A5 VOCAL ENSEMBLE. ISRAELSBRÜNNLEIN DE J H SCHEIN. CONVENTO DE SANTO TOMÁS. SEVILLA
Es una tarea titánica enfrentarse a esta obra suprema de HM Schein. Una creación que le ha situado; sin duda; en la panoplia de los grandes compositores: 26 madrigales al “itálico modo”. A Schein le hubiera bastado con el resto de su obra sacra y profana o instrumental para ser apreciado, pero estos madrigales, construidos sobre estructura de cinco partes (salvo el último a seis), con el añadido de continuo, constituyen su legado inmortal. Siguiendo la tradición de autores como Heinrich Schütz y otros del momento del Geistliche Konzerte (Concierto Espiritual), el equivalente del Madrigale Spirituale italiano. Una hermosa síntesis del madrigal renacentista, al modo italiano, con los motetes y conciertos sacros germanos de carácter luterano y lingüísticamente sucintos. Las herramientas estilísticas del alemán aprovechan el desarrollo italiano, la escritura imitativa, la representación musical de imágenes encontradas en el texto por medio de figuras evocadoras (lo que los barrocos denominaron representación musical de la letra), o la condimentación de la armonía por sutiles disonancias. Aunque los afectos barrocos, siempre solicitaron un vocabulario musical mucho más rico que los sencillos afectos del renacimiento. Schein se muestra como un maestro en la pintura de palabras.
Aunque nunca visitó Italia, integró los elementos madrigalescos con el motete sacro en forma soberbia, posiblemente modelados sobre los “Cento Concerti Ecclesiastici” de Viadana. Schein se preocupa por la prosodia del texto, enfatizándola con la música (entre la sensualidad y la piedad) y profetizando las posteriores creaciones de J S Bach, donde la retórica juega un papel fundamental. A5 Vocal Ensemble ha sintetizado, sublimado y alquimizado las partituras del compositor de Grünhain. Las ha exprimido, trazado las líneas y obtenido un trabajo conjunto espectacular. La aportación del bajo contínuo, sutil; pero certero; preciosista; pero mesurado; enriquece el sorprendente empaste de la agrupación y su dominio de las texturas e imitaciones. Aquí el vanguardista Schein riza el rizo, ya que utiliza elbasso seguente, en que el instrumento dobla la línea melódica más grave de los cantantes. En algunos instantes del concierto, la viola de gamba (Irene Gómez Fernández) al unísono con la voz cobriza y poderosa de Alejandro Ramírez (Bajo), desgranó ligazones de enorme belleza. Schein también se atrevía con intervalos inusuales y disonancias avanzadísimas para la partitura, convirtiéndose en uno de los tesoros del repertorio espiritual del protestantismo. En la liturgia luterana el salmo debe ser cantado en su totalidad, pero el vanguardista Schein decide extraer pasajes cortos. Unos pocos versos que habitará y vestirá con música para su Brünnlein (fuente pequeña).
Así, basándose en la “seconda pratica” obliga al ritmo y la armonía a seguir el discurso y no al contrario. Pero también es un maestro en la pintura de palabras. El figuralismo estuvo presente a lo largo del concierto en hermosas figuras, melismas, contrastes y un sorprendente juego con ágiles dinámicas, que dota de ligereza al complejo texto sacro. La utilización de la retórica está presente en todo el corpus de esta obra. Aunque es la retórica entendida más como arte ornamental (ornatus) o decorativo (rhetori), que como discurso persuasivo. Desde las dos primeras obras interpretadas por la agrupación, queda patente el extrañamente elegante estilo italiano del que bebe el autor, la huida del motete (stricto sensu). De hecho, se les denominó “madrigales espirituales”, aunque más bien parece la creación de un nuevo género: el madrigal espiritual alemán. Un híbrido que combina las características musicales del madrigalismo ítalo y sus similitudes estilísticas, fundido con los textos luteranos.
Destacar el ágil arco cromático en Freue dich des Weibes deiner Jugend o la intensa emoción que transmite el Ensemble en Die mit Tränen säen (los que siembran llorando) con ese aumento pintado que mantiene la palabra “tränen” hasta la alegría exaltada del “freuden” en los portadores de la cosecha. Notable dominio de las líneas ascendentes y escalonadas en imitación, de los descensos en cascada, que ilustran el gozo de los agricultores en la cosecha.
Para ello, Schein utiliza retardos de novena en compases impares, retardo de cuarta y tercera de picardía, o alterna pasajes monofónicos y polifónicos. Emocionante la interpretación de Ach Herr, ach meine Schone (Oh, Señor, perdóname), con el obsesivo “nach din Grimm” (ira) de las sopranos, o el magnífico juego de ecos en las voces y remate proceloso en O, Herr Jesu Christe(con texto del mismo Schein). A5 Vocal Ensemble describió un hermoso desarrollo en O Herr, ich bin dein Knecht (Oh señor, soy tu sirviente) donde los diversos estados (el ritmo lento del primer verso: humildad) se corresponden con el texto, el desgarramiento de la liberación de cadenas, la ofrenda en tono recogido o el entusiasmo de la asamblea “proclamando el nombre del señor”.
No cabe duda de que Schein fue una “rara avis”, un músico progresista y cosmopolita que se esforzó por mantenerse al tanto de los desarrollos musicales de la época, de los poderes comunicativos y expresivos de la música y el verso. De su poderosa fusión. Combinar la gravedad teutona con el encanto italiano, dignificar, vigorizar rítmicamente; sin perder el matiz de aristocracia; añadir inventiva melódica. No era una tarea fácil. Un genio capaz de fusionar la itálica elegancia con el severo contrapunto teutón y la exégesis luterana. Esto le llevó a crear su lenguaje musical con gramática, sintaxis y retórica. Los textos para dos de los madrigales, «Ach Herr, ach meiner schone» y «0, Herr Jesu Christe», son poemas que se han escrito por Schein. Que una agrupación de la calidad de A5 Vocal Emsemble haya buceado en la obra de un compositor, que sublima y supera los límites de la pintura de palabras madrigalista, hasta transmutarla en retórica y oratoria música, es un goce de agradecer por parte del espectador. Destacar ese “Monteverdi temprano” que es «Lehre uns bedenken» y su hábil uso de las voces, con pintura de texto distinta en cada frase, el motivo en cascada y su conclusión con el melisma extendido (todos nuestros días). El pizzicato de la viola de gamba acompaña magistralmente el fraseo, obteniendo un hermoso y penetrante motivo en unas obras que parecen escritas para tocar “colla voce”.
A5 Vocal Ensemble extrae variedad de acentos, claroscuros, alternancia de colores, combinaciones o certeras imitaciones. Momentos memorables con un soberbio empaste de intensidad lumínica. Schein se asegura de que cada frase sea una sorpresa. Esos hermosos descensos silábicos de corchea descendente en Oh Herr, ich bin dein Knecht o el modo gradual, a través de una octava, para el motivo de la salvación, en Herr, lab meine Klage. Schein juega con los modos en cada obra de Israelsbrünnlein. Así podemos encontrar modos frigios, dóricos (Zion Sprincht), Aeolio (Die mit Tränen säen), Frigio (Ich bin die Wurzel des Geschlechtes David), etc. El único instante instrumental fue una obra anónima del XVII (Lübecker Violadagamba Solo) Un bellísimo pasaje, del que la violagambista Irene Gómez y el continuista Juan González, extrajeron texturas de enorme emotividad y precisión técnica con limpieza en los adornos y profundo sentimiento en la melodía. En el anterior concierto que pude disfrutar de esta agrupación “Le Goût français” ya quedaba manifiesto el profundo respeto por la creación; que incluía investigación; para la pronunciación original de la época. Esto implica un profundo respeto por el público. Hay muchas horas de trabajo y sacrifico detrás de estos repertorios. No es posible llegar a niveles de empaste, textura y homogeneidad como el demostró A5 Vocal Ensemble, sin dejarse la piel en el camino (pronunciación en alemán incluida), Desde aquí un consejo para mecenas, instituciones y programadores. Incluyan a este grupo en sus programas. Se lo agradecerán los “connaisseurs” y el espectador ocasional. Sin duda.
A5 Vocal Ensemble
María Jesús Pacheco: Soprano
Raquel Batalloso: Soprano II
Teresa Martínez: Alto
Julio López: Tenor
Alejandro Ramírez: Bajo