un libro de memorias se tratara, su protagonista recuerda la importancia del séptimo arte en su infancia, juventud y madurez. Pero sobre todo, Liquidación es una historia de la psique masculina desde el posmodernismo lúdico a los trágicos arrabales de la senectud. A través de casi 50 años de post-guerra española, Iván Reguera consigue ponerse en la piel de la generación de nuestros padres, los que nacieron y crecieron en la posguerra, se casaron en el tardofranquismo, se divorciaron en plena movida y tomaron Viagra en los años de la burbuja inmobiliaria.

Para evitar la quiebra financiera y moral, Luis Dédalo tendrá que hacer incursiones esporádicas en el mundo de la televisión, se hará teleoperador e incluso vivirá una temporada a la intemperie, todo ello hilvanando sus recuerdos del pasado con los clásicos del séptimo arte. Liquidación es, por lo tanto, un severo ajuste de cuentas, una novela hipercrítica que ataca la hipocresía y la crueldad de la política y la sociedad españolas. En ella Reguera distorsiona y confunde, de forma consciente, los límites entre lo cómico y lo trágico, lo real y lo ficticio. Los nombres de las calles, cafés y bares se basan en ubicaciones geográficas reales. Hay referencias a artistas, políticos y organizaciones: “Un inmigrante chaparro, moreno y jodidamente feo nos obligaba a escuchar su basura musical. Los machacantes compases salían de su teléfono móvil y a él se la sudaba si a los demás nos jodía su soniquete. Frente a mí, una joven de rostro agotado y de unos treinta, leía un tocho gigantesco de título chusco. “El gran catón”, “El templario omnisciente”, “La catedral de la sombra”, “El crepúsculo del viento”, alguno de esos” (p. 113).

Sólo el cine y el sexo consiguen redimir a su protagonista. En Liquidación, el amor al séptimo arte convive con el impulso sexual masculino liberado del amor. Dédalo arrastra el peso de un matrimonio desastroso. Su pasión por Selena, una prostituta, es espontánea, todo lo opuesto al aburrimiento sexual y la hipocresía de la vida matrimonial: “No necesitaba preliminares incómodos. Se dejó follar dos veces. Quería hacerlo y le sorprendió mi aguante. No demoré mucho la jodienda, pero la abracé, besé y lamí como si en ese mismo momento alguien desde el infierno me hubiese dicho que no volvería a hacerlo jamás en la vida” (p. 252).

En un momento de auto-conocimiento supremo, mirando el cuerpo de Selena, Dédalo reconoce que su deseo por ella es lo único que sostiene su vida. En ese sentido, la novela de Reguera es toda una declaración de independencia social, cultural, política y sexual. A pesar de su quiebra moral y física, Dédalo sigue siendo un crítico mordaz, nominalmente una celebridad por su breve papel como crítico de cine en la televisión pública, y lo que es más importante, sigue siendo un hombre, inmortalizado como un producto de su tiempo: “Había escuchado eso de “ser un hombre” en casa, a Bárbara y en la mili, y me di cuenta de que nunca lo había sido hasta entonces (…) el hombre que sobrevive en el paro, en la guerra, en el hambre o en la catástrofe (…) Yo había sido un privilegiado, uno de los pocos elegidos o afortunados que había tenido un tren de vida y un trabajo envidiables (…) había  disfrutado, había bebido, había gozado sin límite y sin complejos. Y ahora todo se esfumaba, pero era un hombre” (p. 221).

Liquidación es, sobre todo, una meditación sobre la muerte. En la escena del funeral del mejor amigo de Dédalo, Mos Santiso, aquel observa el comportamiento de los dolientes (aburridos, borrachos) e incluso de la esposa e hijos de Mos (irrespetuoso), en agudo contraste con su dolor. “Los tres representaban bien el luto social, eran tres muñecos huecos que se aferraban a la convención del dolor, lo que se entiende por el dolor, pero que no era tal. Su aflicción era de ficción” (p. 155). Escena extravagante y extraña por su hilaridad, Mos está de cuerpo presente y Dédalo parece más ocupado en observar que su viuda e hijos, curiosos, se giran hacia los lados de la iglesia para observar a los allí reunidos.

En Liquidación se invierte la narrativa heroica convencional. Dédalo comienza como el héroe arquetípico pero su “muerte” es una farsa. Es una especie de inversión del mito de Jesucristo. Dédalo es rechazado por su sociedad, tiene un pequeño grupo de discípulos, es sacrificado de modo ilegítimo por las fuerzas del Estado y “muere” trágicamente. Tal vez por eso, gran parte de la novela se sitúa en la penumbra de calles, bares y salas de cine. La luz sombría parece ser simbólica, y la oscuridad no sólo refleja la desesperación de Dédalo sino la naturaleza oscura de la realidad española. Muchos de los personajes (Mos Santiso, Berna, Albatros, Pimentel) son en sí mismos sombras, desaparecen dentro y fuera de la noche que Dédalo ilumina con sus amargas disquisiciones. La estructura fragmentada y episódica de la novela funciona como un reflejo de la naturaleza fragmentaria, divisiva de una sociedad, la española, que se vende al por menor, en plenas rebajas socioculturales.

X Premio Café Mon, Iván Reguera ha escrito una coda terrible (y necesaria) a nuestra historia más reciente.
Sevilla 2014

 

José de María Romero Barea (Córdoba, 1972) es autor de Poesía (qué si no). Su primera sección, el corazón el hueco, consta de la trilogía Resurrecciones (Asociación Cultura y Progreso, 2011), (mil novecientos setenta y) Dos (Ediciones en Huida, 2011) y Talismán/Talisman (Editorial Anantes, 2012. Edición bilingüe. Traducción de Curtis Bauer), del que la plaquette ridículo ciego feliz en mi sitio/ridiculous blind happy in my place (Q Ave Press, 2012. Edición bilingüe y traducción de Curtis Bauer) es un adelanto.
Romero Barea ha sido incluido en la Antología de Poesía Contemporánea (Fernando Sabido Sánchez editor, 2011) y en la antología 1 poema 20 días (Ediciones en Huida, colección La Flor Escogida, 2012). La revista literaria En sentido figurado ha publicado recientemente una muestra de su poemario inédito un mínimo de racionalidad un máximo de esperanza.
José de María Romero Barea ha traducido, junto a Diāna Vigule, el poemario de Curtis Bauer Spanish Sketchbook/España en dibujos (Ediciones en Huida, 2012. Edición bilingüe) y Disarmed/Inermes de Jeffrey Thomson (Q Ave Press, 2012. Edición bilingüe).
Romero Barea es autor, además, de una serie de novelas reunidas bajo el título común de Interrupciones. Hilados Coreografiados (Ayuntamiento de Aguilar de la Frontera, 2012) abre la serie. Le siguen Haia y una tercera novela, en proceso de escritura.
En 2010, fue finalista del Premio Revista Eñe de Literatura Móvil. Ediciones Irreverentes publicó en 2012 su relato “To David, para David” en el blog de RTVE- RNE Sexto Continente.
José de María Romero Barea ha sido coordinador de las I Jornadas de narrativa Sevilla 2014, que organiza la Asociación Colegial de Escritores de España (A.C.E.) a la cual pertenece. Es miembro de la Asociación Cooltura, Acción y Poesía y la Asociación Nueva Grecia. Pertenece al Circuito Literario Andaluz. Colabora con sus reseñas,entrevistas y traducciones en publicaciones de ámbito nacional e internacional: los diarios Mundiario, Luz de Levante, El Librepensador y El Cotidiano; las revistas de divulgación IES, Universo La Maga, Culturamas y Tendencias 21; las revistas de literatura Quaderni Iberoamericani, Vísperas, El muro de los libros, Babab.com,Entretanto magazine, Otro lunes y Nueva Grecia, de cuyo consejo de redacción forma parte.
Twitter @JdMRomeroBarea

 

 

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