Las tendencias cinematográficas de 2018
En la actualidad, quien más quien menos tiene un smartphone, ese dispositivo inteligente que utilizamos para todo: llamar, enviar mensajes de texto, escuchar música, comprobar las noticias de última hora, publicar en redes sociales y, cada vez más, ver películas y series de televisión. En efecto, las nuevas tecnologías han cambiado por completo la manera en la que nos comunicamos con nuestros amigos pero del mismo modo han transformado también nuestra forma de consumir cine.
La industria del séptimo arte no ha tenido más remedio que moldearse a esta nueva realidad y lo ha hecho mediante innovadoras tendencias cinematográficas que auguran un futuro en el que las salas de cine podrían dejar de existir, o al menos tal y como las entendemos hoy en día. Está claro que el espectador tiene ahora unas necesidades diferentes. La supervivencia del mundo audiovisual dependerá exclusivamente de cómo el sector consigue adaptarse a ellas.
Pensemos, por ejemplo, en el papel de las redes sociales. Los millones de usuarios suscritos a Twitter se han convertido ahora en potenciales críticos de los últimos estrenos, pero a su vez pueden terminar por hacer la mejor publicidad de un filme que ningún productor jamás hubiera soñado, y gratuitamente. Por otro lado, los cineastas deben ya tener en cuenta el hecho de que gran parte de su público verá sus películas con un ojo puesto en la pantalla de su teléfono móvil.
La audiencia, además, es ahora más exigente que nunca. Está acostumbrada a la inmediatez y son pocas las producciones que pueden permitirse el lujo de competir con la instantaneidad de plataformas como Netflix o Amazon Prime Video, que te permiten ver una película recién estrenada desde la comodidad del sofá de tu casa. Ejemplo de ello son la aclamada Okja o, por supuesto, series tan exitosas como Narcos, que también hacen temblar la forma tradicional de consumir cine.
Poco a poco, los realizadores se van dando cuenta de la importancia de aclimatarse a los nuevos tiempos. Puede llegar a sorprender que así lo hagan incluso figuras del Hollywood más tradicional como Francis Ford Coppola. El oscarizado director quiere revolucionar el negocio con Distant Vision, su primer proyecto de cine en vivo que grabó en 2015 y que consistió en filmar una película al mismo tiempo que los espectadores la estaban disfrutando.
El mayor reto para los estudios cinematográficos, sin embargo, es la piratería. Por ahora no han sabido encontrar la fórmula mágica que acabe con esta gran amenaza para el arte, si bien las leyes fomentadas por los gobiernos de países de todo el planeta podrían ayudar. Al mismo tiempo, deberán saber lidiar con los deseos de una audiencia que lo quiere todo y lo quiere ya. Habrá que hincar codos, dejarse inspirar por la imaginación y dejar que gane la creatividad.