Mary Wollstonecraft, mi feminista favorita
Por Sandra Ferrer
Si preguntáramos a alguien quién es Mary Shelley , posiblemente algunos amantes de la literatura de terror nos dirían, “ah, sí, la autora de Frankenstein”. Si fuéramos más osados y preguntáramos por su madre, casi nadie sabría respondernos, seguro. Y si diéramos su nombre, posiblemente tampoco. Mary Wollstoncraft cayó en el olvido durante un largo siglo pero cuando fue recuperada por otras mujeres de la talla de Virginia Woolf, su expansión entre el saber popular continuó siendo restringido. Hoy, en el aniversario de su nacimiento, me apetece explicaros por qué Mary Wollstonecraft es, como dice el título, mi feminista favorita.
Por su gran obra feminista
Vindicación de los derechos de las mujeres, fue publicada en 1792. En ella argumentó con gran lógica e inteligencia, todo lo que durante siglos llevan las mujeres argumentando: que somos iguales a los hombres y más lo seríamos si tuviéramos el mismo acceso al saber y los mismos derechos civiles que ellos.
Por sus ganas de cambiar el mundo
Mary nació en un mundo oscuro, con un padre arruinado y violento con su madre y una sociedad que se reía de las mujeres que querían hacer algo más que cuidar del hogar. Un mundo del que decidió salir a pesar de las dificultades económicas de una manera de lo más revolucionaria, ganándose la vida con sus palabras.
Porque fue feminista, pero también fue mujer
Mary defendió la igualdad de hombres y mujeres, pero no renunció al amor de un hombre ni a la grandeza de la maternidad, aunque ambas cosas terminaran siendo dramáticas para ella. Pero Mary no hizo como otras mujeres antes y después que negaron su naturaleza femenina y quisieron emular a los hombres, sino que fue siempre fiel a lo que era.
Porque el mundo le dio la espalda
Aquel mundo en el que nació Mary, no le perdonó un romance fuera del matrimonio y menos un hijo nacido del pecado. Su debilidad femenina pesó más durante años que su valía como escritora y pensadora.
Porque regaló su vida a ese mundo hipócrita
Mary terminó sus días cuando dio a luz a su segunda hija, la gran escritora Mary Shelley. Como muchísimas otras mujeres de aquellos siglos faltos de conocimientos médicos y sobrados de supersticiones y tratamientos letales, moría pocos días después de nacer su pequeña. Mary Shelley nunca conoció a su madre, pero siempre la tuvo presente y defendió también sus ideas.
Con el tiempo, la vida y la obra de Mary Wollstonecraft se ha ido recuperando del olvido, tímidamente, pero menos es nada. Aquí mi pequeño granito de arena, en favor y homenaje a ella, a mi feminista favorita.
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