Alfonso X. La última cantiga. María de Melo Producciones
Alfonso X. La última cantiga es un texto palpitante, visceral y atemporal. Las cuitas y coyunturas del rey sabio pueden situarse en cualquier momento y lugar. Estamos ante un texto universal, ecuménico, que incide en el drama humano por encima de modas, mamandurrias y oportunismos coyunturales. Un texto que narra vivencias eternas, que celebra la liturgia del drama humano en toda época y lugar.
Este Alfonso X; crepuscular, doliente; también encuentra lugar para la mordacidad, para el perspicaz epigrama que da un repaso a miserias y sevicias humanas, que en toda época fueron (y son) idénticas y redundantes, semejantes e iterables por encima de las eras y las épocas.
La esgrima verbal, desarrollada por Jesús Lozano (autor del texto) es esforzada, florida y de clásica referencia. Un verbo áureo que destila densidad (pero sin el lastre de la gravedad forzada) y navega del instante cómico a la profundidad de los abismos humanos (sin falsa solemnidad).
El sobrio atrezo; apenas el trono y las sillas de los músicos, es suficiente para desarrollar la tragedia, apoyada en un correcto y acertado uso de la luminotecnia.
El rey sabio trató de crear un mundo mejor. Imbuido en su obra literaria, científica, histórica y jurídica, quizás no tuvo la percepción necesaria de la doblez de la naturaleza humana en un mundo sembrado de ambiciones y traiciones.
Jesús Lozano recrea estos últimos instantes del monarca en una performance ardua, espinosa, que solicita de un sinnúmero de matices, expresión corporal y juego vocal.
Ahora ya no tiene el apoyo de los interludios musicales de las cantigas, ya que estos se han integrado como parte de la escena, por lo que el actor, prácticamente esta todo el tiempo en escena. También ha cambiado la estructura del epílogo, que ha ganado en dramatismo y densidad con la utilización del trono como una referencia a los instantes de amargura y desespero del monarca.
Inma Cedeño es Violante, el otro lado del espejo. Los fantasmas a los que se enfrenta el monarca en la anochecida de su existencia, con la enfermedad arrebatándole todos sus sueños. Unos sueños que trascienden las épocas y los tiempos. La naturaleza humana y la búsqueda de lo esencial frente al zascandilismo y la necedad imperantes. No hemos cambiado mucho en ochocientos años.
Las Cantigas se imbrican adecuadamente en la dramaturgia en la voz de María José Pire y la aportación instrumental de Pablo Cantalapiedra y Enrique Pastor. Es de agradecer la existencia de compañías como María de Melo Producciones que realizan su propio vestuario y misturan el texto con música en directo. Máxime si se trata de música antigua que se revitaliza y se rescata, de patrimonio que sobrevive a través de los siglos.
El diálogo de Alfonso con su esposa Violante de Aragón es un momento pleno de dramatismo y desarrollo actoral. La imposibilidad del encuentro entre dos mundos. El fracaso de las quimeras frente a la crudeza de la realidad. La paleta de sentimientos que solicita el texto es esforzada y ardua. Una partitura de pasiones encontradas, de sueños malogrados. De luces compartidas antaño…
Un texto espléndido con un profundo trabajo de documentación a sus espaldas, algo que agradece el público, una oferta sincera y desgarrada que deja en el aire esas dulces Cantigas, que nos llegan desde la voz y los tañedores en intensa comunión con el texto.
Estamos ante una propuesta sincera, de alto calado dramático, texto de orfebrería y aportes musicales certeros y enriquecedores:
Lejos quedan los días y las noches de juegos y cantos. Desterrado en el Alcázar de Sevilla, enfermo y abandonado por casi todos los suyos, sueña despierto mi amado rey Alfonso en su imperio de lunas y sabios. Entre la desolada sombra de sus libros e instrumentos se han posado los ojos de la fatal dama blanca…
Reparto: Jesús Lozano, Inma Cedeño, Enrique Pastor ,
Marina Haberkorn, Pablo CantalaPiedra y María José Pire.
Dramaturgia y dirección: Jesús Lozano
Asistente en la Dirección: Jesús Peña
Dirección musical: Enrique Pastor
Dirección de arte / Vestuario/ Escenografía: María de Melo
Collection.
Asistente Confección Vestuario: Laura Álvarez Miravete
Maquillaje y Caracterización: Marina Haberkorn
Realización escenografía: Carpintería Píriz Navarro
Diseño de Iluminación: Samuel Cotilla
Técnicos de iluminación y sonido: Samuel Cotilla
Fotografía: José Bayón, Amaia Cid y Francisco Collado
Vídeo: Visto y no Visto Producciones
Producción: María de Melo Producciones y La Diosa Cómica