Lugares invisibles – Los que ríen
Por Javier Vayá
No creo que exista nada más ruin que reírse y mofarse de una persona mayor. Bueno, sí, reírse y mofarse de una persona mayor a la que le han robado — y digo robado, no estafado —impunemente sus ahorros de toda la vida. No creo que haga falta, a estas alturas, que les diga de quiénes hablo. Todo el mundo ha visto las imágenes y sabe lo que ha pasado, otra cosa es que en este país se defienda lo indefendible y se trate de camuflar lo injustificable bajo imaginarias conspiraciones o el socorrido “y tú más”. Otra cosa es que en este país hayamos llegado a un punto en el que parecemos habernos acostumbrado a desayunar cada día con un nuevo recorte, una nueva corruptela o una nueva declaración insultante sin que pase nada.
Todos sabemos quiénes son los que ríen, sabemos que no estaban allí para apoyar a nadie sino para hacer méritos y medrar en su partido, para asegurarse seguir estando por encima de esos que son objetos de su burla y que no les importan nada hasta el momento de introducir votos en las urnas. Como tampoco les importa lo más mínimo si hubo o no financiación ilegal y sobresueldos en su partido, les da exactamente igual porque se creen con derecho a coger y disponer de lo que no es suyo, derecho de clase creen, porque así se lo han enseñado. Esa clase de la que presumen los que se ríen, que dicen tener por encima de la bajeza y vulgaridad del sucio obrero, esa buena cuna que les lleva a mofarse de un pobre abuelo.
Todos sabemos quiénes son los que ríen, los mismos que cuelgan un comunicado en el que afirman ser ejemplo de tolerancia y respeto mientras en las redes sociales amenazan de muerte a quien les afea la conducta. Los que ríen son los mismos que se fotografían realizando el saludo fascista mientras sus mayores, que todavía no han condenado la dictadura franquista, alegan que se trata de chiquillerías sin importancia. Los que ríen son los mismos que salen en una foto con una bandera Nazi mientras sentencian que se debería prohibir a todo partido independentista y los mayores de antes dicen que todo lo que no sea su doctrina es ETA.
Los que ríen lo hacen porque saben que ni ellos ni sus hijos tendrán que preocuparse por estudiar una carrera universitaria y además no tendrán que compartirla con chusma que cree tener sus mismos derechos, ríen sabiendo que jamás nadie les negará atención médica en sus hospitales privados y que además no tendrán que compartir asiento en la sala de espera con un inmigrante de esos que vienen a quitarnos el pan. Los que ríen, se descojonan porque ellos pueden permitirse llevar a juicio a cualquiera, porque siempre podrán ir a los toros mientras la gentuza esa del teatro y el cine paga por sus ofensas, porque nadie vendrá un buen día a echarles de su casa ni su dinero desaparecerá de su cuenta corriente por arte de magia sin que pase nada, viéndose obligados a manifestarse delante de un grupo de niñatos que se ríen de ti.
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