LOS ESPACIOS DEL ARTE: TEATRO ROMANO DE MÉRIDA
Por Ruth Cereceda
Teatro Romano de Mérida (s. I a.C., Extremadura, España).
En apenas dos semanas dará comienzo la 59ª edición del Festival de Teatro Clásico de Mérida. Este año la temporada se inaugura con una versión de Medea coreografiada por el Ballet Nacional de España, lo que me brinda la oportunidad y excusa perfectas para incluir esta construcción de época romana, y Patrimonio de la Humanidad, entre mis Espacios del Arte.
El teatro de Mérida es una construcción promovida por el Cónsul Marco Vipsanio Agripa[1] quien, tras una larga carrera militar y una activa vida pública en la capital del Imperio, es enviado a Hispania en el 19 a.C. para sofocar la revuelta de los Cántabros y dar por terminada la conquista peninsular. Posteriormente, en el año 16 a.C., recibe el encargo del emperador César Augusto de ocuparse de la construcción de este teatro en Augusta Emerita, la nueva capital de la provincia hispana de Lusitania.
La palabra de origen griego theatron –lugar desde el que se mira- se utilizó en un principio para designar el koilon o sistema de gradas donde se situaban los espectadores, ampliándose posteriormente para designar a todo el conjunto de la construcción. De igual manera, el teatro romano es heredero directo del griego, al que dota de algunas modificaciones.
El teatro romano se compone de tres partes principales diferenciadas: la cávea o graderío, la orchestra y el escenario. Las gradas, construidas en hormigón romano[2] y revestidas de granito, se disponen en un espacio semicircular y se dividen en imma –situada en la zona inferior-, media y summa. Las gradas inferiores estaban destinadas a las clases acomodadas y se dividían a su vez en cinco secciones radiales o cunei, delimitadas por escaleras. Además, estaban separadas de las secciones superiores por un pasillo o praecintio. Actualmente, la summa cávea se encuentra muy mal conservada puesto que durante siglos fue la única zona del teatro expuesta a la intemperie, hasta que a principios del siglo XX se realizaron las excavaciones para recuperar esta construcción. Hoy en día las gradas acogen unos 3.000 espectadores, pero se cree que, en origen, el teatro pudo acoger hasta 6.000 personas.
Mientras que en el teatro griego se utilizaba la inclinación natural del terreno como soporte para la totalidad del graderío, una de las novedades del teatro romano es la utilización de galerías abovedadas como sistema de apoyo. En el caso del de Mérida, la imma cávea se sustenta sobre la pendiente del terreno, mientras que las gradas superiores lo hacen sobre arcos y bóvedas de cañón. Esta característica permite al teatro romano situar los vomitoria entre las gradas -entradas abovedadas por las que se accedía a las diferentes secciones de la cávea-, que además servían el doble propósito de un rápido desalojo en caso de incendio.
La orchestra es el espacio situado delante del escenario. En época griega, ésta era circular y se utilizaba para los coros y las danzas rituales en honor a Dionisos. Sin embargo, en época romana la orchestra queda delimitada a una sección semicircular donde se situaban asientos móviles para los senadores y personalidades de importancia política. La del teatro de Mérida está bellamente pavimentada con mármoles blancos y azulados, decorados con bandas rojas.
El escenario se divide a su vez en tres zonas diferenciadas: el proscenio, el pulpitum y el scaenae frons. El proscenio y el púlpito son dos espacios situados en dos niveles diferentes, entre la escena y la orchestra, y es donde de desarrollaba la acción teatral. El frente de escena del teatro de Mérida no pertenece al proyecto original, sino que se construyó a finales del siglo I o principios de II, aprovechando las obras de remodelación que se estaban llevando a cabo. Está compuesta de dos cuerpos de columnas de orden corintio con basamentos y entablamentos de mármol y esculturas situadas en los vanos entre columnas. Además, cuenta con tres puertas, una central de mayor tamaño y dos laterales. Los sillares utilizados en este espacio se encuentran retranqueados lo que, en conjunción con las columnas y espacios creados, dotan al conjunto de una sensación dinámica que, junto con la iluminación, enriquece la ambientación teatral.
Sin embargo, la scaenae frons actual no es la original. Fue reconstruida durante los años 60 y 70 del siglo XX con los restos de columnas recuperados en las campañas arqueológicas realizadas para la exhumación del conjunto. Los estudios actuales apoyan la teoría de que si se contase con documentación relativa a la construcción original, se podría ver un frente de escena muy diferente del actual.
El uso actual del teatro de Mérida, sin embargo, se acerca lo más posible a las representaciones del periodo clásico, puesto que todo en su construcción y organización se complementa de forma magistral para conseguir una acústica excepcional. Por tanto, en las representaciones que actualmente se ponen en escena cada verano, no es necesaria la utilización de sistemas accesorios de amplificación del sonido.
Junio, 2013
[1] Marcus Vipsanius Agrippa (c. 63-12 a.C.) fue un general y político romano, amigo de la infancia y colaborador del emperador César Augusto, abuelo de Calígula y bisabuelo de Nerón.
[2] El hormigón romano, o opus caementitium, es una mezcla de mortero y piedras que constituye la base del éxito y de la rapidez de la arquitectura romana.
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