El Estado Islámico amenaza con atacar iglesias, comisarías y ayuntamientos en España

Por Redacción 

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Foto EP

 

 

Yihadistas con vinculaciones en España e integrados en el grupo terrorista Estado Islámico (EI) amenazan abiertamente con cometer atentados en suelo español a su regreso de los lugares en conflicto y señalan objetivos concretos como iglesias, ayuntamientos o comisarías de Policía.

Así se recoge en un estudio al que ha tenido acceso Europa Press realizado por el experto José María Gil Garre, quien ha hecho un minucioso seguimiento de sus perfiles en redes sociales llegando incluso a interactuar con ellos. El informe incluye una extensa conversación con un yihadista español del Frente Al Nusra, la marca de Al Qaeda en Siria.

De este modo, radicales islamistas evolucionan de las habituales amenazas simbólicas de conquistar Al Andalus como territorio histórico de los musulmanes a hablar por primera vez de lugares concretos en los que atentar: “Atacar España, ocurrirá pronto, ya lo verás cuando empiecen a estallar vuestros ayuntamientos y comisarías. Vais a ver lo cerca que estamos de vosotros”. Quien así se expresa, usando un español fluido, es Imad Jibar, con “muy fuertes vinculaciones a España”, según el estudio realizado para el Departamento de Estudios sobre Terrorismo del Instituto de Seguridad Global.

Durante su conversación con el autor del informe, Imad Jibar puso de manifiesto sus amistades con individuos de Ceuta que habrían viajado hasta Siria y que habrían muerto allí. Entre ellos destaca Rachid Wahbi, un taxista español, de Ceuta, que asesinó a 130 personas inmolándose con un camión-bomba con el que se llegó a introducir en un cuartel del Ejército Oficial de Siria. Rachid Wahbi fue uno de los primeros yihadistas españoles de los que se informó de su presencia en Siria.

El análisis sostiene que Imad Jibar está integrado en las filas de Estado Islámico por el testimonio que va exponiendo durante la conversación y por la información gráfica obtenida en su perfil de Facebook. Sus fotografías, tomadas en Siria, le ubican junto a terroristas ya conocidos como Kokito Castillejos, natural de esa localidad cercana a Ceuta y especialmente activo en las redes sociales a la hora de publicitar sus crímenes incluyendo fotografías con cabezas degolladas.

“ESTAMOS MUY CERCA, InschaAllah, estamos muy cerca. Yo te hablo de España. InschaAllah, ya verás, ya verás, no te preocupes. Esa imaginación verás cómo se hace realidad (…)Ya verás, nadie decía [pensaba] que se pudiera atacar a América, y se atacó (…) Como el sueño que teníamos de un califato, y ya es una realidad”, insiste Imad Jibar, quien justifica el degollamiento de personas “porque tienen una religión distinta a la religión de Allah”.

En su estudio de estos perfiles, Gil Garre (que ha actuado en ocasiones como perito judicial acreditado ante los tribunales de Justicia en esta materia) se presenta ante estos radicales como cristiano, español y estudioso del Islam. De este modo entra en contacto con ellos y el resultado de sus investigaciones es siempre puesto en conocimiento de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado.

“SÍ, VOY A ATACAR A ESPAÑA”

Conocemos muy bien nuestros objetivos. Los musulmanes no se ubican en las iglesias. atacaremos vuestras iglesias. Sí, voy a atacar España, y será un placer para mí”, dice otro de los perfiles estudiados. En este caso se trata de Abou Dhar, un joven de poco más de 20 años con relaciones en Ceuta, pero natural y vecino de la cercana población marroquí de Castillejos. En este caso la conversación tuvo lugar en árabe el pasado 26 de agosto.

Preguntado acerca de si Estado Islámico tiene previsto atacar España, este joven dice: “sí, pronto, inschaAllah”. Al ser advertido de que en España viven también musulmanes que podrían ser víctimas de esos ataques, el yihadista responde: “Somos conscientes de nuestros objetivos y conocemos muy bien el blanco que vamos a atacar”. “Ya no cabe hablar más y por eso hemos optado por los ataques (…) Espera y verás lo que ocurrirá en España”, sostiene.

Otro de los perfiles del estudio es el de un yihadista de nacionalidad española y que viajó de Barcelona a Siria y al que el autor se refiere como AF para no dar su nombre por razones de seguridad. El pasado mes de mayo este radical publicó una carta en su perfil de Facebook en el que anunciaba su presencia en Siria.

“Ahora soy un hombre libre aquí, nadie te para en medio de la calle para pedirte la documentación, aquí ya nadie te mira mal por tener barba o ser diferente, hemos dejado esa vida de esclavos, ahora sólo sigo siendo esclavo de Allah y de nadie mas. A ver quién tiene narices de pararte y pedirte nada o someterte a esas ridículas leyes, aquí nadie va a ponerse en las filas del Inem porque aquí nadie esta sin trabajo”, reivindicaba en su carta.

 

 

 

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DEJÓ BARCELONA EN 2010

Español de origen magrebí, AF dejó Barcelona en 2010 y se marchó a Inglaterra donde permaneció durante unos dos años. Según él, fue “para replantearse la vida”. En 2011, al estallar el conflicto en Siria, se desplazó a ese país en contra de su familia para combatir contra las tropas de Bassar el Assad y se integró en la filial oficial de Al Qaeda Frente Al Nusra, grupo que también mantuvo enfrentamientos con Estado Islámico.
Gil Garre entró en contacto con este joven el pasado mes de agosto. La primera conversación larga se produjo al atardecer del día 9 de ese mes cuando se encontraba de guardia en un campo de refugiados en las inmediaciones de Lattakia, según dijo, “una zona segura de Siria, aunque con bombardeos”.

QUIERE REGRESAR A ESPAÑA

De las distintas conversaciones mantenidas, el autor del informe concluye que “quiere volver, quiere salir de Siria y regresar a España a ver a su familia”, pero por otra siente que hacer eso sería “hacer el ridículo”, pues sería “haber perdido el tiempo”, pues entiende que su misión allí no ha terminado.

En este caso, durante las conversaciones no dirigió ninguna amenaza expresa contra España. Conductas rechazables que imputa a aparatos de Estado, como el policial y judicial en países árabes. En cambio, valora positivamente que no se produzcan en España o países del entorno. Llega a decir que “por los menos en Europa no te detienen sin pruebas”.

Pese a todo el autor advierte que se trata de “un perfil que eventualmente puede retornar de una zona de conflicto” que habla en un contexto en el que “se siente observado” por lo que el grado de sinceridad y veracidad de las conversaciones, como en el resto de casos, no es ponderable objetivamente sin otro tipo de actuaciones que debieran ser realizadas -y seguramente se están realizando- por parte de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.

 

 

 

 

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