La utilidad de comparar el presente con el pasado
Los humanos, al igual que otros animales, comparamos las cosas. Lo que importa no es sólo lo bien que estamos, sino si estamos mejor o peor que los que nos rodean, o que el año pasado. Una nueva investigación de científicos de la Universidad de Bristol demuestra que estas comparaciones pueden dar a los individuos una ventaja evolutiva.
Por Pedro Donaire
De acuerdo con la teoría estándar, la mejor respuesta a las circunstancias actuales no debería afectarse por lo que ha sucedido en el pasado. Pero el estudio de Bristol, publicado en la revista Science, muestra que en un mundo tan impredecible y cambiante es importante ser sensible a las condiciones anteriores.
El equipo de investigación, dirigido por el profesor John McNamara, de la Facultad de Matemáticas de Bristol, construyó un modelo matemático para entender cómo los animales se comportan cuando están inseguros sobre el patrón de cambios ambientales . Descubrieron que cuando los animales viven en unas condiciones ricas en recursos, mas luego, de repente, las condiciones empeoran, funcionaban a menos rendimiento que los animales expuestos a las malas condiciones todo el tiempo.
Las predicciones del modelo son muy parecidos a los resultados de los clásicos experimentos de laboratorio de los años 1940, en los cuales las ratas estaban entrenadas para correr a lo largo de un pasaje para obtener recompensas de comida. Las ratas corrían más lentamente cuando se trataba de pequeñas cantidades de alimentos si estaban habituadas a obtener grandes cantidades de alimentos, en comparación con las ratas de control que siempre se vieron recompensadas con una pequeña cantidad.
Este llamado ‘efecto de contraste’ también se ha informado respecto de las abejas, estorninos y una variedad de mamíferos, incluso los recién nacidos, pero hasta ahora se carecía de una explicación convincente.
El Dr. Tim Fawcett, un investigador en la Facultad Ciencias Biológicas de Bristol y co-autor del estudio, señalaba: “Los efectos de nuestro modelo están dirigidos por la incertidumbre. En los cambios de medio ambiente, las condiciones experimentadas en el pasado puede ser un valioso indicador de cómo serán las cosas en el futuro.”
Esto, a su vez, afecta a cómo los animales responden a su situación actual. “Un animal habituado a condiciones ricas piensa que el mundo es, en general, un buen lugar”, explicó el Dr. Fawcett. “Así que, cuando las condiciones de repente se vuelven malas, lo interpreta como una ‘irreguralaridad temporal’ y espera que las condiciones ricas vuelvan pronto. Por el contrario, un animal habituado a malas condiciones prevé que esas condiciones seguirán persistiendo, por lo que no puede permitirse el lujo de descansar.”
Este modelo también predice el efecto inverso, en el que los animales se esfuerzan más por la comida, y de pronto las condiciones mejoran, en comparación con los animales que experimentan condiciones ricas desde el principio. Esto también se ha comprobado en los experimentos de laboratorio en una variedad de animales.
El estudio fr Bristol, pone de relieve que las fluctuaciones imprevisibles del medio ambiente como una importante fuerza evolutiva. “Los cambios rápidos favorecen a los individuos que son sensibles y capaces de ajustar su conducta a la luz de una experiencia pasada”, reseñó el Dr. Fawcett. “El mundo natural es un lugar dinámico e impredecible, pero los modelos evolutivos a menudo descuidan ver estas condiciones. Nuestro trabajo sugiere que los modelos con entornos más complejos son importantes para entender el comportamiento.”
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