«La ciudad esmerilada», de Mar Aísa Poderoso

JOSÉ LUIS MUÑOZ

Complejo integrar en una trama policial a Paul Auster— Le encantaba Auster, aunque últimamente se estaba mimetizando demasiado con sus personajes —, las FARC —¿Te refieres a que las FARC tengan algo que ver con la desaparición de tu marido? — y unos asesinatos en Logroño. Mar Aisa Poderoso (Zaragoza, 1967), licenciada en Filosofía y Letras en la especialidad de historia moderna y contemporánea, que reside en Logroño desde 1995 en donde ejerce como profesora, lo consigue en esta extensa novela policial que no es la primera que publica: Dostoievski en la hierba y ¿Quién ha visto a una sirena?, con la que fue finalista en la modalidad de narrativa del octavo premio del Libro Ateneo Riojano 2022, la preceden.

El asesinato de una mujer en Logroño desencadena una compleja trama criminal en la que el subinspector Diego Cárdenas y su equipo se involucran siguiendo la pista de un extraño grabado que el asesino ha dejado. La aparición de un nuevo cadáver, esta vez masculino, harán ver a los investigadores que estos dos crímenes están relacionados. La intervención de Lucia, la hermana de Cárdenas, desde Nueva York, a donde ha viajado con el fin de contactar con Paul Auster ——Me fascina, como aborda el tema del azar, repuso Lucía —, sobre quien está realizando su tesis doctoral, arroja luz sobre esos asesinatos en Logroño: Leviatán. Se titula Leviatán y en la portada aparece la Estatua de la Libertad. Hostias, y nosotros dándole vueltas a levítico, levita, levitación.

Nos encontramos pues ante un asesino inteligente que juega con los mimbres de sus crímenes y desconcierta a los investigadores con sus ocurrencias: Lo más jodido es que cuando sepamos la palabra exacta que quiere formar, sabremos cuál es la letra que la siguiente víctima llevará en su nombre en quinto lugar. Alguien tan retorcido e inteligente como los asesinos seriales tan comunes en Estados Unidos, que sigue un preciso ritual en sus crímenes: Una noche, uno de ellos tiene un sueño que le revela que se harán más fuertes si son capaces de ir matando a personas cuyo nombre vaya formando la palabra Leviatán; porque el Leviatán los necesita para recomponer el orden.

Habla, a lo largo de la narración la escritora zaragozana, sobre el ego literario, porque el arte de escribir está muy imbricado en esta trama policial a través del desaparecido autor de 4321: Mire, los escritores somos grandes vanidosos. Escribimos por puro narcisismo. El mismo Paul, tan comprometido social y políticamente, escribe siempre sobre sí mismo. Abunda la escritora en las descripciones certeras de ambientes sórdidos: Entraron hasta el baño y trastearon en el pestilente reducto. Jubera se tapó la nariz para evitar una arcada de asco. El retrete apenas recordaba su antiguo color blanco. Y el lavabo descascarillado se asemejaba más a un contenedor de basura. Mar Aísa Poderoso dibuja acertadamente sus personajes secundarios de la trama, más de una quincena: Virumbrales parecía satisfecha. Se subió las mangas de la camisa hasta el codo y se ajustó el coletero. Tecleaba con el mismo ímpetu con el que clavaba el piolet en la montaña. Reflexiona la autora, en otro momento de su novela, sobre la ingente información que puede dar un muerto: Cada cadáver es un mundo por descubrir, un enigma asombroso. Durante toda la vida nos afanamos en ocultar y disimular. Deberíamos saber que es un esfuerzo baldío. La muerte lo pone todo al descubierto, se acaba la simulación en ese momento somos auténticamente nosotros, sin filtros, sin cortapisas.

El último libro de Mar Aísa Poderoso está escrito con una prosa precisa y medida. La autora zaragozana, muy atenta a los detalles y al dibujo de sus personajes, lanza al lector numerosos guiños literarios que no son en absoluto gratuitos y tienen mucho que ver con lo que se cuenta. La ciudad esmerilada es una novela policial canónica de trama compleja que invita al lector a viajar por escenarios muy diversos a lo largo de sus más de cuatrocientas páginas.