Ni flojos ni improductivos: La genialidad de los que no madrugan
Si eres de levantarte tarde, es muy probable que en algún momento te hayan hecho sentir inferior ante la aparente superioridad moral de tus colegas madrugadores.
A diferencia de ellos (personas con una tendencia genética a irse temprano a la cama y despertarse antes), los que se levantan tarde -también conocidos como búhos-, tienen una tendencia natural a acostarse tarde y dormirse incluso más tarde. Pero no pasa nada. Aunque sigan durmiendo por la mañana, considerada por muchos madrugadores la parte más productiva del día, a los búhos le llega la productividad a otra hora más avanzada del día.
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La secreción de melatonina en las personas nocturnas empieza más tarde, por lo que les resulta más fácil mantenerse despiertos (y productivos) por la noche. Por ello, como explican Steven W. Lockley y Russell en Sleep: A Very Short Introduction:
Las personas nocturnas se despiertan antes en su día circadiano y, por tanto, están más somnolientas y funcionan peor por la mañana, pero al final del día su energía no decae tanto como la de las personas diurnas.
La inmerecida etiqueta de “perezosos” que reciben los trasnochadores se debe a que los madrugadores del mundo nunca los ven en su momento más productivo, porque, irónicamente, ellos ya están dormidos.
En su libro Internal Time: Chronotypes, Social Jet Lag, and Why You’re So Tired, Till Roenneberg comenta:
El cartero no piensa ni por un segundo que el joven haya trabajado hasta por la mañana porque tiene turno de noche o por otros motivos. Directamente, se etiqueta a los jóvenes sanos que duermen por el día como perezosos, como dormilones.
Pero, como explica el doctor Christopher Drake, científico en el Centro de Investigación de Trastornos del Sueño Henry Ford de Detroit (Estados Unidos): “El cuerpo humano necesita entre siete y ocho horas de sueño para mantener su capacidad de estar alerta a un nivel óptimo”. Aunque los científicos reconocen que hay una élite insomne que puede mantenerse con pocas horas de sueño, es muy probable que no seas uno de ellos (y que tampoco lo sean tus colegas madrugadores).
Cuando se le pregunta por esa élite, el doctor Drake se muestra escéptico, y afirma: “Muchas de esas personas famosas, como Thomas Edison, dormían siestas, o estaban muy somnolientos durante el día. Imagina lo brillantes y productivos que habrían sido si hubieran dormido más”.
SUEÑO > CAFEÍNA
El doctor Charles Czeisler, director del área de medicina del sueño en la Escuela Médica de Harvard, explicó a The Wall Street Journal en 2008 que la cafeína no reduce la necesidad de dormir, y comenta: “Es como tomar una aspirina para bajar la fiebre. No actúa contra la fuente del problema”.
La cafeína hace un buen trabajo “anulando” el impulso del sueño, al bloquear de forma temporal los receptores que registran el sopor; pero, en este sentido, dormir cuando estás cansado -si tienes la suerte de contar con ese lujo- es mejor para la salud que obligarte a ti mismo a levantarte temprano para luego tener que recurrir a café, té o bebidas energéticas para seguir despierto.
LA REALIDAD INCÓMODA
Es evidente que a los trasnochadores les puede costar adaptarse al horario si tienen un trabajo de turnos estándar o si tienen hijos a los que alimentar, dar de beber y llevar al colegio temprano.
Aunque en un mundo ideal sería posible dormir unas pocas horas más por la mañana, si estás obligado a seguir un horario matutino, existen ciertos trucos con los que puedes mejorar la calidad de tus días, entre otros:
- Planear el día la tarde de antes. Pueden ser tareas personales, laborales o una combinación de ambas. Al planear tu día la noche anterior, harás un uso productivo de tu energía vespertina y te costará menos ponerte las pilas al día siguiente.
- Aprender cuándo tu productividad está al máximo. Probablemente sea por la tarde o incluso por la noche, pasada la medianoche. Cuando sepas la hora, utilízala de forma estratégica.
- Distribuir tu tiempo productivo. Los madrugadores afirman que uno de los beneficios de levantarse temprano es que hay poca gente levantada, así que pueden llevar a cabo su trabajo sin interrupciones. Lo mismo ocurre si tu pico de productividad es después de medianoche. No obstante, si es por la tarde, tendrás que dividir tu tiempo y tus actividades para ajustarlas a tus períodos más productivos.
Los trasnochadores no deberían sentirse obligados a convertirse en madrugadores. Ninguno es mejor que el otro; lo más importante es saber qué se ajusta mejor a ti. Cuando descubres el momento en el que eres más productivo, todas las piezas encajan.