Cop Car, policías y niños
Cop Car es una road movie comarcal/infantil (el viaje en ese coche policial conducido por dos niños es por los alrededores) centrada en dos niños que roban un coche de policía abandonado que esconde un secreto siniestro en su maletero. Tiene la sensación el espectador de estar viendo alguna película añeja tipo Los Goonies, o algo peor, y lo más grave del film es que su director no sabe para qué público la está rodando, si el infantil, a tenor de la jovencísima pareja protagonista, o un público adolescente. Secuencias interminables, sin sustancia, como la inicial de esos dos chicos dándose un larguísimo paseo por el campo hasta que llegan al coche patrulla abandonado, lo apedrean y deciden, por fin, subirse a él, ponerlo en marcha y empezar su aventura; y despropósitos diversos, como ese tirador en la carretera, pertrechado de fusil ametrallador, que no dispara contra el sheriff cuando lo tiene a tiro y lo hace precisamente cuando está a cubierto.
Este tipo de películas/palomitas se salvan por su acción, golpes de humor, interpretaciones correctas o efectos especiales. Nada de eso hay en Cop Car cuyo guion es demencial y poco atractivo tienen sus personajes secundarios. Una trama estirada hasta la extenuación que sería un cortometraje modesto y termina siendo un aburrido largometraje sin sustancia ni anécdotas. Parece, por momentos, una parodia del género, pero le falta suficiente gracia para serlo.
Dirige Jon Watts (Clown, Our RoboCop remake, y futuro director del próximo Spiderman), es un decir, que presentó su película en el último festival de cine fantástico de Sitges, y produce Kevin Bacon, actos todoterreno, el Richard Widmarck de nuestros días, imagino que para sus hijos, si los tiene pequeños, que se reserva el papel del malvado sheriff, personaje histriónico y bastante ridículo, que se marca una maratón tipo Dustin Hoffman en otra de las inexplicables y largas secuencias del film.