Carlos Salem: “Ojalá no necesitara comer para poder regalar los libros”
Por Sandra Rego Rey
Una vez más el dicho de “las apariencias engañan” vuelve a demostrar cuánta razón tiene. Carlos Salem muestra un físico de tipo duro, de haber vivido dentro de muchos bares y de haberse topado de bruces con la vida, que para él, lo más seguro es que sea una mujer. Su aspecto de pirata, con pañuelo en la cabeza y tatuaje incluido, no implica que desayune ron, o en su defecto cerveza, cada mañana. Salem se define a sí mismo como “argueñol”; se considera “un poco de allí y un poco de aquí”, es decir, de todos los sitios donde le gusta estar. Cruzó el charco a la edad de veintiocho años para interpretar distintos roles en España, desde director de periódicos a escribir relatos de “cerveza-ficción”, pasando por la novela negra, la poesía y el teatro. Sus versos aparecen en paredes de metro y baños de instituto. Sin embargo, él no es un Federico Moccia que guste por su tono pastel. Él escribe en negro. El negro de la noche, donde se esconden miles de historias. Salem transmite los sentimientos más ocultos de las personas, envueltos en erotismo, muerte y alcohol.
Has trabajado como director en periódicos de Ceuta y Melilla. Dirigiste “El periódico independiente de Ceuta”, “El Faro de Ceuta”, “El Faro” y el “Telegrama” de Melilla. Tenías la vida arreglada pero llegaste a Madrid y te dedicaste a la literatura. ¿Cuál fue la decisión que te condujo a abandonar el periodismo?
Sí, estuve trabajando como periodista varios años. Me metí porque quería escribir. Lo dejé cuando llegué a Madrid porque no me tomaron en serio. De vez en cuando lo echo de menos. Pero cuanto más trabajes para el sistema mejor puedes usar la experiencia para luchar contra él. Además, al llegar a Madrid tuve la suerte de poder publicar las novelas que llevaba años escribiendo y quería dedicarme a escribir de lo que yo quería hablar.
La mayoría de tus lectores son jóvenes del sexo femenino. Cuando comenzaste a escribir, ¿pensaste que llegarías a ver citas tuyas reflejadas en Tumblr o Twitter?
En ese sentido creo que la poesía no es una camiseta que te pones, ni una chapa que te pegas en la solapa. Es algo que te grabas en la frente sin darte cuenta, que se graba por dentro. Creo que es parte de que hay muchísima gente que está escribiendo en las redes (sociales) y ven de alguna manera que algunos se van asomando sin haber pasado por los filtros que hay que pasar. Y de repente te enteras que hay muchos chicos, la mayoría chicas, eso es cierto, que cogen versos míos y los escriben en las puertas de los baños de las facultades. ¿Qué mayor gloria puede tener eso en un poeta?
Eso es verdad, sobre todo teniendo en cuenta que las poesías más famosas y recordadas son las de poetas póstumos.
No, por suerte no soy póstumo (bromea). Por ejemplo, hay chicas que se han tatuado versos míos. ¿Qué cosa más bonita puede haber que eso como poeta? Obviamente si ganas un premio de 30.000 pavos te ayuda a pasar mejor el año, pero no te ayuda a dormir mejor. Estuve hace no mucho en León, en un bar que ha abierto hace más de un año. A las actividades culturales de los miércoles va la gente más mayor y ese día estaba lleno de gente joven. La mayoría chicas, muchas con sus novios, que fueron a escucharme. Las que no podían comprar el libro me daban un papel para firmarlo. No se llega a ese fenómeno gruppie que tienen los músicos porque la diferencia es que no soy el batería guapo de la banda. La gente dice que le ayuda lo que hago. Por esto empecé a escribir. También ocurre que muchísima gente se baja sin ningún remordimiento novelas de Internet sin pensar que, a un autor como a mí, si le quitan mil libros le han jodido bastante. No se bajan los libros de poemas, por ejemplo. Mi blog ya está repleto de poesía. Posiblemente, quitando tres o cuatro, para el próximo libro que se llamará “El animal”, están todos en el blog. La gente lo sabe y están esperando a que salga para colaborar contigo y para tener ese cachito de lo que tú has hecho como suyo. Eso no tiene precio. Ojalá no necesitara comer ni pagar el alquiler para poder regalar los libros.
Por lo tanto, según tú, Internet es una gran oportunidad para que la gente pueda dar a conocer sus obras y a partir de ahí, si gusta, tengan la oportunidad de adquirirlas. No es como dicen sus detractores, un atraso para las ventas.
Sí, Internet es el medio más democrático que existe para la literatura. Es cierto que también hay gente que dice que se publica mucha mierda.. Habrá gente que está empezando a publicar ahora y en Twitter es muy fácil que te digan “qué bonito es” si por ejemplo el micropoema que has puesto es erótico.
¿Escribir es como una especie de terapia?
No, de hecho desaconsejo esa técnica. Quien quiera escribir, no debería hacer terapia. Otra cosa es que luego canalices tus cosas, las dejas salir y eso me parece interesante. Está bien que los jóvenes escriban poesía, escriban para ligar y escriban de sexo para tener más sexo; pero no se tienen que delimitar. Yo siempre digo medio en broma en las sesiones de poesía que se ahorran pasta en terapia pero, en realidad, si te gusta escribir llega un momento en que buscas cómo decir las cosas, asomarte al mundo.
¿La novela negra es el género en el que te sientes más cómodo?
No lo debería de decir yo. Soy un gran lector de novela negra, me ha gustado siempre. Me parece la novela social y política de la última mitad del siglo pasado y de alguna manera lo sigue siendo. El problema es que no se diferencia mucho la novela negra de la policiaca. En la policial aparece el comisario, el detective; cuenta sus movidas y ya está. No critico eso porque hay escritores que lo hacen con mucha maestría. Yo utilizo la novela negra para contar historias diferentes. Además de la parte de investigación, cuento lo que no quiero que le pase a una persona con su vida. Este género se puso de moda, teóricamente, con la saga Millenium, que para mí no es negra sino policial. En ese momento fue cuando se empezaron a fijar en nosotros.
¿Los libros que no son comerciales no venden?
El problema de España es que, generalizando, hay dos tipos de editoriales grandes que son las que te pueden hacer llegar a todos los sitios. Por ejemplo, mi libro se consigue en cualquier ciudad de España, pero no en todos los sitios. No es que no se venda, si haces cuenta al final del año, igual se vende, no como un Best Seller, pero sí de los autores más renombrados. La prensa no me trata mal pero, sigo siendo como underground. Llevo un pañuelo en la cabeza, porque seguimos siendo un país que le cuesta reírse de sí mismo. En mis novelas había erotismo cuando no se llevaba, puede ser muy poético pero no es comercial. En 50 Sombras de Grey están hablando de sadomasoquismo sin tener ni idea de lo qué es y además, dando una falsa imagen. Ese tipo de producto “prêt-à-porter” no me interesa, solo es más fácil de vender.
En relación a tus novelas negras, ¿por qué siempre tiene que haber algún muerto?
La realidad es que en las dos últimas novelas me he decantado más por eso. En Jamón Calibre 45 quería contar la vida de un tipo perdido que de repente se encuentra en una situación absurda y sin ningún recurso al que acudir porque nunca ha tenido a nadie en su vida. En la novela El huevo izquierdo del talento, quería volcar algunas cosas autobiográficas mezclándolas con otras. Me gusta cuando se relata la noche, parece que cuando se habla de la noche solo tiene que ver con sexo, cocaína, una rubia en la barra, cuando la noche está llena de muerte, de vida, de parejas que se hacen y se deshacen, de misterios, de cosas muy locas, en algunos casos delictivas; de gente que te cuentan cosas inverosímiles y resultan ser ciertas. Entonces quería contar eso mezclando lo que he visto con lo que no.
Es decir, que la parte autobiográfica es bastante importante en tu obra.
No todo. Yo creo que un inventor inventa, pero muchas veces, a partir de extrapolar cosas que ha visto o que le han pasado. Me parece bueno que la imaginación pura tenga como punto de partida la realidad. Lo que pasa es que mi vida es un poco rara comparada con la de los demás. No me acuerdo dónde leí que me encanta: “De cerca nadie es normal”. De cerca, todo tenemos alguna pedrada en la cabeza.
El toque loco-bohemio hace que mientras el lector profundiza en tus relatos, te imagine bajo una luz tenue, al lado de tu ordenador o máquina de escribir y un cenicero lleno de cigarrillos. ¿Dónde sueles escribir para inspirarte?
Eso es demasiado bohemio, me parece absurdo. Respeto a la gente que lo hace romántico, pero yo que tengo una caligrafía pésima, el ordenador me permite escribir y verlo casi con la forma que sale en el libro. De hecho, en algunos de mis libros de ciertas editoriales, sale tal cual lo saco yo. Por ejemplo, decido dónde va a cortarse la página. ¿Escribir? En el ordenador o en el I-pad. ¿El lugar? Depende, tengo un ordenador con la pantalla grande que es donde suelo corregir. Por ejemplo, en las dos últimas novelas, una para adultos y la juvenil, las escribí completamente en el I-pad. A veces escribo andando y si me voy a un bar me quedo pensando y al llegar a casa lo escribo.
En el libro El huevo izquierdo del talento, Poe, el protagonista, se rodea siempre de majaras y está harto. ¿Crees que el mundo está lleno de gente loca o que solo es una denominación para llamar a las personas que escapan de un equilibrio rutinario?
A Poe le presto cosas que me han pasado a mí. Por ejemplo, hubo una época en que un loco se me pegaba a mí, y me contaba sus historias como si fuera lo más natural del mundo. Hasta el momento en que llegué a pensar la pinta que debo de tener para que se me acerquen todos los locos.
Poe también tiene la costumbre de jugarse el destino echando un número indeterminado de fósforos sobre una superficie. Si sale par es Sí, si sale impar es No. ¿Has tenido alguna vez una manía semejante o tienes miedo de tomar decisiones equivocadas como Poe?
Estuve a punto. De hecho, he realizado cosas más absurdas, pero que en el fondo han sido pequeñas manías. El juego literario pasa por exagerar al límite algo que tú has hecho. En Jamón Calibre 45 el personaje tira una moneda al aire para decidir, y nunca puede ver el resultado de la moneda porque siempre la pierde. La única moneda que al final puede ver, ya no quiere porque ya ha tomado una decisión. Es una especie de símil. Lo del juego de las cerillas en El huevo izquierdo del talento, alguna vez lo he hecho algo durante un período corto de tiempo, pero en el fondo tampoco te quieres convertir en un personaje. Todos tenemos pequeñas supersticiones que no confesamos, pero cuando me di cuenta que las monedas o las cerillas se equivocan tanto como yo, dejé de hacerlo.
Tu influencia más importante ha sido Gonzalo Torrente Malvido, hijo del escritor Torrente Ballester. ¿Qué relación mantenías con él?
Torrente Malvido fue finalista del premio Nadal. Tuvo una vida muy aventurera. Le encantaba la fiesta, las mujeres, la buena vida. Yo lo conocí ya mayor, incluso vivió unos meses en mi casa. Era un tipo que había conocido a todo el mundo y que sabía de literatura. Además, era interesante hablar con alguien que creía en el Huevo izquierdo del talento. Él quería que esa novela fuera la primera en publicarse. Lamentablemente, no lo fue. La primera versión fue mucho más larga. Luego me di cuenta que aunque esa novela me gustaba, tenía que quitarle cosas. Me interesaba que hubiera una estructura de capítulos independientes que se unieran pero que no fuera una novela hecha de cuentos. Algunos relatos los utilicé para libros de cuentos, hasta que quedó el esqueleto. Al final la publiqué cuando Gonzalo ya había muerto, pero quise hacerlo como homenaje porque siempre fue como un amigo. Incluso cuando yo era un escritor inédito. Me enseñó muchas cosas en el sentido de atreverme, de seguir mi camino y creer en mí mismo. Era lo que había hecho toda mi vida pero siempre te quedan las dudas. Él me decía que escribiera a mi bola, que yo tenía mi propio estilo, solo tenía que desarrollarlo y disfrutarlo.
En tu blog (http://elhuevoizquierdodeltalento.blogspot.com.es/) aparecen tus últimas creaciones, pero ¿hay algún plan previsto para publicar proximamente?
Va a salir otro poemario en pocas semanas con mi editor Casimiro Parker que se llama El animal. Su subtítulo es Manual sin instrucciones para amar a una pantera escandalosamente discreta. También sale mi primera novela juvenil. Es una historia de misterio para chicos de doce años en adelante, sin sexo. Jamón de calibre 45 acaba de salir en Francia. Probablemente salga alguna de las ya publicadas en otra lengua, en Italia o Alemania. Publicaré en Francia una novela gráfica que estoy haciendo sobre el libro El huevo izquierdo del talento con el dibujante Kike Narcea.
¿No tienes ningún proyecto para crear un guión de cine? Porque es lo único que te queda por hacer.
Sí que tengo. Sin embargo el cine tiene un problema con respecto al libro. Es un problema de la industria y de la época. Sé que si escribo una novela, en un año o dos va a ser publicada, antes de que yo pierda cariño por ese trabajo. Con el cine está más complicado porque el texto va a ser un trabajo de cuatro o cinco años y el panorama está más jodido.
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