Tintern, la esencia del romanticismo
TINTERN, LA ESENCIA DEL ROMANTICISMO, POR ANTONIO COSTA GÓMEZ
Pasear por la abadía, al fin, después de soñarlo tanto. Recordar el poema de Wordsworth, donde dice que allí nota el espíritu que impulsa a todos los seres. Dar vueltas entre la soledad de los espacios. No es un lugar para turistas masivos, es para personas que han soñado en soledad con visitar ese lugar, en el sur de Gales.
Ver la naturaleza a través de los ventanales visionarios. Como dice Wordsworth, ya no querer razones sino visiones. Pensar en la abadía completa pero sentir que es mucho mejor así, con ese impulso inacabado, con ese fragmento lleno de vida misteriosa, igual que la Victoria de Samotracia.
Vivir esa nostalgia, ese entusiasmo callado, ese silencio maravilloso. Sentir el bosque de piedra, la exclamación silenciosa, la meditación increíble. Sentarse en una piedra y verlo todo por sorpresa, con una fuerza imposible. Ver como llegan las caravanas, pensar en qué pasaría si tuviéramos que quedarnos, como saldríamos de noche a ver esas ojivas en la oscuridad.
Tener que volver a Montmouth y de allí a Cardiff, sentir la dificultad de llegar hasta aquí, el entusiasmo que hace falta para llegar hasta aquí. Palpar eso en soledad, con todos los excesos del corazón.
Pensar en acercarse al río, ese río poético que pasa por Hay, el refugio mundial de la Literatura, que luego va hacia Montmouth, donde por primera vez se nombró al rey Arturo. Mirar toda esta fuerza interior, todo este espíritu, y llevarlo dentro para siempre
Sentir que la abadía es imposiblemente romántica, como dice un libro de viajes, sentir que es la esencia del romanticismo.
ANTONIO COSTA GÓMEZ
FOTO: CONSUELO DE ARCO