¿Sabías que…? Cameos Curiosos
Alfred Hitchcock junto a Cary Grant en una escena de Atrapa a un ladrón (1955)
La historia del cine cuenta con cientos de cameos de todo tipo. A menudo se considera incluso un cameo cuando un actor muy famoso interpreta un pequeño papel en una película. Son los cameos obvios, aquellos que se refieren a “estrellas invitadas” que aparecen brevemente en los trabajos de sus amigos. Sin embargo, nos vamos a referir a aquellos cameos que gustan a los más cinéfilos, para los que hace falta sobre todo, muy buena vista.
Una manera de dar “realismo” a una historia de ficción es añadir elementos de la vida real. Por eso, un cameo clásico es el del presentador de televisión, cantante o deportista haciendo de sí mismo. Existe un gran número de ejemplos, de hecho, seguramente es el tipo de cameo más popular, pero nos quedamos con uno que resulta casi más curioso a los amantes de los naipes que a los del cine.
Durante el rodaje de X-Men orígenes: Lobezno (2009), Hugh Jackman (Lobezno) se involucró al 100% para que esta película fuera distinta al resto de la saga. Formó parte de la producción, del guión, sugirió a Liev Schreiber para interpretar a Victor Creed (hermano de Lobezno) y cuidó hasta el último detalle. En esta entrega de X-Men aparece un clásico de los cómics de Marvel: Gambit, cuyo poder es el dominio de la baraja de poker como arma arrojadiza (literal). Gambit se presenta en una partida frente al que es considerado mejor jugador de la última década: Daniel Negreanu, un canadiense muy conocido por ser parte del equipo profesional de PokerStars y haber ganado varios eventos de las series mundiales.
El universo Marvel es una auténtica tela de araña de cameos y guiños varios entre cómics y películas, tal y como veremos más adelante. Es lo que se puede denominar como “metacine”: hablar del cine dentro del cine. Otro ejemplo de esto son los cameos de los directores.
Es de sobra sabido que Alfred Hitchcock era un habitual en sus películas. Apareció en 39 de sus 52 obras en distintas situaciones: desde una fotografía en un periódico hasta en una silla de ruedas de la que de repente se levanta. Incluso la Wikipedia recoge la lista completa de apariciones.
Alejandro Amenábar, declarado fan de Hitchcock, no sólo aparece en muchas de sus películas sino que también lo hacen sus amigos. Mateo Gil, coguionista en sus primeras películas, también tiene cameos en Tesis (1996) o Los Otros, e incluso la familia de Amenábar sale en su primer largo.
Los maestros del suspense no son los únicos que ponen a prueba al espectador. Peter Jackson en las películas de El Señor de los Anillos, Martin Scorsese en Taxi Driver o los intentos dramáticos de Quentin Tarantino son otros ejemplos. Nos quedamos con uno de los más curiosos. Es del señor George Lucas pero no en uno de sus trabajos –que también- sino en uno de su amigo John Landis: Superdetective en Hollywood III (1994). Por este “papelazo” aparece en los créditos como “Disappointed man” (hombre decepcionado).
Un director al que le gusta mucho rodearse de sus amigos en todas sus películas es Sam Raimi, y no se olvidó de ellos cuando pasó al mainstream. El actor Bruce Campbell es el protagonista de la trilogía de culto de Evil Dead (Posesión Infernal, Terroríficamente Muertos y El Ejército de las Tinieblas) pero también aparece brevemente en las tres películas de Spider-Man dirigidas por Raimi: de presentador en un combate, de acomodador en el teatro y de camarero en un restaurante.
Más curiosa es la aparición, de 3 segundos, de Lucy Lawless, más conocida como Xena: la princesa guerrera, en Spider-Man (2002). Raimi fue director de esta serie, en la que también trabajaba Campbell.
Además de la “familia” Raimi, en las películas sobre los cómics de Marvel casi nunca falta Stan Lee, el creador de muchos de esos personajes. A veces aparece haciendo algún papel pequeño y otras de sí mismo. Lo mismo ocurre con Stephenie Meyer, autora de la saga Crepúsculo, que aparece en una cafetería en la primera entrega.
Otros personajes de la vida real que suelen aparecer en películas son personas “normales” sobre las que se hace alguna película. Aquí vemos al actor y el personaje real cara a cara. Hay muchos ejemplos pero seguramente uno de los más obvios es el de Erin Brockovich sirviendo café a Julia Roberts (para rizar el rizo, Brockovic interpreta a una camarera que se llama Julia) o, más recientemente, Jordan Belfort presentando a Leonardo Di Caprio en El Lobo de Wall Street (2013), una película basada en sus experiencias.
La verdadera Erin Brockovich en Erin Brockovich (2000)