Los escenarios ideales cuando viajamos son haber disfrutado al máximo nuestra aventura, regresar con muchos souvernirs o al menos con muchas anécdotas que contar (y en su mayoría chistosas), conocer a muchas personas y lugares increíbles, entre otros más. Sin embargo, durante la travesía, a veces nos enfrentamos a situaciones traumáticas que nos generan reacciones psicológicas, como si fueran una especie de ronchas emocionales, a ciertos estímulos en específico.

Estas ronchas emocionales pueden provocar olas desproporcionadas de ansiedad (emocional y física) ante alguna situación, objeto o animal  que uno considera muy peligrosos; por consiguiente, la persona afectada evitará de manera exagerada encontrarse en el camino con estos estímulos. De acuerdo  con el DSM-V (Manual de Diagnóstico y Estadística V, por sus siglas en inglés, y en donde se juntan todos los trastornos psiquiátricos habidos y por haber) este pánico desmedido se le llama “fobia”. En esta edición del manual, la fobia sólo puede ser diagnosticada por los médicos especialistas, ya que es importante distinguir los miedos irracionales e irreales con reacciones secundarias a causa de medicamentos u otras sustancias.

Y ahora sí, teniendo en cuenta un poquito a qué nos referimos cuando hablamos de fobias,  compartimos 12 aversiones relacionadas con el viaje:

1. Fobofobia: Miedo irracional al miedo que pueda generarte alguna fobia.
2. Cronofobia: Miedo a que el tiempo pase rápido. Esta particular preocupación empieza cuando recibes los recordatorios del check-in en el aeropuerto, y cuando no recuerdas siquiera el inicio de tu viaje.
3. Disposofobia: Pánico exagerado a perder cosas o a ser asaltado. Estos síntomas pueden ocurrir después de haber resentido la pérdida de tus cosas por cualquier circunstancia.
4. Sesquipedalofobia: Miedo a las palabras largas. ¿Te imaginas tratar de leer un menú en un país cuyo idioma es característico por la longitud de sus palabras? Hasta leer el nombre de esta fobia genera pánico.
5. Halitofobia: Repulsión al mal aliento. Estás en Roma, en plena época de calor, y te encuentras en un autobús atascado de gente…
6. Ipovlopsicofobia: Pánico a que te tomen fotografías. Olvídate de fotografiarte en frente de la Torre Eiffel o de la Torre inclinada de Pisa.
7. Decidofobia: Aversión irracional a tomar decisiones; dígase, ¿a cuál destino turístico te gustaría ir?
8. Emetofobia: Miedo a vomitar: ¿te ha pasado que acabas de conocer a tu media naranja y sin querer expulsas cual volcán todo lo que acababas de ingerir?
9. Pedofobia: Repugnancia a los niños, y en especial cuando se tratan de gritones, parlanchines, berrinchudos o soplones.
10. Autofobia: Repulsión a estar solo (aún en tu habitación de hotel).
11.  Agirofobia: Pánico a cruzar la calle, ya que te pueden atropellar, observar o a saber qué más pueda suceder.
12. Nomofobia: Miedo a no estar en contacto con el teléfono móvil; ya sea porque: a) estás perdido, b) perdiste a alguien más en el camino, c) por algún contratiempo con las tarjetas de crédito o débito.

Así que, fuera de broma, estas fobias realmente suceden. La persona que los experimenta, sufre de manera desmedida; por lo que, más allá de señalarla con un dedo juicioso, traten de comprender su situación y aminorar su ansiedad al pedirle que cierre los ojos, que respire profundamente, y recordarle que tales estímulos no son tan peligrosos.

 
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