Lo de Chaves Nogales

 

La aprobación por parte del Congreso  para que la obra de Chaves Nogales llegue a las aulas nos sitúa de nuevo en la palestra de lo que es correcto. De lo que es y lo que debería ser. Llama la atención (positivamente) el hecho de que se hayan puesto de acuerdo cuatro partidos que se encuentran en las antípodas (políticamente hablando). Ello les honra y nos envía un mensaje de esperanza y amplias posibilidades de encuentro. Los votos de PP, PSOE, Vox y Ciudadanos se han misturado para llevar a los alumnos al maestro del periodismo de la época dorada. No sólo su prosa es prodigiosa, su visión de la realidad; carente de las anteojeras de otros escritores, su equidistancia señera y firme. La verosimilitud es la marca de la casa, lo objetivo, la visión del hombre que no se vende a ninguna de las pestíferas ideologías.  La visión de Chaves es moderna y profética, su dominio del relato, prodigioso y enriquecedor.

Votaron en contra; como era de esperar en semejantes agrupaciones, PODEMOS y PNV. Se abstuvieron ERC y Bildu. Probablemente ni siquiera hayan oído hablar  de él y difícilmente lo habrán leído. Para Chaves hubiese sido motivo de orgullo que estas ideologías votaran a favor de su silencio.

Pero frente a la alegría de la inclusión del maestro en los planes de enseñanza y su acercamiento  a los estudiantes, nos  encontramos con una pregunta que siempre estuvo en el aire como la espada de Damocles ¿Debemos dejar en manos de los ejecutivos y los políticos la decisión de quien se debe o no leer en las aulas? Por decirlo (al itálico modo) ¿Quiénes son ellos para inmiscuirse en la enseñanza? No son expertos, de hecho la mayoría no habrá leído a este autor. Tampoco son equidistantes, son binarios y están al servicio de sus dogmas.

El pacto de Estado para blindar la Enseñanza, la Sanidad y las Pensiones es un grito popular nunca escuchado por los sucesivos ejecutivos. La enseñanza es una tarta muy golosa para los que llegan al poder ¿No sería más lógico que fueran colectivos profesionales los que decidieran quienes deben ser estudiados y analizados en las aulas? En esta ocasión, ha sido un acierto. Pero imaginemos un ejecutivo que tratara de colar algún escritor tendencioso y alguno de los muchos historiadores subvencionados que nos venden una memoria historia pasada por el tamiz de su doctrina. Esta sigue siendo una patata caliente en la que no se deciden a entrar a fondo. La enseñanza nunca debe depender de lo coyuntural, ni estar en manos de quienes no son profesionales de la docencia. La tentación del  adoctrinamiento es seductora  y hechicera.

En algún momento habrá que coger este toro por los cuernos. Mientras llega ese anhelado instante, felicitaciones a los grupos que han votado a favor. Ignorancia y olvido a quienes practican la genuflexión ante sus dogmas, antes que ante la razón.

 

Manuel Chaves Nogales, junto a los linotipistas del Heraldo de Madrid

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