De la sexualidad adolescente y otros demonios…

Enseñarlos a respetar y a amar sus cuerpos como son, a sentirse felices con sus capacidades, habilidades y circunstancias de crecimiento, a reconocer el tacto y el contacto seguro.

 

PLYIMA20140114_0070_9

 

Por Karla Lara

Nuestros jóvenes son una prioridad a nivel mundial, nos preocupa y nos ocupa su alimentación, su salud, su educación y todo lo que represente su sano desarrollo. Y hablar de salud implica considerar con especial importancia el aspecto sexual.

No tenemos que ser madres para que nos importe si los jóvenes (hombres y mujeres) tienen condiciones aptas para decidir sobre su sexualidad, si tienen al alcance condiciones no solo físicas, sino emocionales para ello, si existen oportunidades de educación y desarrollo disponibles: en casa y fuera de ella, porque en la adolescencia se empieza a ejercer la sexualidad y ello tendrá un importante efecto en su calidad de vida a futuro y esto, es responsabilidad de todos.

Si miramos los medios de publicidad y las redes sociales, podemos mirar fácilmente como se ha erotizado la juventud, la actitud de los jóvenes y me refiero a los muy jóvenes: 12, 13, 14 años es una actitud y una apariencia que no corresponde muchas veces de manera natural y orgánica a su edad y lo triste es que a pesar de detectar que existe un desfase, hacemos poco o nada al respecto. Y es que es verdad que queremos jóvenes responsables, independientes, autodirigidos, que además tienen derechos que incluyen los sexuales y los reproductivos, la pregunta es ¿Si están listos o no para ejercerlos? y si nosotros como sociedad, como colectivo estamos dispuestos a dejar hacer y dejar pasar…

Las estadísticas son frías, pero reflejan realidades. En México, las y los jóvenes inician su vida sexual entre los 15 y los 19 años, en promedio y esto no significa que lo hagan voluntariamente o protegidos. Y es que al hablar de sexualidad con niños y jóvenes (al nivel que corresponda con cada uno), no es suficiente hablar de protección contra enfermedades y prevención de embarazos no deseados. Debemos incluir las emociones, la consciencia y los riesgos propios de rebasar la capacidad emocional con elecciones fuera de tiempo. Queremos que nuestros adolescentes decidan responsablemente y que tengan libertad para ello, pero eso no es suficiente si no les damos las bases para que que entiendan el significado de responsabilidad. Iniciar la vida sexual despierta los sentidos a placeres y sensaciones que normalmente les van a gustar, con ello puede ser que experimenten con parejas distintas en periodos cortos de tiempo y eso los expondrá más y más no solo a los riesgos fisiológicos propios de la vida sexual activa, sino a un infinito de conflictos emocionales que no serán sencillos de resolver y que muchas veces se arrastran hasta la edad adulta.

Cada año dan a luz 16 millones de adolescentes en el mundo. Los riesgos de un embarazo en la adolescencia están fuertemente asociados con las desigualdades, la pobreza y la inequidad de género y de todas maneras se embarazan adolescentes de todas las clases sociales y con acceso a información. Las probabilidades de que las adolescentes de entre 15 y 19 años mueran debido a complicaciones durante el embarazo o el parto son dos veces mayores que las de una mujer de 20 a 30 años, además de ñas enfermedades y de la violencia que muchas veces hay detrás de la vida sexual.

¿Qué podemos hacer para hablar de sexualidad sin ser limitados?…, no es un tema en el que todos nos sentimos confiados porque nos refleja nuestras propias experiencias (abundancias o carencias emocionales) y la manera en la que fuimos educados sexualmente, pero siempre podemos hacerlo mejor, siempre podemos pedir ayuda si no sabemos como hacerlo, siempre podemos reconocer que hay cosas que nos rebasan, pero lo más importante es reconocer a nuestros jóvenes como seres con capacidades sexuales no solo físicas, sino emocionales.

Proteger a los niños y jóvenes es un deber común, pero hacerlo con consciencia es lo que debería ser el común denominador al momento de criar y educar. Enseñarlos a respetar y a amar sus cuerpos como son, a sentirse felices con sus capacidades, habilidades y circunstancias de crecimiento, a reconocer el tacto y el contacto seguro, a que reconozcan el amor y la seguridad en nuestro trato, abrir un espacio para sus inquietudes siempre es algo inteligente de nuestra parte. Enseñar que la sexualidad no es solo tener “relaciones sexuales” y que el hacerlo no nos dará necesariamente amor o felicidad o sentido de pertenencia a pesar de que nos dé placer. Enseñar que los niños y jóvenes pueden decir que les gusta y que les disgusta y que eso debe respetarse, como ellos deben respetar que les gusta o que les disgusta a otros. Fomentar que los jóvenes se maquillen en exceso o que vistan como hombres y mujeres mayores no es un juego, es exponerlos a que confundan su identidad o a que a veces no la identifiquen en su búsqueda. Es verdad que muchas veces no seremos consultados, pero entonces nos toca estar para contener el exceso que cada adolescente maneje, nos toca estar cerca para identificar los riesgos y los peligros. Lo fácil es decirles que decidan y que asuman las consecuencias. Lo difícil es estar cerca y hacernos responsables nosotros por su cuidado. No hay que confundir libertad con falta absoluta de límites. Los límites nos enseñan hasta donde podemos reaccionar en ciertas circunstancias.

Claro que es importante enseñarles sobre higiene sexual, enfermedades y métodos anticonceptivos, pero vuelvo, no es suficiente. Ser coherentes con nuestra manera de actuar y decir es un referente, y si, me refiero a nuestra propia vida sexual adulta. Los niños ven, los niños hacen, eso no es novedad, solo que esos niños luego crecen y también hacen. Estemos cerca, estemos pendientes, estemos atentos, estemos conscientes, si no son nuestros hijos, son hijos de alguien mas…, y todos representan un futuro inmediato, si podemos ser parte de ese futuro de manera activa y preventiva, positiva y amorosa, ¿por qué no?, ¿en qué momento hemos aprendido que el exceso de amor o dirección daña a otro?, ¿qué no es mas daño el abandono bajo el supuesto de la independencia?

Hablemos con consciencia al momento de hablar de sexo: las emociones serán de cada uno, porque somos seres humanos únicos, pero la consciencia nos habita a todos y no me refiero a la religiosidad, sino a conocernos y a amarnos a nosotros mismos y a los demás.

 

@KarlaDoula

[MamaNatural]

 

Ilustración: Apollonia Saintclair

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.