Lunes de arte: Las maravillas de la naturaleza
La obra de Magritte Las Maravillas de la Naturaleza (también llamada Canción de Amor), ilustra plenamente la sensibilidad poética del pintor belga. En ella representa dos amantes con cabeza de pescado, aparentemente unidos por el canto.
La forma convencional de la sirena, criatura de torso humano y cola de pez, se invierte en la obra conformando una criatura fantástica, aún más irreal si cabe que la propia sirena. Como muchos de los surrealistas, Magritte conocía bien el poema Les Chants de Maldoror, del Conde de Lautréamont (Isidore Ducasse). En 1948 realizó una serie de ilustraciones para una edición de la obra del poeta, entre las que se encontraba la representación de un pez con piernas humanas, sentado en una roca junto al mar y con un pequeño barco surcando las olas en la distancia.
El velero o barco fantasma y la petrificación de las figuras son dos elementos recurrentes en la obra de Magritte, especialmente durante la década de los años 50. A pesar de parecer petrificadas, las figuras se muestran vivas y dotadas de una misteriosa calidad humana.
Las Maravillas de la naturaleza (1953), René Magritte. Óleo sobre lienzo, 177.5 x 98 cm, Museo de Arte Contemporáneo de Chicago.
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