El tallado de hojas es una forma de arte originaria de China, poco conocida en Occidente.

La técnica de trabajo consiste en cortar y eliminar manualmente el mesófilo de la hoja respetando toda la nervadura para conseguir que aparezca la imagen deseada.

Se puede utilizar cualquier tipo de hoja, pero  se obtienen los mejores resultados con hojas de la especie Platanus orientalis; un árbol autóctono en Eurasia, desde los Balcanes hasta Irán.

Las hojas se secan y someten a un proceso de curado muy complejo. Posteriormente se tallan y pintan con pigmentos naturales. Algunos artesanos realizan hasta 60 operaciones diferentes hasta que consiguen los resultados finales. Todo el proceso se realiza íntegramente a mano.

Pese a su aparente fragilidad los pigmentos y las hojas duran décadas sin deteriorarse el color y son tan resistentes como el papel.

Estos son los sorprendentes resultados finales.