El romanticismo en las letras

Por Alonso Barán

 Sergio Guinot y Violeta LagoSergio Guinot y Violeta Lago

 

Durante la presentación de la novela romántica Tú, mi mejor elección , de la escritora Violeta Lago, y durante el acto me asaltó una duda: ¿Por qué la novela romántica está en un momento tan dulce en nuestros días?

 A los que nos gusta leer, nos apetece que nos hagan sentir emociones, eso es lo que caracteriza lo que “nos parece” arte bueno del malo: que no nos resulte indiferente, que nos haga sentir, pues sentir es vivir.

Entonces, si la literatura romántica tiene tanta demanda hoy día, ¿es porque vivimos en una sociedad en la que hay poco amor? ¿Se debe a que el amor es una emoción tan complicada y que sólo podemos entenderla a través de la simplificación de las letras?  O, ¿se debe a que el amor de las novelas es el que nos gustaría tener y no el que podemos conseguir?

Sea como fuere, la novela romántica vive un buen momento gracias al público juvenil, que ha llevado al éxito sagas como Crepúsculo. Pero No olvidemos que el amor entre criaturas fantásticas y vulgares humanos existen desde siempre, y podemos encontrarlo ya en, por ejemplo, el texto babilónico El Poema de Gilgamesh.

Por eso creo que el éxito actual de la literatura romántica se debe a que el  público disfruta de la fórmula del romanticismo vampiros y doncellas, y no de mitos griegos o tragedias Shakesperianas.

No hay más que ver la enorme profusión de blog´s de literatura que siguen esta temática desde una óptica adolescente.

Pero no hace falta regresar hasta la Antigua Grecia o rastrear a las criaturas de la noche para encontrar romanticismo. Sin ir más lejos, ayer en Madrid se celebró el certamen literario 152 Rosas Blancas, al que se presentaron 337 relatos románticos de los cuales se seleccionan una centena y media para su publicación en una antología.

El premio gordo se lo llevó Rumbo a ti de Ascensión García Nuño, pues el premio para ganador el concurso consiste en un contrato para publicar una novela romántica con Divalentis, la editorial promotora del certamen.

Cabe imaginar la emoción que sintió Ascensión García Nuño al escuchar su nombre como ganadora del certamen, yo estaba presente y he de reconocer que me resultó entrañable ser testigo de la alegría de esta burgalesa.

 

Sergio Guinot y Ascención GarcíaSergio Guinot y Ascención García

 

Mi sorpresa fue mayúscula cuando me enteré que no solo la autora ganadora firma el contrato con una editorial.  Ni mucho menos, pues 150 Rosas, la edición del certamen del año anterior, fue la llave que abrió la puerta de otros tantos contratos con diferentes editoriales para los autores que se ganaron con sus relatos formar parte de la antología 150 Rosas.

Mi enhorabuena para esta iniciativa de la editorial Divalentis, no sólo porque su certamen literario se ha convertido en el pistoletazo de salida para nuevos talentos, sino porque demuestra que es posible el éxito dentro el mundo de la literatura romántica ante adversarios tan temibles como los vampiros y hombres lobo. Por estos motivos, con solo dos ediciones, se ha convertido en un certamen literario de referencia.

En el acto de ayer viernes 28 de marzo, se encontraba Sergio Guinot, editor de Divalentis Editorial y promotor del certamen 152 Rosas Blancas, y me acerqué a él para hacerle una pequeña entrevista improvisada.

 

Empecemos con algo que siempre me he preguntado sobre tu trabajo: ¿por qué elegiste vender libros en vez de trajes o cualquier otra cosa?

Ser editor es sin duda vocacional porque es una tarea muy dura. Yo entré en el mundo del libro antes de acabar la carrera. Ilustraba cuentos infantiles y libros de biología y química. La cosa se fue haciendo grande y me ha llevado hasta aquí.

 

En el contexto de crisis económica y de piratería de contenidos culturales, ¿cómo consigues mantener en pie Divalentis?

Lo sostenemos día a día con mucho esfuerzo. Generando contenidos lo más interesantes y auténticos posible, y después esperando que la gente comprenda y apoye nuestro proyecto, claro. Esta segunda parte es imprevisible. Estamos en manos del público.

 

Hay muchas maneras de publicar: autoedición, amazon, editoriales que hacen al autor pagarse su edición. Desde tu perspectiva profesional, ¿como ves estas formas de editar libros y cómo afectan a las editoriales «serias» como Divalentis?

Creo que es un error asociar autoedición, coedición o cualquier opción con la seriedad o su falta. Nosotros preferimos decir que Divalentis es una editorial al estilo clásico, pero yo respeto mucho a quienes se autoeditan y a las editoriales de coedición. Todas las fórmulas pueden ser válidas y generar productos interesantes. Cada empresa tiene la estructura que ve factible o con la que siente que puede funcionar. A partir de ahí, con esfuerzo y amor a la literatura, vamos aprendiendo a hacer las cosas cada vez mejor. Sea como sea, yo siempre digo que un autor debe buscarse, no a un editor, sino a SU editor, alguien en el que de verdad confíe porque cree que mejora su obra sin traicionarla, es decir, que rema en el mismo sentido que el autor, a favor de la obra. Un autor sin SU editor es como un tenista que juega solo. ¿Cómo sabe si tus golpes son buenos si no hay quien los devuelva? Si existe buena interacción con el editor, la fórmula que cada uno elija es la válida.

 

Como editor, ¿qué buscas de un libro? O mejor dicho, ¿qué tipo de libro te gustaría encontrar?

Siempre busco libros que me impresionen en algún sentido; en el concepto, en la forma en que está escrito, en la capacidad de llegar al lector… Pienso que si me impresiona a mí también puede impresionar al público.

 

Hoy por hoy, ¿qué se considera un éxito a nivel de ventas?

«Éxito» es una palabra que no uso a la ligera, pero para las editoriales modestas, si un título vende más de dos mil ejemplares, yo considero que es un éxito de ventas. Así están las cosas.

 

Ahora nos encontramos en un boom de la novela romántica, ¿qué opinión tienes al respecto? ¿Durará mucho o es una como una camiseta de moda?

La novela romántica siempre a tenido mucho público. Hay épocas en la que la opinión públicas es consciente y otras en la que lo ignora (o hace como que lo ignora). Hay épocas en que las editoriales las enseñan a los cuatro vientos y otras que parece que las publiquen de estraperlo, pero suele coincidir con el hecho de que hayan una o dos novelas destacadas de ese género en el top 100. Pero el sustrato que hay por debajo es bastante constante desde hace mucho tiempo. Ahora el sector, como todos, está golpeado por la crisis, claro.

 

Con 152 Rosas Blancas, buscas autores nóveles. Según lo que acabas de contarme, ¿no es una locura apostar por nuevos talentos? 

Bueno, nosotros planteamos el certamen como un intercambio de energía que suele ser muy satisfactorio. A nosotros nos permite conocer a gran cantidad de autores y con muchos de ellos se producen interacciones duraderas. Aparte de la ganadora del primer Certamen Divalentis, Mara Oliver, otros cuatro autores de entre los seleccionados ya han firmado un contrato con Divalentis, con varios estamos en conversaciones que están cerca de cristalizar, pero además, un 30% de los seleccionados en el primer certamen publicaron o firmaron un contrato de publicación con otras editoriales en 2013. Es bonito ver que el certamen ha servido de impulso para todos esos autores. Al menos, eso es lo que ellos nos comentan.

 

Por tú trabajo, seguro que has descubierto algún autor que te lo habrá “robado” otra editorial. Si ha sido así, ¿qué sensación se te queda al ocurrir esto?

Es un tema complicado. Siempre estás un poco triste cuando dejas de tratar con alguien con el que has compartido esfuerzo e ilusiones, pero puedo estar muy contento si el autor viene de cara y me permite compartir su alegría e ilusión, o algo decepcionado si se revela que la confianza y el buen rollo solo era una cuestión de interés.

 

¿Qué consejo le das a alguien que quiera ser editor?

En la situación de mercado actual, le aconsejaría que se lo pensara mejor, jajaja. No, en serio, le diría que tuviese en cuenta que está manejando las ilusiones de la gente. Eso puede ayudar a entender muchas cosas.

 

Te iba a pedir que recomendases algún libro que te haya gustado, pero como editor estás en la obligación de recomendar los de tu editorial. Así que, recomienda un par de libros de tu editorial a los lectores.

Eso es como preguntar a un padre cual de sus hijos es más guapo. Nuestra web es www. divalentis.es

 

 

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