La primera dama que quiso ser ama de casa, Eleanor Roosevelt (1884-1962)
Por Sandra Ferrer
Tal día como hoy, hace 129 años, nacía la que se iba a convertir en la trigésimo segunda Primera Dama de los Estados Unidos de América. Eleanor Roosevelt es quizás una de las más conocidas que ostentó ese cargo, seguramente por su amplia actividad política y social en defensa de los más desfavorecidos, durante el gobierno de su esposo, el presidente Franklin Delano Roosevelt y también después de su muerte.
Es curioso que grandes mujeres que nos ha legado la historia, a lo largo o al final de sus días llegaron a la conclusión de que todo lo que habían hecho estaba muy bien pero que lo mejor de sus vidas había sido tener hijos y poderse dedicar a ellos.
Eso mismo le pasó a Eleanor. Considerada como «La primera dama del mundo» por Harry Truman, la que fuera primera dama de la Casa Blanca entre los años 1933 y 1945 fue una luchadora incansable. Miembro de la Cruz Roja, defensora de la Liga de las Mujeres Votantes, la Liga de Mujeres de la Unión de Comercio y la División de Mujeres del Partido Demócrata, tras la muerte del presidente en 1945 Eleanor continuó trabajando, esta vez como delegada de la Asamblea de las Naciones Unidas y en su Comisión por los Derechos Humanos, donde participó en la formulación de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas. Casi nada.
La apasionante vida de Eleanor Roosevelt nos la relató ella misma en distintas autobiografías y en la columna de un periódico titulada My Day.
En sus pensamientos y reflexiones sobre su vida profesional y personal, Eleanor acostumbraba a asegurar que siempre que podía se definía como «ama de casa» y no como una profesional de esta u otra organización. Para ella siempre fue más importante ser madre que cualquier otra cosa y en más de una ocasión se lamentó por no haberle podido dedicar más tiempo a sus cinco hijos.
Como Eleanor, desde que el trabajo dentro y fuera de casa ha dividido la jornada, el corazón y el esfuerzo de las mujeres, muchas de nosotras nos hemos planteado ese mismo dilema. Tanto da que sean primeras damas o secretarias, la conciliación laboral y familiar es un debate abierto desde hace muchos años (empiezan a ser siglos) y afecta a todas las mujeres de la sociedad que deben o quieren trabajar fuera de casa y ser madres a la vez.
El de Eleanor es un ejemplo de mujer que quiso ser una gran profesional pero cuya vida personal se vio afectada inevitablemente. Y así lo manifestó en muchas ocasiones. 129 años después de su llegada al mundo, se sigue planteando el mismo debate sin encontrar una verdadera solución.
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