PAIDEIA Y TERAPIA: A PRÓPOSITO DE “MITO, NARRATIVA Y TRASTORNOS ALIMENTARIOS” DEL DR. TRAVER TORRAS
Por Jose Carlos Aguirre
Práctica clínica y teoría psiquiátrica: La aportación de una perspectiva humanística
El libro Mito, narrativa y trastornos alimentarios de Francisco Traver Torras aborda -como se hace evidente por su título- la actualísima y compleja temática de los trastornos alimentarios y lo hace desde una sólida y amplia experiencia clínica. No en vano el Dr. Traver –director del área de psiquiatría del consorcio Hospitalario de Castellón- organizó la Unidad de Trastornos alimentarios en 1997. Desde entonces, la práctica clínica ininterrumpida y la experiencia acumulada, han ido desgranando una praxis de intervención acompasada a las propias exigencias que se iban planteando y que recapitula el presente libro. Como no podía ser de otra manera –si es que se cumplen los criterios exigibles de rigor- esta praxis clínica ha ido de la mano de una determinada reflexión de corte teórico sobre la naturaleza de estos trastornos y sobre el método de intervención terapéutica. Las propias exigencias de la práctica clínica llevarán a valorar un acercamiento cualitativo a cada caso lo que matizará tanto las praxis de intervención como la reflexión teórica. Creo que este preámbulo nos introduce al gran interés que presenta el libro tanto desde el punto de vista de la clínica como desde el punto de vista de la teoría psicológica.
En relación a la esfera más estrictamente teórica, el libro indagará en esas cuestiones de paradigma que formalizan y delimitan el campo a partir del cual es concebible la intervención clínica. La perspectiva de Traver en este complejo asunto será ejemplar. Elegantemente no se dejará llevar por esos discursos precarios que reclaman genéricamente “nuevos paradigmas” para la ciencia con el fin de hacerla capaz de acercarse a “nuevos horizontes”. Algo que en realidad sólo desordena el campo propio de la ciencia al tiempo que distorsiona el rigor de su método. Este psiquiatra es muy consciente de que su propuesta constituye un acercamiento al problema de los trastornos alimentarios desde un ángulo complementario pero diverso al del método científico. En sus propias palabras entenderá tal acercamiento desde “un costado humanístico”. Su acercamiento no será, pues, el propio de un método como el científico que opera desde una analítica de reducción del fenómeno observado a variables cuantitativas y a observaciones o evidencias de corte fisicalista. El autor de Mito, narrativa y trastornos alimenticios no cuestiona el rigor del método científico ni apuesta por su adulteración. Cuenta con ese rigor pero al tiempo trata de complementarlo desde una metodología alternativa capaz de un abordaje estrictamente cualitativo a la medida de la persona singular y de su problemática existencial intrínseca. Consideremos que uno de los enlaces de privilegio entre ciencia y humanidades no será sino la idea de cuerpo vivo, esto es, atender al cuerpo desde ese entramado de disposiciones adaptativas, de enorme complejidad antropológica, a partir de las cuales el hombre expresa y dinamiza su propia vitalidad y creatividad.
Este planteamiento le llevará, necesariamente, a un determinado diálogo con perspectivas deudoras de las humanidades, esto es, de las diversas áreas de expresión de la creatividad y del genio humano. No olvidemos que de lo que se trata a la hora de acercarnos a la vivencia de la persona singular es de atender a eso mismo, es decir, a esas esferas de la creatividad humana que nos muestran las vivencias de los hombres con sus desafíos y sus tránsitos a lo largo de los siglos. La metodología propia de una investigación humanística deberá partir, pues, del estudio de las expresiones de lo humano que nos ofrecen las disciplinas humanísticas. Consideremos que tales expresiones apuntarán a emergencias de sentido que formalizan y ordenan la vivencia humana amparando el despliegue de la potencia vital y de conocimiento del hombre. Arte, literatura, filosofía, poesía… Las formas de expresión del cuerpo vivo serán variadas.
Un último matiz y un aviso a navegantes. El discurso de Mito, narrativa y trastornos alimentarios tiene mucho de intempestivo y disiente de acomodarse en el falso consenso de eso que se conoce como “psiquiatría basada en la evidencia”. Y, desde luego, no por desentenderse de la riqueza que pueda aportar la esfera de lo estrictamente biológico y neurológico sino por entender que psiquiatría y psicología tratan de cuerpos vivos, de cuerpos concretos dotados de rostro que no se dejan reducir a la esfera de lo puramente biológico por estar dotados de una biografía concreta en un contexto cultural dado; algo a lo que también debe atenderse por esbozar esa complejidad de lo humano que debe asumirse para toda investigación…
Tras esta breve intempestiva adentrémonos en esas figuras de la vida del hombre que desgranan los contenidos humanísticos; esas figuras que mediante analogías, códigos simbólicos y metáforas nos dicen y nos expresan a la medida de nuestra más absoluta intimidad. No se olviden que harán falta ciertos movimientos de cintura, cierto espíritu musical y cierta ductilidad intelectual a la altura de la propia complejidad de lo humano. La reflexión humanística se sabe una hermenéutica en permanente recreación a la medida de cada cuerpo vivo. Arte, literatura, filosofía, poesía… Estamos ante uno de los más importantes recursos de resiliencia de los que dispone el hombre. Muy consciente de lo afirmado este psiquiatra indagará en lo que nos aportan los mitos. Adentrándose en esa senda que nos dirige hacia la paideia clásica y a su relevancia en el cultivo de sí. La relevancia de los mitos no quedará referida por facilitarnos análisis psicológico alguno de una particularidad enfermiza. Los mitos no se refieren a ningún yo particular nos recordará Traver con enorme acierto. Lo narrativo, en su universalidad, dependerá de su capacidad para expresar lo humano en sus desafíos recurrente y en las posibles veredas a transitar. A partir de las posibles resonancias que se nos brinden, a la medida de cada cual. Tal será la riqueza de lo narrativo, de los mitos y de sus figuras; dioses, démones, héroes, heroínas…