El Ritmo del compromiso

Por Carmen Aguilar García

 

La Asociación Conciertos Solidarios entabla sinergias entre músicos comprometidos y proyectos de cooperación de ONG

 

Bus Brothers_1

 

La voz de Laura de Garaje Jack, la guitarra de Dani de El último vagón o bandas que rinden homenajes, como The bus brothers band y The Red Hot Chili Tribute… Ellos ya han pasado por los escenarios de Conciertos Solidarios. Entre los siguientes de la lista, Ariel Rot. “Es un tío muy comprometido y nos ha comentado que le apetece participar”, cuenta Javier Ciprián, uno de los creadores.

Javier e Irene llegan puntuales a la cita, vestidos de oscuro, con gafas de sol y sonrientes. No superan los 30 años. Él, ya graduado; ella, terminando su licenciatura, y ambos “hasta arriba de trabajo”. La envidia (sana) de muchos jóvenes españoles desempleados: estudian, trabajan y tienen proyecciones de futuro. “Hay mucha gente emprendiendo”, comenta Javier, “la gente se ha dado cuenta de que no podemos esperar a que nos ayuden desde arriba. Tenemos que movernos y ayudarnos entre nosotros”. Y con ese espíritu, y casi por casualidad, surgió Conciertos Solidarios hace un año.

Irene_Laura

La idea fue de Irene Sánchez, más joven y habladora. Ayudó a una amiga, voluntaria en una ONG, a conseguir financiación mediante unos conciertos. Después creó una página en facebook y en apenas dos semanas tenía más de 1.000 seguidores. “Nos empezaron a contactar grupos y ONG de todas las partes de España para que organizásemos eventos musicales con los que pudieran recaudar fondos para sus proyectos”, cuenta Irene, aún sorprendida, halagada y emocionada de la rápida acogida que tuvo su idea. Ante el éxito, crearon la asociación y la página web y se zambulleron en su proyecto.

Acto solidario, beneficio compartido

Existen numerosas empresas para la gestión de este tipo de eventos. ¿Por qué, entonces, Conciertos Solidarios es especial? “Por su carácter social”, aquí es tajante Javier. No son una empresa que ofrece un servicio, sino que se vinculan tanto con los músicos como con las ONG e intentan que todos colaboren y saquen beneficio mutuo.

10Lo recaudado va para el proyecto social determinado, salvo un porcentaje que cobran para pagar los gastos de gestión y el alquiler de la sala. Los grupos tocan gratis. A cambio, tienen acceso a salas, a las que les sería difícil acceder de otra manera, y Conciertos Solidarios les realiza un book de fotos y video.

“Queremos poco a poco ir diversificándonos”, cuenta Irene, “y también crear un disco solidario con los artistas que están participando”. Su discurso, a veces, se atropella y va por impulsos, saltando de un punto a otro. Síntoma de su iniciativa y motivación para sacar a la luz todas las ideas de su cabeza. “Queremos montar conciertos, pero también eventos culturales. Por ejemplo, este mes vamos a Valencia y allí, además de música, habrá monólogos”. En Madrid, ya han iniciado las negociaciones con el Círculo de Teatro Catalán.

Expandirse fuera de Madrid y de España

“Nos han escrito ONG de América Latina, diciéndonos que quieren colaborar con nosotros. Quieren que vayamos para organizar cosas. ¡E, incluso, unos mexicanos querían venir!”. Ambos ríen y se lanzan una mirada de complicidad y satisfacción con su trabajo.

Su meta es expandirse. Irene apunta hacia la internacionalización; Javier habla sobre los planes nacionales. “Crecer por el norte y la costa levantina, porque hay muy buenos músicos y, fuera de Madrid, hay más costumbre de ir a conciertos noveles”. Quizás Madrid se haya acostumbrado a los macro conciertos que llenan el estadio Vicente Calderón o el Palacio de Congresos.

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Entre estas salas de conciertos, tradicionales en Madrid, el viernes 5 de julio estarán con El hombre rana y Pequeños imprevistos en la sala Rock Circus, recaudando fondos para niños y jóvenes discapacitados de Alicante. El viernes, en la sala Caracol, con Mugga y Soho, apoyando a la ONG CONI y su proyecto en Guatemala. Mientras, organizan el próximo evento en Valencia, el 18 y 19 de julio, en apoyo a la Asociación de Ismael Zamora. Un niño de cuatro años y una discapacidad del 66% por una leucomalacia periventricular; es decir, una lesión cerebral. A su familia, cada vez le resulta más difícil conseguir los tratamientos que el pequeño necesita, dada la situación actual de desempleo, crisis y recortes, y el evento en el que Javier e Irene trabajan aportará ingresos importantes para la vida de Ismael.

Como en el caso de Ismael, los proyectos sociales con los que se vincula durante un tiempo Conciertos Solidarios son relevantes, comprometidos y en los que cada esfuerzo y recurso tiene un gran valor. Proyectos muy serios, por una parte, y grupos con una trayectoria consolidada que depositan su confianza en la organización de Javier e Irene. ¿Cómo consiguen que les otorguen esa responsabilidad, siendo tan jóvenes? “Hay mucha más solidaridad de la que parece. Hay mucha gente que quiere ayudar”, dice Javier “y a las ONG les resulta difícil cómo organizar estos eventos”. Cubren, en definitiva, una necesidad desde un punto de partida social y comprometido. Una idea bien acogida en ambos sectores y que va creciendo a buen ritmo.

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