Tous les matins du monde.
Tous les matins du monde es una profunda reflexión sobre la creación artística (lindando lo metafísico), que utiliza como coartada argumental la relación entre dos de los mejores músicos del barroco francés. Frente a la vida retirada de Monsieur de Sainte Colombe, su concepto casi metafísico de la materia sonora, la búsqueda de un metalenguaje en la viola de gamba, su alumno Marin Marais se encumbra en la corte real, que solicitaba melodías ingeniosas y efectistas para entretener sus ocios. Rodada en planos fijos, deudora de las Vanités (naturalezas muertas o vanidades del siglo XVII) es una película de difícil digestión para el adicto al cine adrenalínicos o el exegeta del último director de moda. Eludiendo la coartada cultural y el sopor del cine literario, el film de Alain Corneau, les descubrió a los culturetas de tertulia rancia, las sublimes creaciones de dos geniales tañedores, y la existencia de un instrumento tan melancólico como la viola de gamba, hasta entonces únicamente apreciado por los amantes de la Música Antigua. A pesar de de contener todos los esquemas para convertirse en un fracaso de taquilla, la película fue un rotundo éxito, casi un bestseller de cineclub.
El especialista Jordi Savall condensa en su arco toda la magnificencia y técnica que requieren estas obras, arrancando tristezas antiguas o nostalgias. Habituado al diálogo con la endiablada digitación que requieren las partituras de Marais, del cual ha grabado sus cinco libros para viola. Savall posee una técnica certera y refinada; resuelve las dificultades con riqueza de matices y marca los contrastes. La riqueza y precisión en los adornos del violagambista catalán son insuperables. En esta banda sonora; que obtuvo el Premio César a la mejor música; acomete con sobriedad y economía de medios admirable, la tenebrista y anónima “Fantasía en Mi Menor” o se enfrenta a L´Arabesque de Marais, en un delicioso ejercicio con bellísimos resultados. La obra de Lully; cabecera de grabación: titulada “Marche pour La Cérémonie des Turcs“, perteneciente a la obra “El Burgués Gentilhombre”, rompe la cadencia intimista e introspectiva del resto de la grabación, en un acertado ejemplo de estética cortesana.
Se observará cómo dirige con un bastón grande, como el que Lully se golpeó en 1687 (el pie se desarrolló de gangrena y Lully murió como consecuencia).
Del gran clavecinista F. Couperin, autor de obras alegres y humorísticas, la soprano Monserrat Figueras desgrana una de sus Lecciones de Tiniebla, con la habitual versatilidad y precisión de su instrumento vocal. Esta bellísima obra a dos voces, es anacrónica con respecto a las otras de la B.S.O, ya que este oficio jansenista de Couperin fue compuesto medio siglo después El director era consciente de la inexactitud en cuestión, ya que la música se compuso unos 50 años más tarde, pero no pudo resistirse a incluirla en la banda sonora.
Está cantada por Maria Kristina Kierhr y Montserrat Figueras, que recrean la atmósfera mística y nostálgica con precisión técnica.
La música como expresión de los sentimientos más recónditos del hombre, la melodía como viaje iniciático hacia uno mismo, se condensa en la secuencia en la que M. Marais; pagado de si mismo; henchido de alardes técnicos y virtuosismo, espera la respuesta para ser alumno de Sainte Colombe.
El único intérprete que maneja la viola de gamba es Depardieu Jr, que realizó estudios de violonchelo, dejando mucho que desear los otros intérpretes en cuanto a digitación.
Para la grabación de la banda sonora se utilizaron instrumentos de época, como es habitual en las agrupaciones lideradas por Savall.
Durante el Ensayo de los discípulos se puede escuchar “La Sonnerie de Sainte Genévieve” de Marais. Todas las obras que componen este sountrack son de una gran intensidad emocional y la técnica de Savall es apabullante.
Otra de las obras destacables se escucha cuando Saint Colombe pide a Marais (Gerard Depardieu) que improvise sobre “Las Folies de Spagne”. Estas folías son una serie de variaciones sobre el tema de la folia, compuesta por Marais para su segunda colección de viola. “Une Jeune fillette” es una hermosa melodía de Jean Chardavoine, arreglada por Savall, interpretada por una voz infantil. Fue una de las favoritas de todos los tiempos del Renacimiento y el barroco temprano. Hay una serie de himnos de la Reforma escritos para esta melodía; Scheidt, Hassler, Vulpius, Kugelmann, etc., todos lo usaron. Frescobaldi lo usó bajo el disfraz de “l’Arie di Monicha” para una misa y todo un conjunto de partituras para cembalo. El acompañamiento en la banda sonora es una interpretación nota por nota (o casi) de uno de las Fantasie sobre este tema de Eustache Du Caurroy. Trata sobre el tema de la joven metida a monja a su pesar. El tema melódico era conocido como la monica (la monja) y fue utilizado y glosado por numerosos compositores de los siglos XVI y XVII. Llamada a veces La Nonette, se convierte en el repertorio religioso. Finalmente, la melodía también toma la forma de una coral luterana, Von Gott, ich nicht lassen (Dios no quiero separar). Un tema que atraviesa los estilos, los países de Europa e incluso épocas con versiones del Renacimiento, la era barroca e incluso el período contemporáneo con el compositor holandés Bert Matter
Une jeune fillette
de noble coeur,
Plaisante et joliette
de grand’ valeur,
Outre son gre on l’a rendu’ nonnette
Cela point ne luy haicte
dont vit en grand’ douleur.
Una de las piezas recurrentes en la película es Tombeau les Regrets de Sainte-Colombe, interpretada principalmente por una sola viola, excepto en la última escena; Es con esta música que Sainte-Colombe intenta evocar (literalmente) a su esposa muerta.
También se incluyen el Badinage del cuarto libro de Marais (durante la incipiente historia de amor; badinage, por cierto, es una palabra que significa charla ociosa, o coqueteo verbal: evoca a Marivaux y Musset) y la Reveuse de la misma (en Madeleine’s ultima escena).
Hay referencias a las artes visuales del siglo XVII, al menos tanto como a la música, la literatura, la religión de la época. Una referencia es explícita. El pintor Lubin Baugin, aparece en la película interpretada por uno de los mejores actores de Francia (Michel Bouquet), existió (1612-1663), aunque es bastante oscuro. Pintó temas sagrados y mitológicos, pero también hay 4 pinturas de bodegones suyas, incluida la de las obleas en el Louvre, que ocupa un lugar destacado en la película.
“Os admito como alumno, no por vuestra música, Sino por vuestro dolor”
“Así que has descubierto que la música no es para reyes”, dice Sainte-Colombe.
“Sí”, responde Marais, “descubrí que es para Dios”.
Pero todavía está equivocado. No es por Dios, las orejas, el oro, la gloria, ni nada tangible y humano. Marais, exasperado, está a punto de darse por vencido.
“Ya no sé”, dice. “Tal vez es mejor dejarlo para los muertos”.
Tracklist
Marche pour la cérémonie des turcs (Lully)
Improvisation sur les folies d’Espagne (Marais)
Prélude pour Mr. Vauquelin (Savall)
Gavotte du tendre (Sainte Colombe)
Une Jeune fillette (arr. Savall)
Les Pleurs (Sainte Colombe)
Concert à deux violes “le Retour” (Sainte Colombe)
La Rêveuse (Marais)
Trosième leçon de ténèbres à 2 voix (Couperin)
L’Arabesque (Marais)
Fantasie en mi mineur (anónimo del siglo XVII)
Les Pleurs [Versión a dos violas] – (Sainte Colombe)
Le Badinage (Marais)
Tombeau pour Mr de Sainte Colombe (Marais)
Muzettes I – II (Marais)
Sonnerie de Ste Geneviève du Mont de Paris (Marais)
Los músicos que acompañan a Savall son: Fabio Biondi, Christophe Coin, Montserrat Figueras, Maria Cristina Kiehr, Rolf Lislevand, Pierre Hantaï, Jérôme Hantaï.
Consiguió el César a la mejor música escrita para un film, el Gran Prix Nouvelle Académie Du Disque, Disque D’or (Rtl – Snep), Croisette d’or Grand Prix de la Ville de Cannes.