Alejandro Amenábar regresa al terror con “Regresión”
Posted on 10 octubre, 2015 By José Luis Muñoz Cine, Críticas, portada
Esperada con expectación la última película del director de Mar adentro que, desde Ágora, y de eso ya hace años, estaba inactivo. Expectación porque, al menos en lo genérico, parecía que el director vasco regresaba a los temas de sus primeras películas, al terror de Tesis y Abre los ojos.
Regresión de Alejandro Amenábar se presentó internacionalmente, fuera de competición, en el Festival de San Sebastián, y es un film con una factura completamente norteamericana aunque se haya rodado en Canadá. Lamentablemente es una película tan convencional como previsible que deja poco poso al espectador y tampoco le asusta, aunque Alejandro Amenábar tampoco lo pretenda. ¿Y qué pretende?, se pregunta uno.
El director de la perturbadora Tesis le da una vuelta de tuerca al cine satánico en esta historia inspirada en hecho reales, acaecida en Minnesota allá por los años 80, y que gira en torno a una familia atormentada por unos supuestos rituales. Nada es lo que parece, y la película tampoco. Si uno albergaba la esperanza de encontrarse con algo comparable a El corazón del ángel de Alan Parker, pura frustración. El Amenábar más brillante habita en las pesadillas del policía protagonista, interpretado por Ethan Hawke, que empieza a obsesionarse con el satanismo y está a un paso de creer en él. Pero le falta sustancia, emoción, suspense y escalofrío a este thriller de buena factura y rodado con muchos medios. Echamos de menos al Amenábar de sus inicios, al de esas producciones modestas pero imaginativas y llenas de talento, al de Los otros y su atmósfera Henry James conseguida como una verdadera filigrana; al de Ágora y su reconstrucción suntuosa de Alejandría. Regresión, con un reparto irregular que incluye a la británica Emma Watson y a David Thewlis, el actor descubierto por Bernardo Bertolucci en Asediada, es su peor película, lo que no quiere decir que guste a un público variopinto aquí y en Estados Unidos porque Alejandro Amenábar aún tiene mucho crédito.