Desde Perú – Tomas de carreteras y Funcionarios ex profeso
Por Juanjo Fernández Torres
Sin pelos en la lengua, ni en la conciencia, es más que válido decir que quien realiza una actividad económica sin autorización ni pagar impuestos está violando las leyes que sostienen al sistema en que vivimos todos, hasta los coreanos del norte. O sea: los mineros informales violan las leyes, ergo, son delincuentes. Por tanto, no existe diferencia entre ellos y los mineros ilegales. ¿Mineros artesanales? ésa categoría se aplica a quienes se meten a los ríos hasta la cintura con su colador para cernir la tierra y, con suerte, encontrar una que otra pepita de oro, individuos que hace siglos dejaron de existir sobre la faz de toda la tierra. Los mineros que quieren ser una alternativa a la gran minería tecnificada en el Perú, son ilegales o informales y usan explosivos, cianuro y mercurio a discreción y sin control. Peor aún, lo seguirán haciendo con apoyo del estado peruano.
Entre otras cosas, el diario El Peruano, el más oficial de todos los diarios del Perú citó frases oficiosas del Alto Comisionado en Asuntos de Formalización de la Minería e Interdicción, Daniel Urresti:
«… Urresti anunció que se preparan decretos supremos, que estarán listos en uno o dos meses, para especificar la cuota de ingreso de combustible a Madre de Dios, establecer el número de grifos necesarios y un registro de usuarios de mercurio.»
Vamos por partes, (1) sólo se refiere al departamento selvático de Madre de Dios, lo que lo convierte en un Alto Comisionado en Extinción de Incendios Causados por los Mineros Ilegales (en cristiano: bombero gubernamental), (2) pretende ejercer control sobre la compra-venta de mercadería, lo que es anti-constitucional en el Perú, por lo que será muy fácil para quienes están explotando ese «nicho del mercado» tirar abajo sus prometidos decretos supremos de fijación de cuotas de combustibles por región, y (3) el mercurio es altamente peligroso en manos de cualquier persona sin alta capacitación, sino pregúntenle a la gente de Choropampa en Cajamarca, donde hubo, el año 2000, un derrame accidental de 151 kg. de mercurio transportado por Minera Yanacocha, empresa con más alta reputación técnica que el alto comisionado minero de marras.
Entre los empresarios sedientos de reconocimiento, que abundan en el huachafo medio limeño y cuyas fotos aparecen en las páginas de «sociedad» en revistas del medio, el rutilante nombre del puesto del Ing. Daniel Urresti causa envidia a gritos, pero en el título queda la cosa. Y es que dicho caballero retirado del ejército ostentaba un anonimato evidente en cualquier campo de las actividades profesionales en el Perú, siendo sólo algo conocido por su retahíla de ascensos en la oficialidad egresada de la Escuela de Oficiales de Chorrillos … hasta su incorporación al staff de asesores gubernamentales del Presidente Humala casi al día siguiente de su pase a retiro del ejército peruano y su posterior alto encargo presidencial. ¿Más datos? no, ya deben ser suficientes para tomarse una fotito con él para la sección Circo Beat de la Revista Somos, a ver si se logra un instante con su touch de gloria.
Dicho alto comisionado ha liderado exitósamente la participación gubernamental en la solución de la huelga de mineros informales (ahora se le llama huelga a los bloqueos de carreteras a lo largo de este país). No tuvo mejor idea que prometer el oro y el moro para terminar una huelga que toda la gente decente (somos pocos, pero somos) esperaba durara per secula seculorum. Y lo logró, firma de por medio con la Confederación de Mineros Artesanales Todos Informales, acordando gastar el dinero del erario nacional (a espaldas de los reales contribuyentes) para facilitarle la vida a sus compinches artesanos de la informalidad ilegal y poder así:
— permitirles comercializar metales en el país.
— permitirles comprar legalmente explosivos, cianuro y mercurio.
— simplificarles los trámites oficiales para uso seguro de explosivos.
— permitirles formar parte del comité de formalización de si mismos.
— prohibir a la policía la realización de operativos contra ellos.
— disuadir a las fiscalías de su participación jurisdiccional contra actos
cometidos por ellos.
— y de yapa: simplificarles la presentación del documento único con que
cualquiera se puede acoger a la formalización. Ahora ya es un formatito con
firma simple, después de la simplificación será, me imagino, una llamada
telefónica (¿Alo?, sí, voy a seguir escarbando y reventando cerros por acá por
Cachachi, ¿ya?, mándenme cianuro que se me está acabando, sí, a la comisaría
de Chuquibamba está bien, gracias ¿ah?, hasta luego, saludos al general
Urresti)
A mí el arreglo no me afecta en lo más mínimo, ¿a ustedes? creo que tampoco. Al fin, vivimos la gran mayoría en ciudades donde los mineros informales demandan productos, servicios e inmuebles a granel, por ende son agentes económicos activos que apoyan al crecimiento mediante «demanda interna» que pondera desde su trono el ministro de economía de moda. Dinero es dinero, lo demás son c…