Misterios de la cultura
Por Mónica Maristain
¿Es de Ucrania o de Rusia el cráneo de Nikolai Gógol? En abril pasado contabamos la historia de una calavera que constituye otro motivo –como si faltaran- para enfrentar a Rusia con Ucrania.
Nikolái Gógol, fallecido en 1852, fue enterrado en el monasterio Danilovski; en 1931, cuando se eliminó el camposanto, el gobierno dio la orden de reubicar al autor de “El capote” en Novodévichy, en Moscú.
Algunos escritores contemporáneos que asistieron a la exhumación, juraron que el ataúd estaba abierto y que faltaba la cabeza del escritor, un hecho cuya responsabilidad adjudicaron a un autor casi olvidado de nombre Lidin.
Nikolai Gogol: Un imprescindible de la literatura universal.
Más allá de los rumores, ¿dónde está la cabeza de Gógol? Se dice que en 1909, cuando se renovó la tumba del célebre autor, Alexéi Bajrushin, un famoso y excéntrico comerciante de Moscú, sobornó a los monjes del monasterio de Danilovski y pudo encontrar la cabeza de Gógol para exhibirla en su museo privado. Desde entonces, se ha perdido completamente la pista de la calavera. El hecho es uno de los tantos misterios que habitan en la historia de la cultura y que aun cuando pase el tiempo no se ha podido resolver.
EL MISTERIO DE LA MONA LISA
Por caso, ¿quién fue la Mona Lisa? Recientemente, el periódico británico The Guardian, afirmó que Leonardo Da Vinci habría trazado letras y números minúsculos en las pupilas de la mujer retratada como señas que orientarían en la búsqueda de su identidad.
Según el historiador Silvano Vinceti, presidente de la comisión nacional de patrimonio cultural de Italia, en el ojo derecho de la Mona Lisa aparecen las letras LV (iniciales de Leonardo Da Vinci) y en el izquierdo unos símbolos cuyo significado todavía no se ha descifrado.
La dama de la sonrisa enigmática ha sido a menudo identificada como Lisa Gherardini, la esposa de un mercader de Florencia, un hecho que el historiador mencionado, quien sostiene que el famoso cuadro fue pintado en Milán.
LOS RESTOS DE CERVANTES
Otros de los misterios de la cultura es la ubicación de los restos de Miguel de Cervantes Saavedra (1547-1616), el célebre autor de El Quijote y de cuya muerte se conmemoran 400 años en el próximo 2016.
Este viernes comenzó la búsqueda en el céntrico convento de Madrid en el que fue enterrado junto a su mujer.
“Se trata de sacarlo de su tumba anónima y devolverle la deuda que toda la humanidad tiene con él”, dijo el historiador Fernando de Prado, director del equipo que integran también el geofísico Luis Avial, experto en el georradar, y el forense Francisco Etxeberría, citado por la agencia dpa.
Miguel de Cervantes Saavedra, enterrado en una tumba anónima. Foto: Archivo
Lo que no se sabe es dónde se encuentra exactamente la tumba del también autor de Novelas ejemplares, que además podría haber cambiado de ubicación con las obras de remodelación que a lo largo de los siglos ha sufrido el convento, fundado en 1612.
Como la línea sucesoria de Cervantes quedó extinguida, no se podrá hacer un estudio de ADN, por lo que en una etapa final se identificarían los restos mediante caracterización antropológica: es decir, por las lesiones que se sabe que sufrió en la batalla de Lepanto, en 1571, la gran nariz que tenía y que solo le quedaban seis dientes.
La idea es dejar a Cervantes enterrado donde esté, pero con una placa que lo recuerde, previsiblemente antes de que en 2016 se cumplan cuatro siglos de su muerte y a ser posible para 2015, cuando se celebra el cuarto centenario de la segunda parte de El Quijote.