«La boca incrédula», de Isabel Torné
JOSÉ LUIS MUÑOZ
Poemario tan exquisito como breve el que nos regala Isabel Torné, una jienense que estudió Derecho en Granada — Madrid, lo inalcanzable. / Granada, el ahogo—, ha trabajado en diversas instituciones europeas, ha residido en Bruselas, Varsovia y Lisboa para terminar estableciéndose en Málaga.
Hondura existencial en esos veinticinco poemas breves que componen La boca incrédula en donde la búsqueda de la belleza en las pequeñas cosas se convierte en algo nuclear —El sol suspendido / de un hilo invisible / en el cielo velado y caliente— y reina una curiosidad-temor por ese lugar al que todos indefectiblemente llegaremos: ¿Será todo terrible? / Sin duda debe haber / alguna clase de belleza / en el cambio que es la muerte, / igual que en el inicio de la vida. / Habrá de ser un tránsito a algún lugar, / o un sueño indescifrable, / una tregua al cansancio / del agotador viaje, / sin sentido unas veces, / incomprensible otras.
Poesía de rima libre y evocadora que va al centro de la palabra: Puedo escribir palabras como barco, / como mar. / y tu cabeza dibujaría / un barco y un mar, / pero no hallarás en ellas / lo que en mi corazón late / cuando imaginaras / las olas que mecen el barco. Paisajes urbanos en la contraposición Madrid / Granada: Las calles de Madrid, / frías y oscuras, / son como las calles de Granada. / Parecen no conducir a parte alguna. / Comienzan y terminan en otra calle.
Hay lamento hacia el invierno que no marcha, se enquista, y va más allá de una simple estación del año, es una etapa vital que se repite año tras año, renuente a marchar: Siento / como si no fuera a volver / la primavera y este callado invierno / estuviera aquí para siempre. Disección de la España profunda cuyos ecos se perpetúan: Era aquella una ciudad provisional, / llena de curas, de rezos, / de abundantes penitencias, / de oscuras, consultas, de criterios. Panteísmo en la fusión con la naturaleza, sentirla, imaginarse viento: Si yo fuera viento, ay, si fuera viento, / tocaría con la punta de los dedos / los ríos y los valles, / los rincones ocultos de la vida.
Hay belleza formal, hondura, un manejo impecable de las palabras que parecen destiladas, sugerencias en La boca incrédula. La poesía de Isabel Torné es una pieza de orfebrería que aparece envuelta en un halo de tristeza: Que me acerquen el mar / y me abrace fuerte / antes de que muera. La boca incrédula es un espectacular desembarco en la literatura de Isabel Torné en una edición exquisita de Aliar Ediciones.