¿Se inicia una guerra en la Iglesia?
Por: Héctor Anaya
El Papa Francisco ha decidido pedir la opinión a los católicos, a través de una encuesta, sobre diferentes temas, entre los cuales se encuentran el divorcio, las segundas nupcias y el matrimonió homosexual. Como era de esperar, las opiniones al respecto ya son miles, ¿qué pretende con ello el Pontífice? ¿Solo informarse o hay algo más? ¿Acaso no conoce el Papa de sobra cómo es su Iglesia? ¿Está declarando la guerra a los sectores más conservadores de su institución? ¿Está intentando abrir la Iglesia católica a nuevos sectores como los homosexuales?
Oficialmente, el resultado servirá para preparar el sínodo de la familia de 2014, pero si tenemos en cuenta que Francisco I ya declaró que nunca había sido de derechas, no es atrevido suponer que hay algo más tras la encuesta que una mera voluntad de información. Personalmente, considero que si realiza está encuesta no es, únicamente, por informarse, sino que con ello pretende hacerse más fuerte ante el sínodo de la familia del próximo octubre de 2014. Ya quedó desautorizada, por parte de su ministro alemán, su tesis sobre la misericordia que se debería de tener con los divorciados que se casan por segunda vez y quedan por ellos excomulgados automáticamente, salvo que se abstengan de tener sexo con la nueva pareja; por lo que el Papa puede pretender dar la voz a los católicos, esperando con ello obtener la razón en sus tesis y fortalecerse frente a sus contrarios eclesiásticos.
Asimismo, el Papa pregunta sobre otras cuestiones como la marginación que puedan sufrir las parejas del mismo sexo, su derecho al matrimonio o la relación que los hijos adoptivos de los homosexuales tienen con la religión católica. Desde aquí aplaudo al Papa por ello y porque sé que conoce las respuestas de sobra y con ello pretende iniciar una nueva época en la Iglesia, un cambio de rumbo y una apertura, como ya ocurrió en el pasado con la tierra redonda, el matrimonio civil o los derechos de la mujer. Solo espero que esta vez no hayan de pasar décadas y décadas hasta lograr los objetivos.
