Miguel Ángel Solá llevaba tiempo sin recalar en España (El veneno del teatro, 2013, con Daniel Freire) y lo hace con una función de gran éxito en Argentina, que estrenó en Madrid en 2014, pero que ahora está revitalizada en los Teatros Luchana con la misma pareja sentimental y actoral del veterano gran actor, la espléndida Paula Cancio. Entre los dos entretejen un devenir de diversos intereses con un contenido dramatismo anunciado desde antes de empezar la representación. Mientras escuchamos la envolvente grabación del piano de Martín Bianchedi, afuera estalla una tormenta que impedirá circular y producirá inundaciones… El encantador piano sirve de fondo para que el veterano director de un importante periódico y su mano derecha, joven vicedirectora, se acerquen como nunca antes lo habían hecho. En lo personal y lo profesional, en lo bueno y en lo malo, la salud y la enfermedad… como si se tratara de una boda, en realidad reflejo de un matrimonio sin serlo, como una comedia que abarca varios géneros sorprendiendo momento a momento para que los espectadores se dejen llevar por la cadena de conflictos en que ha puesto a sus personajes la escritora mexicana Sabina Berman.
La atmósfera conseguida tiene un aire de elegante comedia que se va transformando en un abanico de intereses para rematar con inesperado final. Una estructura teatral impecable que la pareja protagonista conoce muy bien, tras largas temporadas en Argentina y ahora en Madrid, nuevamente con gran éxito. Unidos en la llamada vida real, en la ficción interpretan un creciente misterio en torno a una relación de poder y afecto expresada de tal manera que permite seguirles con un interés permanente, ya que el contraste de intereses de los personajes se desarrolla en un ámbito de intriga que oscila entre lo sutil y lo directo e impactante, permitiendo que un alto clímax erótico se deslice por temas urticantes como el poder de un hombre frente a las aspiraciones de una mujer, aportando finalmente una sinuosa vuelta de tuerca.