El cine romántico de Arnaud Desplechin: Tres recuerdos de juventud
El director francés Arnaud Desplechin (Roubaix, 1960) —Mi vida sexual, Un cuento de Navidad. Reyes y reina, La centinela — regresa a Francia tras su aventura norteamericana Jimmy P que protagonizara Benicio del Toro y su actor fetiche Mathieu Amalric .
Tres recuerdos de mi juventud es una película marcada por la nostalgia en la que el antropólogo Paul Dedalus, interpretado por el siempre excelente Mathieu Amalric, rememora desde Tayikistán su pasado cuando es retenido por la policía a causa de unas irregularidades en el pasaporte: hay otra persona cuyo nombre coincide con el suyo. Mientras le interroga un agente ruso (André Dussollier, el amante necrófilo de 21 nuits avec Pattie), el antropólogo recuerda la infancia junto a su madre enloquecida, sus viajes como adolescente a la URSS, la osadía de otorgar su propia identidad a un muchacho miembro de la disidencia soviética, y, sobre todo, su apasionado amor frustrado por Esther (Lou Roy-Lecollinet, una actriz luminosa e intuitiva descubierta por Arnaud Desplechin).
El realizados francés retoma en su última película a los personajes de Comme je me suis dispute…(Mi vida sexual), veinte años después. La película se resiente de su ambición temporal, el querer abarcar demasiados años de la vida de un personaje que interpreta en la adolescencia el joven actor Quentin Dolmaire.
Dividida en cuatro partes, que incluyen otros tantos periodos vitales de la vida de Paul Dedalus, los más interesantes, por estar centrados sobre temas amorosos, son los dos últimos, pero el conjunto resulta deslavazado. Pero, aun así, es una película que tiene encanto y atrapa con su caos narrativo, sus bruscos virajes (del cine de espías al romántico), su banda sonora y sus reflexiones vitales. La nouvelle vague tiene en Arnaud Desplechin uno de sus herederos.