Mitos y creencias en torno a la disfunción eréctil (I)

 

Por Raquel Díaz Illescas

 50. MITOS Y DISFUNCION ERECTIL

La disfunción eréctil, como ya hemos ido viendo, es una situación muy frecuente. La mitad de los hombres,  entre los 40 y los 70 años, se encuentran afectados en mayor o menor grado. Pero es curioso que no sea un tema que se trate abiertamente. Mitos y expectativas culturales de la sexualidad masculina han impedido a muchos hombres buscar ayuda para un trastorno que, en la mayoría de los casos, puede beneficiarse de un tratamiento médico o terapéutico.

A pesar de todo lo escrito y leído sobre la disfunción eréctil, la realidad es que al día de hoy, hombres y mujeres albergan mitos y creencias en torno a esta disfunción que nada benefician el tratamiento de la misma. Vamos una vez más a ver algunos de estos:

 

La disfunción eréctil es una consecuencia inevitable de la edad.

No. Ya hemos dicho en otras ocasiones que la edad no es la causante de la disfunción eréctil, si bien es cierto que hay mayor prevalencia de disfunción en los hombres de mayor edad. Se debe a que éstos  probablemente tienen enfermedades frecuentemente asociadas con la disfunción eréctil, como hipertensión arterial, enfermedad cardiaca o diabetes, o el consumo de medicamentos que pueden afectar a la función eréctil.

A medida que los hombres envejecen son probables algunos cambios en su vida sexual. Puede llevar un poco más de tiempo lograr una erección, o se puede requerir una estimulación física más directa. Éstos son cambios normales. Pero hay que tener muy presente que  la disfunción eréctil no es el resultado inevitable del envejecimiento y por ello es importante cuidarse y llevar una vida sana a nivel biopsicosocial. La sexualidad no tiene límite de edad, de manera que dejemos de interiorizar  que con la edad “esas cosas pasan”.

 

La disfunción eréctil es debida a una  pérdida de interés sexual.

Claro que no. Aunque están directamente relacionadas, no son equivalentes. Es cierto que la disfunción eréctil puede llevar a una pérdida de interés sexual, pues cuando los encuentros sexuales no son satisfactorios acaban siendo no deseados; esto es cosa sabida. También  la pérdida de interés sexual puede ser una causa psicógena de disfunción eréctil.

Existe relación entre disfunción eréctil y prácticas sexuales anteriores.

Las experiencias sexuales traumáticas pueden originar reacciones de dolor, miedo o ansiedad ante la actividad sexual. En muchos casos la historia de abusos por parte de adultos o de castigos por la masturbación, origina como secuela la aparición de disfunción eréctil.

La masturbación produce disfunción eréctil.

En absoluto. En contra de las muchas creencias que todavía persisten en algunas personas referentes a la masturbación, esta no implica ningún tipo de problemática física o mental, y sin embargo, puede ser muy útil empleada como terapia en ciertas disfunciones sexuales. Tan sólo si estos hábitos crean un fuerte sentimiento de culpa o vergüenza, pueden interferir posteriormente en las relaciones sexuales. En algunos casos excepcionales de masturbación compulsiva, puede ser un síntoma de trastorno. No dejen de practicar la masturbación, en soledad o en pareja. No cuesta nada  y sí proporciona grandes beneficios a todos los niveles.

 

La disfunción eréctil y la eyaculación precoz son lo mismo.

No. Son dos patologías diferentes que afectan a distintas fases de la respuesta sexual. La disfunción eréctil es un trastorno de la fase de excitación sexual, mientras que la EP es un trastorno de la fase orgásmica. Sin embargo, la eyaculación precoz puede ser un desencadenante de la disfunción eréctil, y en algunos casos el paciente se encuentra afectado por las dos disfunciones al mismo tiempo. Algo a tener en cuenta es que la eyaculación precoz no es una disfunción, aunque socialmente la hayamos categorizado entre estas. Hablaremos en otro momento en profundidad de la eyaculación precoz.

 

La disfunción eréctil es más frecuente cuando el tamaño del pene es pequeño.

Por supuesto que no. Al tamaño pequeño del pene se le han atribuido demasiadas cualidades que nada tienen que ver con su funcionalidad ¿Acaso los hombres con un cráneo pequeño son menos inteligentes y eficaces que los que tienen un cráneo más grande? Resultaría ridículo pensar así, ¿verdad? Pues igual de absurdo es lo que estamos intentando desmitificar. De manera que tengamos claro que la funcionalidad del pene es independiente de su tamaño. La variedad en cuanto a tamaños es tan amplia, que en la inmensa mayoría de los casos el tamaño se considera fisiológicamente normal; otra cosa es lo que cada cual necesite para erotizarse.

 

 

 

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Fdo.: Raquel Díaz Illescas.

http://sexualidadpositiva.blogspot.com/

Licenciada en Psicología.

Terapeuta sexual y de pareja.

Teléfono: 622673040

 

 

 

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