MasterChef. Un programa con buen gusto

Por Teresa R. Hage

 

Teresa Hage, EntreTanto

 

Empecé a ver el concurso de cocina MasterChef  ya en su recta final pero he de reconocer que me enganchó enseguida, no sólo por mi afición a la cocina sino también porque me pareció un programa fresco, entretenido, con buen ritmo, sin estridencias, sin público y aplausos y sin las habituales vulgaridades de ciertos concursos de la parrilla televisiva de nuestro país.

MasterChef , un formato de televisión que ha arrasado en otros países, me parece un concurso ameno, elegante y serio. Nada de la chabacanería de Gran Hermano y otros programas por el estilo que no sé si aún tienen alguna audiencia… MasterChef es un concurso de buena pasta en el que no tenemos que asistir a  la convivencia belicosa y pendenciera de concursantes agresivos y ofensivos.  El concurso de cocina de Televisión Española tuvo el pasado martes una audiencia que rozó los cinco millones de espectadores. Así que no sé a qué talento televisivo se le ocurrió decir que al espectador se le ofrece telebasura porque es lo que prefiere. El éxito de MasterChef , que ha roto todas las previsiones con su 31% de cuota de pantalla en la semifinal, parece contradecir esta tesis. Creo que el “espectador de la crisis” está harto de la bazofia televisada y que si han de apaciguar su ira con “pan y circo”, pide que, al menos,  el espectáculo sea de calidad.

Los tres chefs: Pepe Rodríguez, Jordi Cruz y Samantha Vallejo-Nágera, con personalidades bien diferenciadas y sin experiencia previa en televisión, han logrado que la audiencia vaya in crescendo en cada nuevo capítulo por su buen hacer, su profesionalidad y su nivel de exigencia. La visita al plató de los grandes chefs de la cocina española, la simpatía y frescura de los concursantes, las pruebas en distintas ciudades mostrando la variada y rica gastronomía de nuestro país, la exquisita manera de presentar el concurso con ritmo, chispa y tensión bien dosificados y, por supuesto, el atractivo de la buena cocina han hecho que el programa sea el más visto en la programación de la noche de los martes con un perfil de espectadores muy variado: niños de 4 a 12 años, adultos de 25 a 44 y  mayores de 65 años. El éxito de MasterChef ha sido tan sorprendente que se está pensando en una versión infantil.

Lo peor, la elección de la modelo Eva González como presentadora. Carece de espontaneidad, se la ve demasiado forzada y recita el guión de memoria auque también hay que decir en su favor que en los últimos programas se va relajando y ganando algo en naturalidad.

También se ha echado en falta un poco de sentido del humor y soltura por parte del jurado y una mayor claridad en las pautas a los concursantes, pues a veces les hacen observaciones contradictorias, parece que ni los propios chefs conductores del concurso saben si decantarse por la alta cocina o por la cocina tradicional. Sin ir más lejos, en el último programa expulsaron a José, el concursante al que han estado recriminando en todos los programas sus menús de alta cocina y cuando el pobre muchacho, no queriendo arriesgar en la semifinal, hace un plato sencillo de arroz y pechuguitas de pollo, van y le expulsan por haber elegido un plato poco innovador… No se vio al jurado demasiado objetivo en el programa del pasado martes, la bazofia de cerezas y lentejas que preparó Eva producía bochorno en una semifinal y si a esto sumamos el imperdonable error de poner sal, en lugar de azúcar, a una tarta, estarán de acuerdo conmigo en que esta concursante merecía una inmediata expulsión. En esta ocasión, la imparcialidad de los chefs brilló por su ausencia y se dejó ver cierta inquina hacia José, el concursante expulsado la semana pasada que, si bien no ha sido todo lo agradable que se ha de ser con los compañeros, había demostrado con creces que era uno de los mejores cocineros del concurso.

El próximo martes, la gran final con  la visita de Ferran Adrià. Espero que los chefs sean objetivos y que gane el mejor. Mi apuesta: el primer premio para Juan Manuel que, como dijo Martín Berasategui, es un Pata Negra. Fabián para el segundo puesto porque, con sus 18 añitos ha logrado llegar a la final superándose en cada programa. Y el tercero para Eva que apenas ha evolucionado. Quizá porque ha sido favorita desde el principio, no se ha esforzado lo suficiente como demostró en su caótica semifinal.

 

Jurado MasterChef

 

 

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