Vida y muerte en Pompeya y Herculano
Reading Room, Museo Británico, Inglaterra
Hasta el 29 de septiembre, 2013
En la primavera de 2013, el Museo Británico presentó una exposición sobre las ciudades romanas de Pompeya y Herculano, patrocinada por la firma de inversiones bancarias Goldman Sachs. Esta exposición ha sido la primera de estas características celebrada en el museo, y una de las más importantes celebradas en la ciudad de Londres en los últimos 40 años. La estrecha colaboración mantenida con la Superintendencia Arqueológica de Nápoles y Pompeya, ha permitido reunir un total de más de 250 objetos, entre los que destacan algunos descubrimientos recientes junto a otros de los objetos más conocidos, extraídos en las campañas arqueológicas, muchos de los cuales nunca antes se habían visto fuera de Italia. La exposición propone un enfoque único, centrado en la casa romana y la gente que vivía en ambas ciudades.
Pompeya y Herculano, dos ciudades de la bahía de Nápoles, en el sur de Italia, fueron sepultadas en tan sólo 24 horas por la trágica erupción del volcán Vesubio, en el año 79. La catástrofe terminó con la vida de ambas urbes, pero al mismo tiempo permitió su conservación hasta que fueron redescubiertas por los arqueólogos 1700 años más tarde. La excavación de estas poblaciones nos ha dado una visión sin igual en la vida romana.
Debido a su particular localización, las ciudades sufrieron distintos procesos de enterramiento, lo que ha permitido que la conservación de los materiales en cada una de ellas se haya realizado también de forma diferente. Mientras que Herculano era una pequeña localidad costera, Pompeya era el centro industrial de la región. Actualmente se sigue trabajando en ambos yacimientos, y las excavaciones más recientes en Herculano han sacado a la luz una serie de objetos fascinantes y de gran belleza, entre los que se incluyen relieves en mármol, paneles de marfil tallados y otros objetos encontrados en las redes de desagüe de la ciudad.
La exposición permite al visitante acceder a la vida cotidiana de los habitantes de Pompeya y Herculano, desde el bullicio de las calles hasta la intimidad de la vida familiar. El espacio doméstico es el contexto fundamental en el que se desarrolla la vida, por lo que el acceso a la intimidad doméstica nos permite un mayor acercamiento al mundo romano. La muestra explora la vida de los individuos en la sociedad romana, no aquella de personajes clásicos como emperadores, gladiadores o legionarios, sino la de de los hombres de negocios, las mujeres poderosas, los esclavos libertos o los niños. Uno de los mejores ejemplos en este sentido es la hermosa pintura mural que se ha conservado del panadero Terencio Neo y su esposa, quienes se retratan con los materiales utilizados para la escritura, demostrando así su alto nivel cultural. La equidad en su postura y presentación sugiere que ambos participan de una situación de igualdad, tanto en los negocios como en la vida.
El énfasis en el contexto doméstico también nos ayuda a transformar objetos de museo en bienes cotidianos, como las seis piezas de mobiliario en madera del yacimiento de Herculano, prestadas en un gesto sin precedentes por la Superintendencia Arqueológica de Nápoles y Pompeya. Estos artículos, carbonizados por las altas temperaturas de la ceniza que afectó a la ciudad, son hallazgos muy raros que no habrían sobrevivido en Pompeya, lo que demuestra la importancia de combinar restos arqueológicos de ambos yacimientos. Entre el mobiliario se incluyen un baúl para ropa blanca, un taburete con incrustaciones, un banco del jardín y quizás la pieza más sorprendente y conmovedora de todas: la cuna de un bebé, que aún puede ser mecida.
La exposición también presenta moldes de algunas de las víctimas de la erupción de Pompeya y sus alrededores: una familia de dos adultos con sus dos hijos, que en sus últimos momentos se agruparon bajo las escaleras de su casa; o la más conocida de las figuras, un perro fijado para siempre en el momento de su muerte, mientras el volcán sumergía la vida de las dos ciudades.
En colaboración con la Soprintendenza Speciale per i Beni Archeologici di Napoli e Pompei.
Traducción: Ruth M. Cereceda