Aspectos básicos en la elección de la pareja: el carácter.

Por  Raquel Díaz Illescas

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Necesitamos sentirnos queridos, apreciados y valorados  por nuestra pareja, si no es así, hay mucha vida por delante.

 

Somos seres gregarios, y a lo largo de nuestra vida buscamos el vincularnos con otras personas, y establecer relaciones interpersonales que contribuyan a nuestro bienestar social y emocional.

Hemos visto la importancia que tienen los afectos sexuales (la atracción, el deseo y el enamoramiento -Félix López-.), así como los afectos sociales (la amistad, el apego, el sistema de cuidados  y el amor. –Félix López)  en las relaciones amorosas y en su elección.

Las emociones juegan un papel importante en la vida de las personas, y la elección de la pareja está normalmente mediada por aquellas. Lo que quiere decir que el componente racional se encuentra escaso; sin embargo es un factor importante, que lamentablemente no siempre conseguimos vincularlo al más emocional.

Es verdad que la variabilidad de factores que nos influyen en nuestra elección de la pareja, es muy diversa y no menos cambiantes a lo largo de la vida. Nos fijamos en la estética corporal, más de lo confesable; también en la relacional: la posibilidad o dificultad para comunicarnos con ella, la sintonía que establecemos, lo que nos hace reír o lo que nos irrita, si nos sentimos especiales cuando estamos con ella o por el contrario con la autoestima ausente; la forma de ver y entender la vida,  alguien con quien poder compartir un proyecto de futuro, serán factores influyentes en nuestra elección.

Predecir el éxito o fracaso de una pareja, no es algo que nosotros podamos hacer, pues en los comienzos tendemos a mostrar lo mejor de nosotros/as, comportándonos inconscientemente,  de manera diferente  a como lo hacemos en nuestra vida cotidiana.  Es verdad que algunas actitudes, comportamientos y formas de pensar, pueden alertar ya en los comienzos, de la compatibilidad o no de una pareja, pues tanto el temperamento como el carácter de cada cuál, influirá en la relación que sus miembros establezcan.

A pesar de que el carácter ha sido clasificado de manera diferente según los autores/as, a modo de ejemplo vamos a enumerar los más conocidos:

  1. Carácter colérico-agresivo. En los conflictos, parten de la base de que ellos están en posesión de la verdad. Usan la agresividad en la exposición de sus ideas, utilizan un diálogo unidireccional. Los conflictos son habituales. A estas personas se las ve venir en los comienzos, aunque pueden ser muy seductoras y generar dependencias emocionales.
  2. Carácter sumiso. Suelen ser personas con baja autoestima. Acatan y aceptan lo que su pareja dice. No toman decisiones. Cuando se emparejan con personas agresivas su personalidad queda anulada. No suelen poner fin a una relación.
  3. Carácter agresivo-pasivo. Suelen ser las que más conflictos ocasionan a la relación. No expresan sus deseos, pero suelen exigir que su pareja lo sepa. Identifican este desconocimiento con la falta de amor y el desinterés. Es frecuente encontrarse con este tipo de pareja. No son las más recomendables.
  4. Carácter ansioso: son personas inseguras, y con grandes fluctuaciones en su estado de ánimo. Son muy pasionales. Necesitan del reconocimiento continuo. Sienten miedo al abandono.
  5. Carácter Asertivo. Son personas flexibles, tolerantes, y dadas al diálogo. Tienen habilidades para solucionar y afrontar los posibles conflictos. Exponen sus opiniones con claridad y respeto. Tienen buena capacidad de adaptación y de frustración. Si no se sienten bien en una relación le pondrán fin. Es la pareja deseable.

Es importante tener en cuenta que estas características no definen ni totalmente ni para toda la vida a una persona, por suerte muchos de los comportamientos y actitudes pueden ser modificados, unos mejor que otros. Es verdad que no todos los caracteres pueden ni deben complementarse, pues esto solo puede ocasionar sufrimiento para sus miembros, quizá es por esto que aunque dicen que en el amor la experiencia no es un grado, también forma parte del hablar popular, pues qué duda cabe que las vivencias, y los años, hacen que la persona sea más selectiva (en la medida que sus posibilidades se lo permitan), e intente alejarse de aquellas personas, que mantienen actitudes o comportamientos que se alejan de sus deseos y/o necesidades.

La elección de la pareja es una aventura,  pero tenemos que intentar que sea lo más apasionante posible.

 

 

 

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Fdo.: Raquel Díaz Illescas.

http://sexualidadpositiva.blogspot.com/

Licenciada en Psicología.

Terapeuta sexual y de pareja.

Teléfono: 622673040

 

 

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