Juan Carlos Onetti visto por Mario Vargas Llosa
El martes 5 de mayo, a las 19:30 horas, el Premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa evocará en la Fundación Juan March el mundo literario y personal del escritor uruguayo Juan Carlos Onetti en conversación con el escritor y periodista Juan Cruz. Esta nueva sesión del formato Nombres de Latinoamérica se completa el jueves 7 de mayo, a las 19:30 con la lectura de algunos cuentos de Onetti, que realizará el actor Emilio Gutiérrez Caba y comentará el propio Juan. Esta doble sesión dedicada al Premio Cervantes Juan Carlos Onetti concluirá con la actuación del pianista argentino Juan Esteban Cuacci, quien interpretará tres tangos.
Mario Vargas Llosa no es solo un reconocido narrador, que ha obtenido con sus libros los principales premios nacionales –de Perú y de España- e internacionales, sino también un sobresaliente ensayista, que ha tratado los más variados temas, desde los de actualidad a los más estrictamente literarios, habiéndose ocupado, en textos clásicos y bien conocidos, de Flaubert, del autor de Tirant Lo Blanch, de Víctor Hugo o del escritor peruano indigenista José María Arguedas.
En 2008 escribe El viaje a la ficción. El mundo de Juan Carlos Onetti, donde se adentra, con perspicacia y generosidad en la vida –en breves pinceladas- y en la obra del autor de La vida breve: en su opinión, “la novela más trabajada de Onetti y una de las más ambiciosas de la literatura latinoamericana, de una audacia y originalidad comparables a la de los mejores narradores del siglo XX”.
Antes de ofrecer esas breves pinceladas de la vida de Onetti, pinceladas que siempre tienen que ver con su relación con la literatura y con los libros –novelas y relatos, en el arte de narrar, en lo que fue un maestro-; antes de adentrarse, uno a uno, en esos títulos, algunos de ellos esenciales en la literatura latinoamericana del siglo XX, Mario Vargas Llosa dedica un capítulo preliminar a justificar el porqué de la primera parte del título del libro, El viaje a la ficción, y en esta aproximación teórica escribe al final de la misma:
“El tema de la ficción y la vida es una constante que, desde tiempos remotos, aparece en la literatura y, además de las obras que ya he citado –el Quijote y Madame Bovary-, muchas obras lo han recreado y explorado de mil maneras diferentes. Pero acaso en ningún otro autor moderno aparezca con tanta fuerza y originalidad como en las novelas y los cuentos de Juan Carlos Onetti”.
Esa fuerza y originalidad de la literatura de Onetti saldrá, este martes 5 de mayo, en la conversación con el escritor y periodista Juan Cruz, así como se detendrán en algunas de las novelas onettianas, tan profundamente marcadas por Faulkner-el escritor sureño norteamericano que le deslumbró literal y literariamente y le marcó el camino a seguir-. Y sin duda recordará públicamente, como lo hizo por escrito en este libro sobre El mundo de Juan Carlos Onetti, cómo le conoció en junio de 1966, en Nueva York, en el congreso del PEN Internacional, que presidió Arthur Miller, y al que acudió una nutrida representación de las letras latinoamericanas.
Lo dejó por escrito en una de las páginas del ensayo citado: “Tímido y reservado hasta la mudez, no abrió la boca en las sesiones del congreso e incluso en las reuniones pequeñas, entre amigos, a la hora de las comidas o en el bar, solía permanecer silencioso y reconcentrado, fumando sin descanso.” Del Congreso en Nueva York surgió la posibilidad de hacer una gira por Estados Unidos y a Vargas Llosa le tocó Onetti de compañero de viaje, con algunos otros.
Y sigue escribiendo Vargas Llosa: “Sólo en San Francisco tuve ocasión de charlar con él un poco, en barcitos humosos y oscuros de los alrededores del hotel. Costaba trabajo animarlo a hablar, pero, cuando lo hacía, decía cosas inteligentes, eso sí, impregnadas de ironía corrosiva o sarcasmos feroces. Evitaba hablar de sus libros. Al mismo tiempo, detrás de esa hosquedad y esas burlas lapidarias, asomaba algo vulnerable, alguien que, pese a su cultura e imaginación, no estaba preparado para enfrentar la brutalidad de una vida de la que desconfiaba y a la que temía”.
