Imágenes finalistas del premio de fotografía humanitaria de Médicos del Mundo
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Los tres finalistas de la XVII edición del Premio Luis Valtueña de fotografía humanitaria son el italiano Fabio Cuttica, la birmana Wai Hnin Tun y el español Mingo Venero. Aún no se conoce el ganador.
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«Dark Passage: la odisea de los inmigrantes a través de México», «La Casa de la buena vida» y «Silenciosa espera» han sido las series seleccionadas en el fallo del jurado
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Más información en www.medicosdelmundo.org
En el tren de carga que recorre los estados del sur de México hacia las regiones del norte, cada año miles de inmigrantes ilegales centroamericanos viajan en el techo de los vagones, arriesgando su vida para llegar a la frontera con Estados Unidos/ Fabio Cuttica
Ciudad Ixtepec. A esta pequeña ciudad, pero importante estación, miles de inmigrantes llegan cada año. Un varón, que reza a una imagen de la Virgen de Guadalupe, se encuentra en el albergue para inmigrantes que el sacerdote Alejandro Solalinde construyó hace 5 años con la ayuda de algunos voluntarios. En este espacio, los inmigrantes encontraban un lugar seguro para esperar el próximo tren que los llevase hacia el norte/ Fabio Cuttica.
Ana, una de los residentes más jóvenes de La Casa de la Buena Vida , cuida de Juan. Juan, de 49 años, tiene SIDA y fue dado de alta recientemente cuando los médicos no pudieron hacer nada más por él. No tiene familia, su única «familia » es la de La Casa. La Casa es un refugio poco común, así como el centro de rehabilitación ubicado en una casa de campo en las colinas de Palma Palmilla, Málaga. Fue creada en 2006 por Jesús » Chule » Rodrigues, quien después de haber luchado contra la adicción a las drogas y el tiempo en la cárcel, decidió ayudar a los que están en la misma situación que él. La Casa cuenta con una política de puertas abiertas para cualquier persona que viene en busca de ayuda y refugio, así como apoyo para salir de las garras de las drogas y el crimen. El número de personas que viven allí fluctúa entre 30 y 80 personas. Aunque originariamente La Casa fue un lugar para la rehabilitación, también ha acogido con satisfacción a familias de inmigrantes sin recursos y sin lugar al que acudir, así como a los inmigrantes subsaharianos/ Wai Hnin Tun.
Bea, de 27 años, después de una ducha. En esta imagen se encuentra de 7 meses de embarazo de su primer hijo. Bea llegó a La Casa de la Buena Vida para recuperarse de una adicción a la heroína. Venía de una familia rota, sufrió abusos sexuales por parte de su tío y cuando era adolescente fue sorprendida traficando con drogas en Italia. Más tarde, conoció y se enamoró de otro residente de La Casa, Rafa, con el que formó una familia. Actualmente, ella ha dado a luz a un niño sano, también llamado Rafa/ Wai Hnin Tun.
Silenciosa espera 3/ Mingo Venero.
Silenciosa espera 4/ Mingo Venero