Comer en el Parador de …
Por Ramón J. Soria Breña Llegué aquella noche casi de madrugada y sin reserva. No se preocupe -Me dice el tío-. Está completo pero le daremos una habitacioncita de urgencia. Resultó una preciosa y coqueta habitación abuhardillada en la que no faltó ni la fruta fresca, ni la botella de cava helado cuando entramos, […]