Realfooding: una dieta saludable y natural para cuidar tu cuerpo y mente

En internet pueden encontrarse, en cuestión de minutos, cientos de tipos de dietas estandarizadas y decenas de tendencias alimentarias, todas ellas supuestamente saludables. En este sentido, una de las tendencias en alimentación que más en boga está es el denominado Realfooding.

Pero, ¿es el Realfooding un conjunto de hábitos alimentarios que realmente puede contribuir a mejorar nuestro estado de salud o, por el contrario, tan solo se trata de una estrategia mercadotécnica más cuya única finalidad es comercial y está dirigida a que se produzca un aumento del consumo de ciertos alimentos?

En las siguientes líneas, nuestra nutricionista especializada en hábitos y tendencias de alimentación desgranará para el lector en qué consiste el Realfooding, a fin de que este extraiga sus propias conclusiones.

¿Qué significa exactamente Realfooding?

El término anglosajón Realfooding se traduce literalmente a nuestro idioma como “comida real» o “alimentación real».

Lo cierto es que toda la comida que ingerimos, independientemente de que esté cruda o cocinada, es comida real. De hecho, la masticamos, la degustamos y la ingerimos, tras lo cual el organismo la digiere y asimila.

Con que que una traducción más acertada del término es la que no es 100% literal y se ajusta a la segunda acepción del término “real “.

Es decir, la traducción correcta de Realfooding al castellano es “comida auténtica» o, mejor aún, “alimentación con comida auténtica».

Porque el objetivo primordial del Realfooding es evitar los alimentos ultraprocesados, cuya principal característica es que su composición incluye todo tipo de aromatizantes, potenciadores del sabor, conservantes, azúcares y grasas no saludables.

Todas esas sustancias añadidas son las responsables de que este tipo de alimento sean muy económicos, sabrosísimos y que, además, se puedan conservar durante plazos de tiempo muy superiores a los de los alimentos crudos o poco procesados.

Con que un Realfooder prescindirá totalmente de este tipo de comidas y se decantará por consumir alimentos de temporada, bien frescos o cocinados a la manera tradicional, evitando especialmente los alimentos ultraprocesados.

El Realfooding, algo más que una dieta

Aunque sí es preciso seleccionar los alimentos que se van a ingerir, el Realfooding no es una dieta de adelgazamiento para bajar de peso ni un conjunto de alimentos seleccionados especialmente para combatir de forma natural trastornos específicos de la salud.

El objetivo del Realfooding es preservar el bienestar físico y mental a través de la alimentación, algo que sirve para prevenir la aparición de enfermedades y minimizar los efectos que en el organismo tiene el envejecimiento natural.

Evidentemente, entre los alimentos considerados Realfooding también se puede optar por comida para bajar de peso, para desarrollar el músculo o para luchar contra algunas enfermedades.

En definitiva, se trata de un estilo de vida en el que el objetivo es consumir alimentos naturales y “auténticos», prescindiendo de los aditivos y sustancias añadidas que nutricionalmente no aportan nada y cuyo consumo continuado es susceptible de perjudicar a la salud.

¿Qué alimentos pueden consumirse y cuáles no, según los principios del Realfooding?

Los alimentos a elegir deben pertenecer a una de las dos siguientes tipologías:

Alimentos no procesados

En este grupo se encuentran:

  • Todas las verduras, hortalizas y frutas
  • Todas las legumbres
  • Pescados
  • Huevos
  • Carnes magras con bajo contenido

Añadimos que un Realfooder siempre preferirá que estos alimentos procedan de explotaciones cuyos procedimientos de producción sean orgánicos y sostenibles.

Alimentos bien procesados

Son aquellos que han sido procesados en casa (por ejemplo, unas alubias estofadas o un pescado a la plancha) o en una industria alimentaria que siga los procedimientos de la cocina tradicional, sin añadir aditivos, sustancias artificiales, azúcares ni grasas poco saludables.

Algunos de ellos son:

  • La leche y sus derivados
  • Muchos alimentos envasados y/o congelados
  • Los alimentos precocinados al modo tradicional
  • El aceite de oliva virgen extra (AOVE)
  • El pan integral

Los alimentos mal procesados y ultraprocesados están vetados

Son aquellos que se caracterizan por la profusión de aditivos, conservantes, gasificantes, grasas malas y azúcares añadidos. La lista es interminable y como ejemplos están:

  • La bollería industrial
  • Los refrescos comerciales, con y sin azúcar
  • Los néctares y los zumos procedentes de concentrado
  • Los snacks
  • Los postres y los dulces ultraprocesados
  • Las salsas y aderezos de elaboración industrial
  • Las sopas y pastas envasadas de preparación ultrarrápida
  • La comida rápida en general
Ejemplos

A modo de ejemplo, un plato de macarrones de elaboración ecológica, aderezado con salsa de tomate natural, es una comida Realfooding, aunque no sea específicamente una comida para perder peso.

Por el contrario, un plato similar, pero extraído de un envase y que se prepara en el microondas en solo dos minutos no lo es, puesto que, entre otras cosas, contiene agentes gasificantes (como el carbonato de potasio y el carbonato de sodio), además de aceite de palma y diversos aditivos.

Y una sopa de verduras de sobre puede ser un alimento apto para adelgazar, pero tampoco es Realfooding: se trata de un plato procesado que incluye aromas y potenciadores de sabor cuyo origen no es natural.

La etiqueta de los alimentos procesados, una herramienta que se debe saber interpretar

En los estantes y frigoríficos de los supermercados pueden encontrarse alimentos bien procesados de excelente calidad y que, además, son nutricionalmente saludables.

La herramienta para diferenciar los alimentos poco procesados de los ultraprocesados es la etiqueta. En ella encontraremos:

  • El aporte calórico
  • El contenido de hidratos de carbono, indicando cuáles de ellos son azúcares
  • El valor proteico
  • El porcentaje de grasas saludables (mono y poliinsaturadas) y de grasas no saludables (saturadas)
  • El listado completo de ingredientes

En este último sentido, la inclusión de aditivos cuya denominación comience con la letra E (por ejemplo, E-330 o E-110) nos indica a las claras que ese alimento no es real food.

¿Por qué? Porque los fabricantes que usan esas nomenclaturas lo hacen para ocultar el nombre real de los aditivos de procedencia no natural.

A modo de ejemplo, el E-330 anteriormente mencionado es ácido cítrico y se usa como potenciador artificial del sabor. Por su parte, el E-120 es un colorante sintético amarillento derivado de la hulla.

Igualmente, si entre los ingredientes observamos la presencia de cualquier sustancia que no se utiliza en la cocina tradicional, concluimos que ese producto no puede ser considerado real food. Este es el caso de algunos aceites vegetales (como el de palma o el de coco).

Lo mismo puede decirse cuando el contenido de sal o azúcares añadidos es muy elevado o si el porcentaje de grasas saturadas no es mínimo.

Tras leer estas líneas, ¿piensas que puede ser buena idea sumarte a las filas de los adeptos del Realfooding? En adición, ¿pretendes bajar de peso a la par que llevas una alimentación sana y equilibrada?

En ese caso, ponte en contacto con un dietista online de Corporis Sanum. En base a tus necesidades calóricas, dispondrás de un plan de dietas personalizadas y recetas de cocina que te permitirán estilizar tu silueta y preservar tu salud mediante la práctica del Realfooding.

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.