La tortuga mesozoica que tomaba el sol en Castellón
Investigadores de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) han identificado una nueva especie de tortuga que habitaba hace 125 millones de años en la localidad de Morella (Castellón). Esta especie es la única de su grupo que se ha encontrado en Europa en esa época, y tenía costumbres nadadoras: pasaba la mayor parte del día en los ríos o calentándose al sol.
Ilustración de dos ejemplares de ‘Eodortoka morellana’ disfrutando en el agua / Carlos de Miguel Chaves.
Medía unos 20 centímetros de largo, nadaba en los cursos fluviales que atravesaban la zona castellonense de Morella y le gustaba tomar el sol apoyada en cualquier objeto que emergía del río. Así era Eodortoka morellana, una nueva especie de tortuga que habitaba en la región hace unos 125 millones de años –en el Mesozoico–, y que han identificado investigadores del grupo de Biología Evolutiva de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED)
“Aunque se calentaba al sol como hacen los galápagos, el ejemplar pertenece al grupo de tortugas conocidas como pleurodiras, que se separaron de la mayor parte de las actuales –galápagos, tortugas de caparazón blando, marinas y terrestres– hace más de 160 millones de años”, explica Francisco Ortega, investigador de la UNED y uno de los autores de su identificación, publicada en la revista Cretaceous Research.
Los restos del caparazón hallado por los científicos en las arcillas rojas de Morella se encontraban en una cantera con más de catorce yacimientos y presentaban una serie de crestas peculiares que caracterizarían a la especie. “Eodortoka morellana representa el primer género de vertebrado fósil descrito en Morella”, apunta Adán Pérez-García, investigador de la Universidad Complutense de Madrid y autor principal del estudio, que se acaba de presentar al público este sábado en el Ayuntamiento de Morella.
Los miembros del grupo Pleurodira al que pertenece el ejemplar viven actualmente en regiones con climas cálidos, en América del Sur, África y Oceanía. “Sin embargo, los restos fósiles indican que, en momentos más cálidos del pasado de la Tierra, el grupo experimentó una gran expansión, habitando también en Europa”, añade el experto.
La nueva tortuga identificada en Morella “es la primera y única especie de Pleurodira descrita en Europa en los 45 millones de años que dura el Cretácico Inferior, lo que nos aporta claves sobre el origen y evolución de este grupo”, asegura Pérez-García.
De hecho, los Dortokidae, –el grupo de tortugas pleurodiras al que pertenece Eodortoka morellana– se conocen relativamente bien en ecosistemas europeos de hace unos 70 millones de años pero, hasta el momento, no se habían descrito especies del Cretácico Inferior, hace entre 145 y 100 millones de años.
Reconstrucción de los restos del caparazón encontrados / GBE UNED.
Un completo ecosistema bajo la arcilla
Aunque esta especie es única en Europa, las tortugas eran abundantes y diversas en la fauna de Morella, donde convivían con algunos de los dinosaurios más característicos del Cretácico Inferior de España, como los carnívoros del grupo de los espinosaurios y los rebaños de un grupo de herbívoros, los Iguanodon.
Estos animales son referentes clásicos de la historia de los dinosaurios en la península ibérica. Prueba de ello es que, entre los primeros restos de dinosaurios descritos en España, en el último tercio del siglo XIX, se encuentran algunos restos de Iguanodon procedentes de las arcillas rojas de Morella.
Desde entonces, la actividad paleontológica en la zona se ha mantenido de manera ininterrumpida. “En las dos últimas décadas las colecciones de fósiles se han multiplicado de forma espectacular debido al control paleontológico que se está realizando en las canteras de extracción de arcilla”, subraya José Miguel Gasulla, investigador de la Universidad Autónoma de Madrid y otro de los autores del estudio.
Una de estas canteras, Arcillas Vega del Moll, se ha convertido en una auténtica mina de fósiles, con catorce yacimientos repletos de fósiles de los que se han extraído cuatro mil restos de peces, tiburones, anfibios, tortugas, lagartos, plesiosaurios, cocodrilos, pterosaurios y dinosaurios carnívoros y herbívoros.