¿Son inocentes los cuentos de hadas?
En las portadas están los títulos más inocentes: Cuentos de hadas de los hermanos Grimm –historias bonitas, para niños bonitos–.
Pero detrás de los títulos “seguros” descansan historias oscuras de sexo y violencia, relatos de asesinato, mutilación, canibalismo, infanticidio e incesto. Los cuentos de los Grimm están muy alejados de lo que hoy consideramos aceptable para los niños.
Jacob y Wilhelm Grimm escribieron en un mundo diferente. Vivieron en un pueblo de Alemania llamado Kassel y estudiaron derecho y lengua, escribieron más de 150 historias las cuales publicaron en dos volúmenes entre 1812 y 1814.
Algunas de las historias de los Grimm quedaron en el olvido pero algunas como Cenicienta, Hansel y Gretel, Caperucita Roja, Blancanieves, que han pasado por innumerables reinterpretaciones, pero las originales están lejos de ser inocentes y libres de sordidez, según Maria Tatar, profesora de folclor germánico en la Universidad de Harvard: “Estas historias no son políticamente correctas. Están llenas de sexo y violencia. En Blancanieves, la madrastra pide las tripas y el hígado de la niña, quien tiene tan sólo 7 años y es llevada al bosque por el cazador. Después la madrastra es obligada a bailar hasta la muerte sobre hierro hirviente. En Cenicienta tienes hermanastras cuyos talones y dedos son mutilados.”
El bien y el mal son los temas centrales de los cuentos de los Grimm. En ellos se exaltan y se reprueban valores y faltas que son premiados o castigados. El bien siempre triunfa sobre del mal.
La parte sórdida de los cuentos clásicos hace las historias atractivas al lector y las vuelve ejemplares al situarlas en “Una vez en una tierra muy lejana” y que actuar con bien ayuda a superar cualquier proeza y nos permite vivir “felices para siempre.”
[BBC]
