Ejercicios para acabar con el dolor de cervicales
Los dolores corporales son un problema que afecta a un buen porcentaje de la población. Las razones de ello son distintas, pero nuestro objetivo en este caso será el de aportar algunos ejercicios para acabar con el dolor de las cervicales.
La razón de los dolores corporales
El estilo de vida que tenemos hoy día es muy estresante además de que tendemos al sedentarismo. Estos dos conceptos son nuestros mayores enemigos para la aparición de distintos dolores como es el dolor de cervicales.
Además, si nuestro cuerpo no está acostumbrado a realizar determinados esfuerzos, cuando nos vemos obligados a hacer uno concreto acabamos convirtiéndolo en un sobreesfuerzo que nos causará dolores o incluso puede llegar a convertirse en una lesión.
Por estas razones, si queremos evitar los dolores corporales, tenemos que dedicarnos tiempo a nosotros mismos para la práctica del tan necesario ejercicio físico que al menos deberá estar presente en nuestra vida tres veces a la semana. Esto no sólo nos ayudará a colocar todo nuestro cuerpo en su sitio, sino que también será fantástico para aliviar nuestro estrés, el cual hace que suframos tensiones importantes que con el tiempo llegan a convertirse en crónicas.
Ejercicios para las cervicales
Tanto si queremos aliviar el dolor como si nuestro objetivo es evitar tener dolores en la zona de las cervicales, a continuación vamos a recomendar algunos ejercicios interesantes.
- Lo primero que haremos será sentarnos con la espalda recta y subiremos y bajaremos nuestra cabeza 10 veces de forma lenta.
- Seguidamente mantenemos firme nuestra espalda y realizaremos un movimiento de giro de un lado al otro, buscando tocar nuestro hombro con la barbilla.
- El tercer ejercicio será sentarnos en una silla donde dejaremos un brazo relajado y con el otro iremos tirando de la cabeza de forma suave hasta el costado. Este movimiento se realizará en ambos sentidos.
- Ahora nos tumbamos en el suelo boca arriba y ponemos las manos detrás de la cabeza. Seguidamente intentaremos dirigir con los brazos la barbilla hacia nuestro pecho pero sin forzar en exceso y haciéndolo siempre suavemente. Es importante que no nos levantemos del suelo.
- Finalmente también podemos ponernos de pie y ponemos uno de nuestros brazos en nuestra espalda buscando cogerlo con el otro a la altura del codo mientras giramos la cabeza hacia un lado y al otro intentando tocar con la barbilla nuestros hombros.
Si todos los días nos tomamos un descanso para practicar estos sencillos ejercicios, veremos que nuestras cervicales mejorarán considerablemente.