Asteroid City, de Wes Anderson
Lleva Wes Anderson (Houston, 1969) décadas rodando prácticamente el mismo film con diversa fortuna ya que tiene tras de sí un club de fans fiel que lo aclama haga lo que haga. Amante de los estrambótico y lo coral (en sus películas hay multitud de personajes, lo que le permite tener multitud de primeros actores que se dejan seducir por sus guiones), el texano podría parecerse a Tim Burton solo que este último es mucho más narrativo y versátil y, sobre todo, suele tener un endiablado sentido del humor que cala en el público. Si El Gran Hotel Budapest me divirtió y me sedujo por su esteticismo, puesta en escena y decorados mágicos de cuento infantil, Asteroid City me aburrió hasta lo indecible de principio a fin.
En 1955 unos lunáticos de la ufología se reúnen en Asteroid City, un pueblecito en medio del desierto en donde se suelen avistar OVNIS para asistir a una convención. Militares, científicos, colegios, frikis y familias coinciden unos días para observar como un platillo volante se posa y se hace con el asteroide que cayó del cielo y da nombre al pueblo y como el mismo alienígenas que se lo llevó lo devuelve al cabo de pocos días. Y ya está, no hay más allá de conversaciones vacuas sin sentido entre los muchos personajes de este film coral.
Lo más sobresaliente del film de Wes Anderson es su inicio metaliterario (el escritor de Asteroid City discute con sus personajes, escenógrafos y productores en un pequeño teatro en donde se va a representar la obra) y sus decorados desaforadamente naifs en donde la puesta en escena similar a la de una película de dibujos animados no desentona, e ir descubriendo un reparto espectacular de actores encabezados por Scarlette Johansson, Margot Robbie, Tom Hanks, Adrien Brody, Edward Norton, Matt Dillon, Jeff Goldblum, Tilda Swinton y Willem Dafoe, entre otros, y preguntarse qué están haciendo todos en semejante insulsez de película. El desierto de estudio en donde filma Wes Anderson se convierte en alegoría de la nada más absoluta del film.