¿Víctima o delincuente? El derecho de hablar una lengua
Por: Héctor Anaya
Este artículo no pretende tratar de ideologías, nacionalismos, o demás conceptos que principalmente atienden a los intereses de ciertos políticos para intentar desviar la atención de otros temas y lograr adeptos. No, este artículo quiero que trate sobre el sentido común y la mediocridad e incoherencia del sistema judicial español. Sé que cuando lean el artículo pueden tacharme de incoherente a mi mismo por escribir en castellano, pero es mi lengua materna y la de la revista en la que trabajo, por ello, para que el mayor número de personas me entiendan, creo conveniente hacerlo así.
Esta historia empieza el 21 de diciembre del 2012, cuando en un control rutinario, varios agentes de la Guardia Civil (aunque lo de civil creo que sobra) hicieron detenerse en la salida de Almazora (Castellón) a Carles Mateu para un control rutinario. Eran las cinco de la tarde y conducía el coche de su cuñada para recoger a su hijo del colegio. Desde el primer momento, el vecino de Castellón pudo notar que los agentes (si se les puede llamar así) se molestaban porque no cambiaba de lengua y seguía hablándoles en valenciano, por lo que estuvo retenido varias horas. Aquí es necesario destacar que el control de alcoholemia que le hicieron dio negativo.
La historia acabó en juicio, en el que se acusaba a Carles Mateu de desobediencia a la autoridad, además de varias multas falsas de los agentes. El juicio en primera instancia lo ganó, pero el fiscal recurrió la sentencia y ahora la Audiencia Provincial ha aceptado las peticiones del fiscal: seis meses de prisión y retirada del carnet de conducir durante más de un año.
Bien, ¿de verdad han condenado a un hombre a prisión por hablar una lengua? Ya no una lengua, sino un idioma oficial y reconocido en el territorio en el que lo usó. ¿No deberían de ser condenados los agentes? ¿Despedidos o sancionados? No sé mucho de legislación, pero el sentido común me dice que toda aquella administración (educación, sanidad, justicia, etc.) o servicio público de la Comunidad Valenciana tiene la obligación de conocer las dos lenguas del territorio y no solo una. Por tanto, ¿no tenían que haber sido los agentes del (des) orden quiénes se acoplaran al idioma del ciudadano?
Ahora, mis preguntas van más allá, ¿qué hubiera ocurrido de ser alemán o inglés el conductor? No es por elucubrar, pero estoy seguro que nadie hubiera denunciado a un inglés o alemán por no conocer el español y hablar su idioma, es más, se le hubiera tratado de las mejores formas y se habría intentado hablar su idioma o hacerse entender. Entonces, ¿el problema está en que se trataba del valenciano, del catalán? ¿De un idioma que parece antiespañol en un contexto en el que unos cuantos (no todos, ni la mayoría) quieren independizarse? ¿Acaso el jurado ha visto en el juicio la necesidad de elegir entre ser españoles o no? Tal vez, algunos lectores puedan pensar que el inglés o alemán no saben castellano, mientras que el valenciano sí que lo ha de saber, pues bien, es cierto que ha de saberlo, como es cierto que los agentes debían de saber hablar valenciano, ya que trabajan en la Comunidad Valenciana, donde repito que las dos lenguas son oficiales.
Sea cual sea la respuesta a cada una de mis preguntas, lo que tengo claro es que es injusto y despreciable que por cuestiones que no le atañen, este hombre deba de ir a prisión. ¡Vergüenza debería de darles a quiénes lo hayan condenado! ¡Sí senyor, molta vergonya!
Quien lo desee puede en change.org firmar peticiones para hacer justicia con Carles Mateu y asuntos similares: http://www.change.org/es/peticiones/s%C3%ADndic-de-greuges-de-la-comunitat-valenciana-retirada-de-la-pena-de-pres%C3%B3-a-carles-mateu-blay-per-parlar-valenci%C3%A0-a-la-gu%C3%A0rdia-civil
twitter: hectoranaya94
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