¿Qué ocurre de verdad el la Capilla Sixtina?
Por Antonio Costa
Cuando estuve allí la mitad del techo estaba oscuro y la otra mitad claro, el claro era la parte restaurada, y no puedo decir que me gustara verlo, me parecía chillón y estridente, en realidad toda restauración es una recreación, una hipótesis, una obra siempre un poco hortera del restaurador, las restauraciones son ahora tan falsas como lo eran las de las catedrales góticas en el siglo XIX por Viollet Leduc que ahora miramos con tanto desdén, Marguerite Yourcenar dice que el tiempo es un gran escultor y lo creo, y también es un gran pintor, y me parece mucho más sugerente la obra del tiempo que la de un estudioso académico imbuido de teorías, incluso probablemente sería mejor la obra del tiempo con Miguel Ángel que la obra de Miguel Ángel solo , pensad que el Partenón y tantas obras griegas estaban policromadas, cubiertas de colores chillones que debían de dar un resultado de lo más hortera, creo que el tiempo igual que la memoria sabe poner misterio y evocación y atmósfera en los monumentos, y no me alegra mucho que la Capilla Sixtina entera esté ahora restaurada, es decir, falsificada.
En todo caso allí, aparte de un montón de turistas y de ruidos, y aparte del Juicio Final y el Cristo terrible que rechaza a unos y recibe a otros con su mano poderosa, y las Sibilas y los Profetas y todo eso, lo que me parece más sugerente e inolvidable es “La creación de Adán”, allí se ve como el Dios de Miguel Ángel acerca su dedo a Adán , le insufla la vida con su dedo largo y prodigioso, le transmite su energía infinita, Miguel Ángel capta allí lo que es la inspiración en su sentido más puro, dar vida a lo inerte, insuflar espíritu en la materia, vida en el cuerpo, alma en el organismo, el mundo está vivo porque lo ha vivificado Dios, y si Dios ha soplado un día se puede decir que está soplando continuamente, pero a pesar de toda su potencia, Miguel Ángel sabe que la inspiración puede ser lo más sutil, lo más delicado, lo imperceptible, por eso el dedo de Dios apenas toca al de Adán que se alarga con hambre, no se trata de rayos y truenos, puede ser lo más secreto, Dios flota sobre el mundo como una visión de energía, porque la energía es precisamente flotar, mantener la tensión, escapar de la inercia, pero ese Dios terrible solo necesita susurrar a su criatura para que tenga vida, no necesita pegarle un golpe ni gritarle al oído, el Miguel Ángel terrible que en las Capillas Mediceas de Florencia esculpe mujeres como cuerpos de hombre con tetas (El Día y la Noche), como machorras, también es el que había leído a Platón y amaba a Vitoria Colonia con sutileza, y lánguido y extendido como está Adán, en esa postura caída, exactamente en meditación, es como podrá recibir la magnitud del secreto, solo con la punta del dedo de Dios, no necesita darle un golpe.
Y de ese secreto estamos viviendo todos, pero debemos extender la mano como hace Adán, debemos extendernos hacia esa energía imparable que se acerca a nosotros, que es poderosa y es delicada, Miguel Ángel lo sabe bien , se crea y se vive dejándose tocar por Dios, por la inspiración, entonces será cuando Adán se levante y supere su languidez y su modorra y se ponga a pasear por el Paraíso y lleve la belleza en su cuerpo y se haga flexible y busque después a Eva para abrazarla, Miguel Ángel sabe espiritualizar los cuerpos, poner toda la belleza que radica en los cuerpos humanos, tanto si se inspira en el platonismo como si en la tradición cristiana, él nunca pintará cuerpos inertes, todas sus creaciones tendrán esa potencia, ese dramatismo, todos nos sobrecogen.
Debemos seguir la sugestión de Miguel Angel : dejar que nos toque Dios con la punta del dedo, es una forma de comunicación exquisita, leve, incontrolable, dejar que el prodigio y el milagro entren en nosotros, entonces veremos que el mundo no ha perdido su encanto como decía Max Weber, que el arte no ha perdido su aura como pretendía Walter Benjamín, entonces de verdad podremos empezar a decir cosas, no repetir los tópicos de los maestros, Adán está tendido porque necesita recibir, pero luego se enderezará lleno de energía y de vida, hay que tenderse para no oponer nada al encanto que llueva sobre nosotros y entonces de verdad nos levantaremos.
¿Y por qué Miguel Ángel representa precisamente la mano de Dios?, en la India creen en la bondad de tocar a un santo para que nos transmita sus propiedades, no se trata de que nos enseñe nada, no es cuestión de palabras, es cuestión de que nos traspase su energía, su conectar con el Ser, así también el Dios de Miguel Ángel simplemente toca, no habla, no es cuestión de discursos, es cuestión de comunicarse directamente, de verterse, y se vierte en nosotros, a pesar de que en la sala haya un montón de grupos turísticos apresurados, de que los guías arrastren a los rebaños con sus tópicos, de que luego haya que ver trescientas obras más, y pasar por las Estancias de Rafael, y visitar el Laoconte, y no sé cuantas cosas más, Miguel Ángel a pesar de todo nos puede sacudir, coger por las solapas, susurrarnos al oído, aunque estemos hartos de llevar horas de pie, de levantarnos de madrugada para hace una cola de varios kilómetros ante los Museos Vaticanos, y a veces parece que nos cae el martillo de la iluminación del Artista Terrible, como decían que les caía a los incautos que querían ver la Gran Obra antes de que estuviera terminada, y sí, señores, no es solo cumplir un plan turístico obligado, puede que de verdad tengamos una experiencia sobrecogedora en la Capilla Sixtina.