José Mª Martín Moreno, catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública “Un traje de bioseguridad de un nivel mayor habría sido contraproducente”
Días después de que se supiera que España tenía el primer caso de contagio de ébola fuera de África, aún se desconoce qué pudo fallar para que la auxiliar de enfermería, Teresa Romero, se infectara con el virus. José Mª Martín Moreno, médico facultativo coordinador de calidad del Hospital Clínico Universitario de la Universidad de Valencia, ve una obligación “con nuestra sociedad y con la comunidad internacional” esclarecer por qué ha ocurrido este contagio. La salud de Romero ha empeorado en las últimas horas.
¿Qué posibilidades hay de que un caso como el de la auxiliar de Madrid se propague a la población?
Hasta ahora –en el momento en el que hablamos–, y sin contar a los dos enfermos que se repatriaron desde Liberia y Sierra Leona respectivamente, solo una persona, la auxiliar de enfermería del Hospital La Paz-Carlos III que tuvo contacto con materiales potencialmente contaminados en la habitación del misionero Manuel García Viejo, ha presentado resultados microbiológicos positivos para virus del ébola en España. El resto están en cuarentena y aislamiento preventivo.
¿Qué medidas se deben tomar ante estas personas que se han identificado como potencialmente infectadas?
“La mejor prevención y terapia contra la confusión y el miedo es la información transparente y directa”
El virus de ébola es relativamente poco contagioso –en comparación con otras patologías–, aunque sí que es muy letal y debemos hacer todo lo posible por minimizar las exposiciones. Eso se consigue evitando el contacto directo (a través de las mucosas o de soluciones de continuidad de la piel) con órganos, sangre, secreciones, saliva, vómitos, u otros líquidos corporales de personas infectadas. Se debe evitar también el contacto indirecto con materiales contaminados por dichos líquidos (gasas y materiales húmedos infectados). Además, hay que tomar precauciones en relaciones sexuales con personas que hayan estado potencialmente infectadas, teniendo en cuenta que el virus permanece en el semen de un hombre que haya padecido la enfermedad hasta un máximo de siete semanas tras la recuperación, y que tras los test microbiológicos se demuestre recuperado.
¿Cuál es el nivel de alerta que tiene un país como España?
Aunque el riesgo cero nunca existe, lo cierto es que siguiendo medidas sencillas de contención del riesgo, y la cuarentena y aislamiento preventivo, todos los expertos coinciden que la probabilidad de que la epidemia se propague de forma significativa a la población en España o en países de nuestro nivel de desarrollo en Europa es baja.
Hay un protocolo claro de actuación, pero ¿se cumple también con este protocolo la Ley de Riesgos Laborales?
Esto es algo que habrá que verificar de forma rigurosa. Evidentemente, en el caso de la auxiliar de enfermería que se ha infectado se han producido una serie de errores que hay que identificar para corregir en el futuro. Los servicios de riesgos laborales especializados habrán de examinar paso a paso y meticulosamente qué ha podido pasar y en qué pasos se han cometido errores.
Se habla de error humano, ¿qué opina al respecto?
Errar es humano, pero no reconocer el error es la peor equivocación en la que podemos incidir. Identificar lo que realmente falló es una obligación con nuestra sociedad y con la comunidad internacional que se está preguntando –junto a todos nosotros– por qué ha ocurrido este contagio. Saber qué ha pasado para que no vuelva a ocurrir.
¿Qué acción sanitaria se activa o se pone en marcha a partir de ahora?
Como la probabilidad de que la epidemia se propague de forma significativa a la población es baja, lo que hay que hacer es informar de forma transparente y seguir los protocolos de forma sistemática y rigurosa, dentro de un sistema nacional de salud que está preparado para afrontar este tipo de retos si se hace un adiestramiento básico, y todos nos lo tomamos sin alarmismo pero con profesionalidad.
¿Los trajes que se usaron son los adecuados para este tipo de virus?
Los equipos de protección individual utilizados en el hospital La Paz-Carlos III son de lo que se denomina nivel 2 y son más que suficientes para las labores habituales de protección y aislamiento de contacto. Eso sí, hay que utilizar la talla apropiada (hay hasta 6 tallas) y colocárselo y quitárselo de manera sistemática.
¿Un traje con protección de mayor nivel hubiera cubierto mejor la exposición al virus?
La utilización de trajes de bioseguridad de nivel mayor puede ser incluso contraproducente, suelen ser muy incómodos, limitan los movimientos y conllevan con frecuencia el incluir tanques de oxígeno para aportar aire con presurización, ventilación autónoma y presión positiva. Estos deben reservarse para las intervenciones que generan aerosoles –exploraciones invasivas o intubación–, en algunas situaciones específicas como hemorragias masivas, y en los laboratorios donde se cultiva el virus. Por lo demás, son por tanto prácticamente innecesarias en el manejo habitual de los casos. Mi equipo de investigación ha publicado un artículo al respecto en la revista The Lancet.
Los vecinos de la auxiliar en Madrid han manifestado en diversas ocasiones su intranquilidad. ¿Qué información se les debe hacer llegar?
La mejor prevención y terapia contra la confusión y el miedo es la información transparente y directa. Cuanto más fluida sea dicha comunicación con las organizaciones vecinales, y cuanto más oportunidad se dé, a través de un teléfono directo o una página web interactiva de preguntas y respuestas ante dudas específicas, tanto mejor.