La resistencia amazónica al estrés térmico se debilita

Por Pau Sisternas

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Las consecuencias de la sequía extrema que los bosques del Amazonas sufrieron en 2005 y 2010 todavía se notan. Un estudio realizado por investigadores de la Universitat de València advierte que la resistencia de los bosques amazónicos al estrés térmico podría estar debilitándose a consecuencia de los efectos de estas sequías, con los riesgos que conlleva de aceleración del calentamiento global. Normalmente las sequías se producen por el incremento de temperatura del agua del Pacífico él fenómeno de El Niño-, aunque en 2005 y 2010 el agua que se calentó fue la del Atlántico.

En el estudio realizado por los investigadores de la universidad valenciana se analizan las anomalías de temperatura en los dos años de sequía extrema, y se observa si hubo otros años con un calentamiento anómalo, en qué regiones amazónicas hubo un mayor calentamiento y la influencia que tuvo en él la temperatura del mar. Y los resultados no pueden ser más claros: el calentamiento se prolongó prácticamente hasta 2012 y el calentamiento entre 2000 y 2012 no se aprecia en las décadas de 1980 ni 1990.

Si nos fijamos en las regiones donde el calentamiento ha tenido más incidencia, coinciden con el conocido como “arco de deforestación“. Se trata del Mato Grosso, Pará y Rondonia, tres regiones brasileñas al sur-este del Amazonas; precisamente donde las prácticas de deforestación han tenido una mayor agresividad estos últimos años. Los científicos también han llegado a la conclusión que las variaciones en la temperatura del Atlántico han tenido peores consecuencias que las del Pacífico, donde El Niño no ha tenido una especial incidencia.

Hasta ahora, se consideraba que los bosques del Amazonas eran extraordinariamente resistentes al estrés térmico, aunque estudios recientes como este o los que hablan de una pérdida de la biomasa y del bosque como sumidero de carbono durante las sequías invitan a pensar que esa resistencia se está debilitando. El calentamiento sostenido y la previsión de nuevas sequías extremas suponen un riesgo para la aceleración del calentamiento global, aunque los investigadores advierten que habrá que estudiar en los próximos años si se mantiene el calentamiento o es un fenómeno pasajero.

Juan Carlos Jiménez-Muñoz y José Antonio Nebot son los dos investigadores de la Universitat de València que se han encargado de realizar el estudio, en el que también han participado Cristian Mattar, de la universidad de Chile, y Yadvinder Malhi, de la Universidad de Oxford. El estudio se ha publicado en el Journal of Geophysical Research, y en el siguiente enlace podemos leer el abstract.

Fuente: Universitat de València

 

[Desarrollo sostenible]

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