Cinco condiciones, a través de cuatro teorías fílmicas

Por Tamara Moya.

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La película 5 Condiciones (Lars von Trier, Jorgen Leth, 2003) tiene como objetivo crear cinco nuevas películas basadas en The perfect human (Jorgen Leth, 1967). Con ello, Lars von Trier plantea un juego en una doble vertiente: humana y cinematográfica, ya que, por un lado, el director afirma al comienzo de la película que “Mi plan con todo esto es pasar del ser perfecto al humano” explorando la propia figura del autor del cortometraje original, Jorgen Leth; y por otro, se trata de un interesante ejercicio que analiza la esencia del fenómeno cinematográfico. De este modo, von Trier plantea a Leth un reto: volver a grabar The perfect human varias veces, y cada una de ellas condicionada por una serie de “zancadillas”.

Estas son las condiciones del juego: para la primera versión de The perfect human no se puede rodar a más de 12 fotogramas, debe hacerse en Cuba, sin utilizar decorados y contestando a las preguntas que planteaba el cortometraje original.  La segunda condición tiene como objetivo acortar la distancia con la que Leth cuenta las cosas, y por ello establece que debe rodar en el lugar más pobre del mundo (a elección de Leth) pero sin mostrar el drama humano, siendo él mismo el protagonista y centrándose en la escena de la comida.  La tercera es la completa libertad para Leth. La cuarta, hacer una película de dibujos animados. Y finalmente, la última condición consiste en que Leth lea un texto escrito por Lars von Trier, y cuyo objetivo es sacar a la luz al ser humano inseguro que se esconde, según sus propias palabras, detrás del ser humano perfecto.

Como ya hemos planteado, 5 condiciones es una película que experimenta con el propio material y herramientas cinematográficos (no paramos de ver cámaras, micrófonos…, que nos recuerdan que la herramienta de trabajo es la propia película). Se trata de un filme sobre la esencia de narrar, y que utilizando un mismo cortometraje como material da pie a distintas lecturas basadas en diversos puntos de vista sobre la misma obra.

Aunque cada una de las versiones de The perfect human daría pie a extenderse sobre distintas cuestiones, nos centraremos en las ideas más relevantes de la película asociadas a distintas teorías fílmicas.

  • Teoría del Autor

La película pone constantemente en tela de juicio quién es realmente más autor que quién: Jorgen Leth como autor de la película original The perfect human, o Lars von Trier, que realmente es el que pone las condiciones para la grabación de las distintas versiones del cortometraje.

El filme juega constantemente con esta idea, y con la libertad creativa del autor.  Por la teoría del autor sabemos que “la fórmula de la caméra-stylo (“cámara pluma”) privilegiaba el acto de dirigir películas; el director ya no era un mero servidor de un texto preexistente (novela, guión), sino un artista creativo por derecho propio”[1]. En este sentido, Lars y Jorgen dejan claro al comienzo de la película que “nos hemos lanzado sin tener un guión”. Más allá de la posible veracidad de esta circunstancia, lo que nos interesa es cómo los directores subrayan y ensalzan el propio proceso de creación del autor y la figura de éste.

Five-7La teoría del autor defiende al director como responsable último de la estética y la puesta en escena de la película, pero aquí Jorgen Leth no posee esa libertad, ya que sus grabaciones se encuentran condicionadas por los parámetros que establece Lars von Trier. No obstante, en un afán reivindicativo de esa posición, Leth se salta una de las normas en el segundo cortometraje, lo que enlaza con esa “liberación de director” propugnada por la teoría del autor.

No obstante, una de las críticas que recibió en sus orígenes la teoría del autor era que minimizaba el carácter colectivo de la creación de películas. En 5 condiciones se insiste en sacar a la luz el peso de otros agentes como el productor, los cámaras, los actores…, y tanto von Trier como Leth les hacen cuestiones constantemente a la hora de tomar sus decisiones.

Por último, también es una cuestión que está muy relacionada con la teoría del autor el desplazo de la atención del “qué” (historia, tema), al “cómo” (estilo, técnica)[2]. En este sentido, 5 condiciones es un filme que explora ese “cómo” de hacer películas, que indaga en cómo se pueden producir diferentes significados a partir de una misma historia dependiendo de cómo se cuenta ésta.

  • Realismo

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El cortometraje que mejor se puede leer desde esta teoría es el segundo, en el que von Trier pretende suprimir esa distancia con la que Leth cuenta las cosas y que el director se acerque a la realidad de los hechos. De esta forma, Leth debía rodar en el lugar más miserable del mundo y elige como escenario una calle de Bombay. El director instaura una pantalla transparente entre él y la gente del lugar. De esta forma, Leth se mantiene alejado de esa realidad pero al mismo tiempo minimiza por completo la distancia entre ambos, reduciendo así esa “distancia entre el ser perfecto y el humano” de la que habla el director. De este modo, Leth añade: “La cámara siempre será un juego de acercarse y enseñar la distancia”.

En términos de Bazin, el realismo está relacionado con la especifidad cinematográfica, que para el teórico reside en el respeto fotográfico de la unidad del espacio. En este sentido, cobra aquí importancia su noción de “Montaje prohibido”, que definía de la siguiente forma: “Cuando lo esencial de un suceso depende de la presencia simultánea de dos o más factores de la acción, el montaje está prohibido”[3]. Bazin se refiere a esa presencia simultánea como una “unidad espacial del suceso” que debe ser respetada en el momento de la filmación, no reconstruida en el montaje posterior. La ruptura de esa unidad, añade Bazin, supondría una “transformación de la realidad en su simple representación imaginaria”.

La escena en la que Leth, interpretando al ser humano perfecto, se sitúa delante de la pantalla transparente guarda mucho de la definición de realismo de Bazin. En esta escena se hace necesario que los elementos compartan esa homogeneidad espacial en el momento de la grabación. El realismo se crea aquí al encontrar en el mismo plano secuencia a la gente de Bombay y a Jorgen, creando el juego de contraste pertinente gracias a la profundidad de campo.

Por otro lado, y siguiendo en esta misma línea, encontramos un plano secuencia en el que Leth está parado en una furgoneta y una mujer con un niño en brazos le pide dinero a través de la ventanilla. El propio Leth es consciente de la importancia de ese plano para el realismo del segundo cortometraje y afirma: “esta es la toma que Lars von Trier quiere”.

En palabras de Bazin, por primera vez con la llegada de la fotografía “se captura una imagen del mundo de manera automática, sin la intervención creativa del hombre”[4]. En la película se reflexiona sobre la idea de la objetividad intrínseca del medio fotográfico cuando Leth añade: “He hecho una pantalla, he protegido este lado de la realidad, pero la he hecho transparente”.

4556_89278075204_195721_nPor último, debemos hablar de la propia técnica realista que emplea el filme, en el que el plano secuencia, la cámara al hombro y la práctica ausencia de iluminación artificial se hacen protagonistas en las imágenes documentales de la película, donde Leth reflexiona sobre su proceso de creación. Esto enlazaría con los presupuestos del movimiento Dogma 95, cuyo manifiesto fue impulsado por Thomas Vinterberg y el propio Lars Von Trier bajo el lema «¡Para Dogma 95 el cine no es ilusión!”, y que tendría como objetivo impulsar una serie de postulados que harían al cine más realista.

 

  • Multiculturalismo

El cortometraje que mejor se aproxima a esta teoría es el primero, donde Leth debe filmar The perfect human en Cuba, país que el director no conoce. La importancia de esta pequeña película desde la perspectiva del multiculturalismo radica en el hecho de que se replantea la lectura de la película original de 1967, que gira en torno al estudio del ser humano perfecto. Y este ser humano era, claro está, blanco, occidental y heterosexual, con todos los valores que ello conlleva.

tumblr_kt8ws605Pa1qzpdnho1_1280Desde una perspectiva multiculturalista la película de Leth se relaciona con la noción de eurocentrismo, ya que utiliza una “perspectiva que ve a Europa como la fuente única de significado, el centro de gravedad del mundo: Europa como realidad ontológica frente a un ensombrecido resto del planeta”[5]. Se trata del hecho de concebir a los blancos como “exentos de raza”, mientras que el resto del mundo serían los “otros” minoritarios.

La condición que impone Lars von Trier hace que la primera versión de The perfect human utilice ahora a un hombre perfecto diferente: latino, que ya no es blanco ni occidental, y con una cultura y tradición distintas (puros, son cubano, ropa…). Y es que el culturalismo va a decir que no hay únicamente una cultura, y habla de “culturas” en plural, denunciando la tradicional posición hegemónica del hombre blanco heterosexual.

  • Teorías de montaje y formalismo

Recordando la teoría de Eisenstein, “el montaje genera en igual medida tanto el contenido de cada encuadre como el contenido que se revela mediante la yuxtaposición de esos encuadres”[6]. De esta forma, esa asociación entre elementos se lleva a cabo también en el montaje interno, no solo en el externo.  Por tanto, vamos a estudiar ya no solo la relación entre planos, sino el montaje interno que se lleva a cabo dentro de cada unidad.

the_five_obstructions5 condiciones es una película muy interesante para analizar desde esta perspectiva. De hecho, en todas las versiones de The perfect human que se hacen en ella existen cuestiones interesantes que destacar. Desde el comienzo de la película queda patente ese afán de juego y experimentación con el propio material fílmico, y tras visionar por primera vez The perfect human, Lars von Trier añade que “es una pequeña joya que ahora hay que destruir”.

En la primera condición, además, se establece que no se pueden utilizar más de 12 fotogramas. Este hecho nos transporta de alguna forma a los orígenes del cine y nos recuerda su relación con la fotografía.

En segundo lugar, debemos mencionar de nuevo el plano de The perfect human Bombay, en el que cobra importancia el montaje interno dentro del plano, y la posición de los diferentes elementos a la hora de crear significado.

No obstante, quizá el cortometraje más interesante para analizar desde el punto de vista del montaje sea el tercero, en el que Leth tiene completa libertad para crear en base a The perfect human. Jorgen elige el escenario de Bruselas y realiza un montaje en díptico, con la pantalla fragmentada en dos secuencias paralelas. Leth y von Trier hablan de la importancia del encuadre, de lo difícil que es controlar todo durante el proceso de rodaje, y Leth decide ampliar sus posibilidades a través de una doble ventana, con el consiguiente significado que se crea a través de la yuxtaposición de ambas. Aquí entra en juego esa doble lectura: por un lado, la que nos ofrecen los propios planos y la composición de los mismos, y por otro, la que se crea a través de la yuxtaposición de ambos.

imagePor otro lado, también es interesante tener en cuenta que tanto en el cuarto cortometraje (dibujos animados) como en el último (carta de Lars von Trier) se utiliza material grabado previamente pero al que se le da una nueva lectura gracias al montaje. En el primero se utilizan imágenes filmadas en Cuba, Bombay y Bruselas. En el caso del último ejemplo resulta interesante el hecho de que, además, se utilizan imágenes documentales grabadas durante toda la película pero gracias al montaje se crea una ficción. La importancia del montaje, por tanto, es aquí clave: es a través de la conjunción de las imágenes como éstas consiguen crear la historia.

Por último, debemos añadir el hecho de que aunque pueda parecer lo contrario, la película guarda mucho de los postulados formalistas. Aunque esto se haga más evidente en el cortometraje de animación, lo cierto es que si la medimos “por la capacidad que dicho texto tenga de meditar sobre sus propias cualidades formales, y el interés por la estética”, 5 condiciones es una película que explora diferentes formas de expresión cinematográfica en todos los niveles: se pasa del documental a la ficción, pasando por la animación y el cine experimental, con el mero objetivo de repensarse a sí misma.

 


[1]STAM, Robert: Teorías del cine. Una introducción. Paidós. Madrid, 2001. Pág. 106.

[2]  Ibídem. Pág. 114.

[3]BAZIN, Andrè: “Montaje prohibido”, en ¿Qué es el cine? Rialp. Madrid, 2008. Pág. 77.

[4] STAM, Robert: Teorías del cine. Una introducción. Paidós. Madrid, 2001. Pág. 95.

[5] Ibídem. Pág. 308.

[6] EISENSTEIN, S.M: “Montaje 1938”, en Hacia una teoría del montaje (vol. 2). Paidós. Barcelona, 2001. Pág. 90.

TAMARA MOYA

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